Estrellas Sobre Nosotros

3: OCEAN

OCEAN:

 

Mi día ha ido medianamente normal.

Me perdí mientras intentaba encontrar mi casillero, no sabía dónde estaba el salón 2B-1 asumí que sería en la segunda planta pero no estaba ahí, estaba en el primer nivel. Tuve que verificar el mapa (digital) a un lado de una máquina expendedora más grande que nuestro refrigerador (probablemente con más comida que nuestro refrigerador) y ahora, llegué a una clase que nunca he recibido antes.

“Expresión y arte”

Por suerte mi hermano está aquí, es la primera clase del día que comparto con él. Suele ignorarme cuando nos cruzamos en el pasillo pero aquí, no lo hace. Me mira y me pide con la mirada que me siente a su lado, tal vez esta escuela también es “demasiado” para él.

El aula es larga, con ventanas grandes y un techo alto. Al fondo hay dos computadoras, los pisos son de un color negro que brilla con la luz del sol, que no es mucha pero aun así logra ser reluciente. También tiene dos puertas. Eso es algo que he notado, todos los salones de este lugar tienen dos puertas, una al frente y una atrás.

—Hola —le digo sentándome a su lado.

Los escritorios no están en filas, están en medialuna y nosotros estamos al fondo, en la esquina. Las personas no nos miran, creo que hay cosas más interesantes en sus mundos que un par de chicos nuevos.

Finn rasca su brazo. — ¿De qué crees que será esto? ¿Artes plásticas?

Me encojo de hombros. —O como, ¿teatro? No lo sé, se supone que esas clases son optativas, ¿no?

—No sé —rasca su cabeza, cuando se rasca ya sea el cuello, los brazos o la cabeza es que se siente incómodo—. ¿Qué tal todo hasta ahora? ¿Ya viste que hay un Sweet Coffee aquí? Es pequeño pero tienen un puesto de café, ¿no es una locura?

Locura es que los baños funcionen por sensores, todo funciona por sensores. —Um, si… seguro es más caro aquí adentro.

—Creo que los alumnos tenemos descuentos o algo así —me explica sonriendo—. No sé, ¿no hay algún manual?

—Reglamento —contesto corrigiéndolo.

Sacude su mano en el aire. —No, eso es para las cosas aburridas, hablo de los beneficios que obtendremos al estar en este lugar —cruza su pierna y rápidamente la vaya de nuevo.

Lo miro y niego. —No estamos en un viaje, es una escuela. No hay beneficios.

Una chica alta y rubia entra, lleva una linda falda azul y una blusa blanca. Varios brazaletes en la mano, una bolsa que parece es de cuero y un maquillaje muy sutil. Finn la mira y asiente.

Finn deja de prestarme atención y baja la voz. —En realidad, ya estoy conociendo los beneficios.

Ruedo los ojos. —Tonto.

Creo que mi hermano no tiene ningún problema con cambiar de escuela porque eso solo significa que conocerá a más chicas nuevas. Algunas no lo voltearán a ver pero es normal que él logre obtener la atención de las demás.

Se inclina hacia mí. —Ay Medusa, no me digas que no has encontrado algún chico por aquí —baja aún más la voz—. Escoge uno y ya, de todas formas es nuestro último año, ¿Qué importa si haces el ridículo una vez más?

Mi hermano no sabe toda la historia de lo que ocurrió, solo le conté la verdad suavizada. La que evitaba que él se bajara del auto, entrara a ese lugar y golpeara a alguien. O a muchos.

Lo empujo lejos. —Cállate Finn.

Finn abre la boca para decirme algo pero una chica y un chico entran, ella tiene sus brazos alrededor de su brazo. Él es mucho más alta que ella así que la chica de cabello corto y negro tiene que levantar su rostro para verla. — ¡Y tomé muchas fotos! Te las enseño después —habla demasiado alto—. ¡Tamy! ¡Hola!

La chica suelta al chico alto y corre con la rubia de la falda bonita. Ella frunce el ceño, le da una mirada al chico y regresa sus ojos a la chica de cabello negro intentando sonreír. —Hola Whitney.

Whitney, la de cabello corto y liso, lleva una blusa de tirantes negra y unos pantalones blancos de pierna ancha con algunos agujeros, si yo me pusiera eso me vería como alguien que tuvo una pelea con un perro pero a ella le queda muy bien, en especial con esas botas negras.

Finn se acerca de nuevo a mí. —Mira eso, gracias Dios por tu creación.

—Cállate —Lo fulmino con la mirada.

Mientras yo admiro los atuendos de las chicas, mi hermano se dedica a ser “él”. Uno de esos tontos chicos que son el estereotipo de hombres sin cerebro, es un mujeriego cuando está soltero. Mientras está en una relación (que no suelen durar mucho) se calma con esa actitud tonta.

Pero después regresa a, lo que él llama, la buena y vieja rutina.

Mis ojos se mueven al chico, se sienta en la otra esquina y toma su teléfono ignorando a las dos chicas lindas frente a él. Su piel está un poco bronceada, puede que por algunas vacaciones en un país exótico, sus hombros son muy anchos pero sigue viéndose delgado, probablemente practica algún deporte. Su cabello es oscuro, no lo lleva ni muy largo ni muy corto. Sus rasgos son definidos y sus ojos son azules. Sin duda es bastante atractivo.

Al menos tendré en mi campo de visión a alguien que encaja perfectamente en la descripción de “mi tipo”

Bueno, obviamente solo físicamente.

La chica rubia se sienta a su lado y le dice algo, él frunce el ceño y niega, luego ella se acerca y le susurra algo con una sonrisa.

Y ambos voltean sus ojos.

Y ambos me están viendo.

Bajo la mirada a mis piernas, ¿Cuánto tiempo lo he estado viendo? Soy una tonta. Ya me estoy humillando y no llevo ni un día aquí, que ridícula. Finn está revisando su teléfono también, así que vuelvo a bajar el rostro deseando que el universo se parta en dos y me trague en un agujero negro.

— ¡Buenos días! —una mujer que está usando un vestido largo azul entra, su cabello es rojizo y aunque está controlado en un moño, sus risos salen un poco—. ¿Estamos listos? ¡Bienvenidos! —Junta sus manos y pasa sus ojos por todo el lugar—. Veo un par de rostros nuevos, ¿no? ¿Por qué no vienen aquí los estudiantes nuevos?




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