Aitana
Después de ocho horas de viaje más o menos, por fin había llegado a Madrid, lugar donde mis padres habían crecido y vivido desde siempre, hasta que, a mis cinco años, nos mudamos a Nueva York porque a mi padre le ascendieron.
Había elegido este lugar porque estaba lejos de Londres y era lo que el dinero que había ahorrado me alcanzaba para comprar el billete. Necesitaba alejarme lo antes posible de la casa de mi tía, dejar todo lo malo atrás y empezar una vida lejos de todo el infierno que viví desde que mis padres murieron.
El apartamento que había comprado era pequeño, al entrar se veía el salón, tenía una cocina muy pequeña con los utensilios necesarios, un baño y una habitación. No es demasiado grande ni lo mejor, pero es mejor que la casa de mi tía, además, no necesito una casa gigante para poder vivir en ella, esta es más que suficiente para mí y lo que el dinero me daba.
Me siento en el sofá, salto un poco, se siente blanda y cómoda, mejor que el sofá cama de mi tía, la cual hacía que en muchas ocasiones me diera dolor de espalda. Miro la hora en el cacharro viejo denominado móvil, las seis y media, me siento cansada, no pude dormir en el avión por la emoción de alejarme del lugar donde ocurrió todas las desgracias y empezar a vivir de verdad.
Como no tengo hambre, iré a dormir y descansar. Busco mi pijama en la única maleta que tengo, con mis únicas pertenencias, que son pocas, me cambio y me dirijo hacia mi nueva habitación.
⭐️⭐️⭐️
Tengo un mapa de la ciudad en la mano, después de caminar mucho y recorrer las calles de Madrid, había pedido en un sitio de turismo un mapa porque me había perdido. Mi idea era salir y conocer un poco las calles y mis alrededores para acostumbrarme un poco, luego ir al instituto para que el primer día no me perdiese.
No sé si fue que las indicaciones de las personas eran equivocadas o que mi sentido de la orientación fuese demasiado mala, pero me había perdido. Intenté buscar en el viejo móvil para saber hacia dónde ir, pero iba muy lento y mal. Así que conseguí un mapa, a ver si ahora me oriento mejor, porque o sino ni siquiera llegaré a casa.
Ya son más de las siete, pero según el mapa estoy en la calle correcta, donde debería de estar el instituto. Sigo caminando, mirando todas partes. Madrid tiene un tiempo bastante bueno, comparado con la de Londres, donde casi siempre, por no decir siempre, hacía frío y llovía, por lo que a esta hora todavía hay luz natural.
En el recorrido que hice, he notado que hay bastantes transeúntes, todos parecen disfrutar del buen tiempo y de que todavía queda unos días para que empiecen las clases. No recordaba casi nada de Madrid, porque cuando me fui, era pequeña, pero Madrid es un sitio bastante bonito. En el mapa hay varios sitios en los que están señalados para que los turistas vayan a visitarlo, están lejos para ir caminando, así que cuando investigue un poco sobre cómo ir en transporte público aquí, iré a visitarlos.
Después de caminar unos minutos más, por fin llego al instituto, se supone que no tardaría más de media hora en llegar desde el apartamento, pero como me he perdido, he tardado más de una hora.
De regreso a casa, aprovecho para comprar comida e ingredientes porque no tengo nada de comer. Al llegar al edificio donde vivo, peleo con las bolsas de comida para sacar las llaves y abrir la puerta. Dejando las bolsas en el suelo, me desplomo en el sofá, cansada de caminar y cargar tanto. Es la primera vez que compro tanta comida, en la casa de mi tía la nevera estaba siempre llena de cerveza barata, muy pocas veces había comida, había días en las que no comía y cuando mi tía se dignaba a darme un poco de dinero para comprar comida, solo podía comprar muy poco, no sé cómo no me morí de hambre o de frío.
Cuando empecé a trabajar, podía comprar siempre un poco de comida, aunque muchas veces mi tía me preguntase sobre el dinero y tenía que mentirle para no darle todo el dinero, quería ahorrar e irme de allí. Ahora que estoy lejos, me siento más tranquila y no tengo que vivir siempre cautelosa y en guardia.
Estoy ansiosa de empezar mi nueva vida.