Estrella Fugaz

Chase, nunca aprenderás

¿Papá cómo sabías que mamá era tú estrella? — Los ojos de mi padre reflejaban algo que no logré descifrar en ese entonces.

Verás hijo, conocerás a muchas chicas estrellas, todas despertarán en ti algunas emociones que no se puede explicar con palabras, pero solo dos te harán sentir en la luna con solo mirarte. — Respondió sin despegar sus ojos de la noche, oscura y fría.

¿Dos? — Pregunté asombrado — Siempre pensé que mamá era tu única estrella.

Lo es — Depositó un beso en mi frente y prosiguió — tu mamá es mi estrella permanente, pero hace unos años antes de conocerla, conocí a mi estrella fugaz y solo eres conocedor de eso cuando ya no ves su estela.

Ah — respondí y volví a ver las estrellas

***

Todo el ruido de la fiesta pareció detenerse, solo podía escuchar mi respiración, estaba tan absorto en cómo me sentía que no me percaté de que muchas personas de la fiesta se habían unido a lucía y a mí, observando con nosotros la lluvia de estrellas.

Este es el mejor cumpleaños de la historia — escuché que alguien gritó a lo lejos, sin embargo, no podía despegar la mirada de la inmensa noche.

¡Recuerden pedir sus deseos! — Gritó muy fuerte Lucía, quien seguía sin soltar mi brazo.

Sentí una mano posarse sobre mi hombro, sin voltear sabía que era Chase. Solo él tiene esa confianza para acercarse, no sé exactamente porqué, pero en el instituto la mayoría prefiere mantener un poco de distancia y la verdad es que no me molesta.

¡Hermano, te estaba buscando! — podía oler todo el alcohol que había ingerido. Genial, tendré que lidiar con ebri-chase, pensé. No respondí y él tampoco siguió hablando, esta es la magia de la noche: logra silenciar hasta al ebrio más parlanchín de la historia como Chase.

Poco a poco la gente fue regresando al interior de la casa, y el ruido de la música y las conversaciones volvieron. Como si los segundos de hace rato nunca existieron.

Lucía aún no se iba de mi lado y yo estaba más que feliz. Pero la presencia de Chase no tardó en volver a hacerse notar.

¿Oye quién eres tú? — Preguntó en medio de hipos, mientras jugueteaba con un mechón de cabello de lucía.

No me molestes Chase — pronunció entre dientes.

¿Cómo sabes mi nombre? — Chase parecía asombrado, tuve que contener una risa pues a él lo conocía todo el instituto. Chase siempre ha brillado en los deportes a diferencia de mí.

Lucía soltó una pequeña risa, se despidió de mi con un gesto de mano y se perdió dentro del montón de personas. Una vez la perdí de vista golpeé fuertemente el hombro de Chase.

¡Literalmente acabas de arruinar una de mis mejores noches, idiota! — Chase se quejó, pero yo no me quedé con él, empecé a caminar rápidamente hacia el coche.

No iba a irme, por más enojado que estuviese no podía dejar a Chase solo y menos en el estado en que está. Así que lo espero un poco, ambos subimos al auto sin decir ni una palabra durante todo el trayecto a su casa.

Oye Matt, lo siento de verdad — Dijo antes de bajar del auto. Solo me pude encoger de hombros y pensar: Ay Chase, nunca aprenderás...



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En el texto hay: problemas, estrellas, amor

Editado: 08.04.2021

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