El amanecer se les echó encima sin que pudieran darse cuenta. Habían estado hablando durante horas sin percatarse de que estas pasaban. Rosalind había sacado unas cuantas cosas en claro. A pesar de que fue la sirvienta del doctor Hickman, Lorraine, la que adoptó formalmente a Lise necesitaba, obligatoriamente, tener un marido que hiciese las veces de padre. Ya que el doctor Hickman era demasiado mayor, fue su hijo: Irvine, quien se casó con ella y firmó como padre adoptivo. Por esa razón, Lise tenía el apellido del doctor Hickman y no el de su sirvienta. Hay quien dice que el roce hace el cariño o quizá siempre habían sentido algo el uno por el otro, el caso es que Irvine y Lorraine terminaron siendo una pareja de verdad y cuidaron muy bien de Lise. También había averiguado por qué Lise le había dicho que no sabía nada sobre su pedazo del libro, pero si sabía de la existencia de un paquete envuelto en papel de aluminio. Sencillamente Lise no sabía lo que era porque el doctor Hickman le dijo que no debía abrirlo hasta el día que encontrase a sus hermanos, así que ella lo escondió y nunca lo desenvolvió. Según ella, debía seguir en la vieja casa de campo de sus padres, en un pueblecito perdido y nevado de Canadá, donde lo ocultó años atrás. Por último, Rosalind confirmó algo que ya intuía, Lise, al igual que ella, tampoco sabía dónde estaba su hermano Franz.
Régulo llamó a la puerta y pidió pasar. Le confirmó que ya estaba todo preparado para ir al aeropuerto. Con sus nuevas identidades cogerían el primer avión que les llevase a Tôlanaro, Madagascar. Estaban seguros de que tendrían que hacer escala en algún sitio, pero lo importante era llegar lo antes posible. Sin embargo, Antares tuvo que tomar una decisión que no le gustó en absoluto.
- Régulo. - Dijo llamando su atención. - Adhara no vendrá con nosotros a Tôlanaro. - Parecía que la noticia no le gustaba tampoco a él, pero aún así no dijo nada y esperó la explicación. - Debe ir a Canadá, es importante recuperar algo que hay allí y no sé cuánto tiempo tardarán en descubrir que estos documentos son falsos. No podemos arriesgarnos a perder esta oportunidad y tener que conseguir pasaportes nuevos. - Explicó girándose hacia su hermana queriendo contar con su aprobación. Por un momento, Lise pareció leer la mente de Rosalind o simplemente tuvieron la misma idea.
- ¿Vienes conmigo? - Le dijo a Régulo. No fue una petición, más bien parecía una súplica por parte de la doctora. Antares se quedó quieta para oír la respuesta pacientemente, pero no pudo soportarlo por mucho tiempo.
- ¿Lo harías si te lo pido? - Preguntó ella. La respuesta no se hizo esperar mucho tiempo y como era costumbre con Régulo, fue digna de confianza.
- Por supuesto, mi capitana.
A nadie del equipo le gustó tener que alejarse del médico y del mejor francotirador del equipo, pero puesto que era necesario, no pusieron objeción. Les explicaron que debían encontrar algo importante que había allí, algo que les ayudaría a acabar con Hatefiel de una vez por todas, pero no les dijeron nada de su parentesco, ¿de qué serviría? Matt estaba seguro de que había otros médico que pudieran ayudarle con su rodilla así que no puso objeción a pesar de las múltiples disculpas de Adhara. Al salir del motel Altair estuvo meditando unos momentos, pensando en cómo expresar la idea que tenía en la cabeza, con miedo de que los demás pensaran que fuera una idea estúpida. Al final se armó de valor.
- ¿Por qué no nos hacemos una foto? - Soltó de repente mientras pagaban la cuenta. Algunos le miraron extrañados. ¿A qué venía eso de repente?
- Es la mejor idea que he oído en mucho tiempo. - Animó Matt. Aún con las muletas y con todo lo que había sucedido con Bryce, que, al fin y al cabo, también era su amigo, Matt mantenía su activa forma de ser, eso hizo sonreír a Antares. Altair sacó su pantalla portátil de grafeno y puso la cámara, Matt se la quitó de las manos y se la entregó al recepcionista del motel. Se apretujaron para caber en la foto y sonrieron, pero no fue una de esas sonrisas falsas que se suelen poner en las fotos. Fue una sonrisa sincera, para ellos poder mantenerse de pie y poder continuar con su objetivo era un buen motivo para sonreír. Estar rodeado de gente en la que confiar de verdad ya es un motivo para sonreír.
Antes de llegar al aeropuerto se despidieron de Adhara y Régulo y estos, por su propia cuenta cogieron los pasajes para ir a Canadá. Había convivido con su hermana durante mucho tiempo sin saber quién era y ahora que por fin lo sabía, cada una se iría a una parte distinta del mundo. A veces la vida nos tiene reservadas este tipo de jugadas.
Los que quedaban se dividieron en grupos antes de entrar al aeropuerto. Coger los billetes todos a la vez era peligroso, si detectaban a uno, lo harían con todos. Antares decidió hacerlo sola puesto que tenía una orden de búsqueda y captura a su nombre. Ella era la que tenía más posibilidades de que la descubrieran y no quería poner a nadie en peligro por su culpa. A menudo, la gente es más perspicaz de lo que parece, por lo que para no tener problemas Pólux y Gacrux se pusieron en asientos separados. El archivista, que aún estaba recuperándose lentamente de sus heridas, se quedó con Agena, que había recibido las instrucciones de Adhara para ayudarle en caso de necesidad. Vega y Altair fueron por otro lado. Dann entró con su hermano y dejó el cuidado de Crystal a manos de Gacrux. Estarían en el mismo avión, pero en asientos separados, al fin y al cabo no estaría muy lejos unos de otros.
El avión hacia Canadá ya había despegado mientras que el resto del grupo terminaba las horas de colas interminables, preguntas, registro por escáner, y múltiples cosas más. Afortunadamente todos y cada uno de ellos pasaron por la puerta de embarque sin ninguna detención. Se hizo palpable la frase de "cuanto más cerca lo tienes, menos lo ves". Tendrían que hacer escala en Abu Dabi, capital de la Unión de Estados de Cristo y luego irían hasta Antananarivo, capital de Madagascar. Allí conseguirían una manera de llegar hasta el sur donde se encontraba el aeropuerto de Tôlanaro, quizá un pequeño avión que les llevara o quizá en coche o en TMD (o Transporte de Media Distancia).