Estrella Siete

Situación: Baile de salón.

Personajes: Hizashi Yamada/Present Mic, Nemuri Kayama/Midnight, Aizawa Shota/Eraser Head y Emi Fukukado/Miss Joke.

__________________________________

¿Unas cervezas? Están bien. 
¿Recorrer como locos la ciudad en el auto? Está bien. 
¿Colarse en un baile de salón? Está bien. 
¿Volverse adicto a tus miradas? Nena, eso está perfecto.

Te miro de reojo, admirando a detalle la forma que tienes de morder tu labio inferior, y alzando una ceja una silenciosa respuesta te doy. ¿Es acaso una invitación tu gesto?, ¿es un reto? No lo sé, sólo sé que me hace enloquecer.

Aizawa grita fuerte y no sé qué dice. La música está tan alta que no escucho mi propia risa. ¿Pero acaso eso me importa? Tú sabes que no, sabes que nada importa mientras estoy bajo los efectos de tus encantos y el alcohol. Porque nena, estoy tan ebrio que mi sangre sabe a licor. ¿Pero acaso eso importa? Tú sabes que no.

Unas miradas están bien. 
Unos tragos están bien. 
Una invitación es innecesaria. 
Y un instante basta, para que mi mente recuerde tu cara.

Una chica de pelos turquesa le mira a él, y sabiendo que está ebrio, su atrevimiento comienza a aparecer. Le insisto a buscar más que sólo un par de ojos falderos. Pero nena, sólo quiero quitármelo de encima y tu cuerpo rastreo.

Una sonrisa pícara me recibe. 
Unos ojos que me devoran me interrogan. 
Y unos carnosos labios tu nombre susurran. Avanza a mis oídos y se clava en mi cerebro. Quieres asegurarte de que el día de mañana siga ahí, lo sé, sabes que lo sé, y tú picardía me parece bien.

¿Una pieza de vals? No está mal. 
El tango no me hace temblar. 
Incluso la bachata me permite tu cuerpo explorar. 
Y con sólo una salsa te hago suspirar.

Sólo un par de chistes te hacen reír. Eso es suficiente para que te acuerdes de mí. Con un movimiento retiras el cabello de tu cuello, y sabes que despiertas en mí un enorme deseo. Deseo de tí, deseo de mí, deseo desesperadamente sacarte de aquí.

¿Una invitación te asustará? 
¿Lograrás mi mensaje captar? 
¿Querrías acaso esta locura conmigo tomar? 
Has conseguido hacer que no tenga idea, y con eso mi deseo aumenta.

Tu número logré capturar, y justo después es momento de tus labios besar. Pero los gorilones de la entrada me encuentran, y de un jalón de tu lado me alejan. Lucen agresivos y eso no me gusta, hacen que se desencadene mi cara más ruda. Pero eso es una mala idea.

No.

Definitivamente es una terrible idea.

Aizawa aparece, me quiere ayudar. Pero es evidente que no vamos a ganar. ¿Pero acaso eso importa? Caray, esta noche nada es importante. Lo sabes, lo sé, y sé que esta noche te hice enloquecer.

Las puertas se abren y arrojan fuera del lugar. He de ser valiente, pues de inmediato les vuelvo a insultar. Pero las puertas se cierran, sé que todo termina, y sé que la noche también lo hace. Y justo cuando los sonidos regresan, mi cordura por fin renace.

Los primeros rayos del día comienzan a aparecer, y es momento de esta aventura finalizar. 




 

—Sabía que era una mala idea —me reprocha Aizawa y me golpea la cabeza.

Se pone de pie y se dirige al estacionamiento, buscando mi auto. A estas alturas el alcohol se ha ido completamente de nuestros cuerpos. Entonces, alcanzo a ver un rastro de pintalabios rojo en su cuello, y me siento muy orgulloso de él.

—¿Cómo se llamaba la chica? —pregunto entrando en el asiento del copiloto, es obvio que él va manejar.

—Emi —murmura serio y enciende el motor—. ¿Y ella?

Me río un poco y me dejo caer en el respaldo del sillón. La fugaz imagen de tus labios moverse cuando me lo dijiste aparece, y comienzo a buscar en mi teléfono el contacto que recientemente fue registrado.

—Nemuri —le dije mientras enviaba un mensaje con la propuesta de volver a verte.

—No voy a volver a dejar que manejes, sólo nos meterás en problemas.

—No parece que tengas un problema en tu cuello.

—Idiota —murmura mirando el camino. Y entonces aceptas mi propuesta, tan provocativa como estuviste antes.

Entonces suspiro y miro al retrovisor, el salón comienza a hacerse pequeño al alejarnos de él. Pero a final de cuentas, tu maldita cara bonita y yo, tenemos un asunto que completar.