Estrellas Sobre Nosotros

13: OCEAN

OCEAN

— ¿Qué hacemos ahora? —Le pregunto a Finn en la hora del almuerzo—. Parece que sus padres no le contaron nada.

Yo había asumido que los padres de Barrett le habían contado algo sobre nuestra familia, sobre nuestros padres. Cuando le mencioné que mi apellido es Palmers esperaba algún tipo de reacción, pensé que entendería que yo soy hija de quienes sus padres alguna vez conocieron o se burlaría. Esperaba cualquier cosa, alguna reacción pero no obtuve nada.

Le he dado un par de comentarios con indirectas a Barrett, ahora entiendo porque no me entendió nada. O está fingiendo.

Él junta sus cejas, me mira escéptico. —No estoy seguro, ¿crees que no sabe nada?

Me encojo de hombros. —Bueno, no creo que ellos quieran decirle a su hijo lo crueles que fueron, ¿no? Es probable que jamás lo hayan mencionado. Y si lo hicieron es posible que mintieron sobre su pasado, no pienso que orgullosamente le contaran sobre todo lo malo que han hecho.

Niega mientras mira la comida que está sosteniendo, hoy elegimos un sándwich cortado por la mitad con muchos ingredientes, más de los que estamos acostumbrados en ponerle a un simple sándwich. —Pero eso que se supone que signifique, ¿dejamos de ser fríos con él solo porque no lo sabe?

Cuando comprendí que Barrett no sabe nada de la historia entre los Palmers y los Andrews me sentí un poco mal por como he actuado, en especial por no pedirle disculpas cuando ensucié su camiseta. Sí, es probable que se haya comprado unas diez iguales pero eso no quita el hecho que yo hice algo por error y de alguna manera, lo afectó.

También he pensado en como Barrett realmente no me ha hecho nada a mí. Sí, es irritante y molesto, estoy segura que es consentido y pretensioso pero yo he actuado en contra de él mientras que Barrett solo… existe.

Si quitamos la historia de mis padres, no hay una buena razón para odiarlo. Aunque tampoco hay alguna buena razón para ser amigable con él. No quiero ser su amiga.

—No lo sé —respondo—. No es como si debamos ser sus amigos, solo creo que deberíamos darle el beneficio de la duda.

Puede que no sea tan malo como sus padres, aunque no estoy segura de eso. Tal vez es una trampa, de todas maneras sus padres eran los mejores amigos de los míos. Seguramente sus padres eran amigables y amables, todo era una fachada.

Finn levanta una ceja. — ¿Qué? Es un Andrews, Medusa. No hay beneficio de la duda para uno de ellos, sabes muy bien lo que pasó con nuestros padres, ¿lo olvidas? Mira donde está él en la vida, mira a sus padres, ¡Es su culpa!

Asiento, tiene razón, no deberíamos bajar la guardia. No puedo confiarme en lo más mínimo de Barrett, no hay razón para hacer. —Bueno pero tú estás de romántico con su amiga, eso nos obliga a estar cerca de él.

Gracias a Finn hemos pasado más tiempo cerca de Barrett del necesario y si esto sigue, es probable que tengamos que seguir relacionándonos con él. No me agrada la idea pero estoy segura que mi hermano no va a renunciar a Tamara tan rápido, después de todo, esa chica es linda y parece que a ella le gusta mi hermano también.

Hace una mueca. —Tal vez podamos salvar a Tamara de él, ¿no? Ella es diferente, se nota que es una buena persona. Quizás solo se junta con Barrett porque nadie más lo soporta.

—Hola —hablando de la reina de Roma, Tamara aparece a nuestro lado. Solo espero que no haya escuchado nada de lo que estamos hablando—. ¿Vienen a comer con nosotros?

Miro a mi hermano pero ya ha caído en el efecto Tamara, sus ojos están brillando mientras la mira con una sonrisa tonta. Supongo que seguiremos con nuestra conversación más tarde.

—Claro —contesta Finn sonriendo ampliamente—. Vamos.

Vamos hasta la mesa que es la misma de ayer, supongo que les gusta sentarse en esta parte de la cafetería. La esquina del lugar, las ventanas la iluminan pero no reciben los rayos de sol directos como en las que están más adelante.

Barrett está comiendo también un sándwich, le ha dado un par de mordidas. Ni siquiera levanta la vista y podría jurar que soltó un suspiro, creo que tampoco le emociona la idea de tenernos cerca y solo lo soporta por su amiga.

Tamara sonríe cuando llegamos y de nuevo le pide a mi hermano que se siente a su lado. Esto es incómodo, no solo porque estoy sentada con dos extraños y uno de esos extraños es un enemigo por defecto sino que estoy con mi hermano. Usualmente comíamos en diferentes lugares, pero bueno, en la anterior escuela logré tener “amigos” y él también.

Tal vez eso necesito, unirme a algún grupo de personas aquí para alejarme permanentemente de Barrett Andrews. Espero conocer al menos una buena persona aunque, después de todo lo que pasó la última vez, soy muy desconfiada con este tipo de personas.

—Entonces —Tamara lleva una chaqueta negra sobre una blusa blanca y unos pantalones de lo que podría ser piel o piel falsa, la verdad no tengo idea de cómo identificar algo así—, ¿Van a ir a la fiesta?

Finn asiente un poco indeciso. —Sí me gustaría, yo iré.

Tamara coloca su mano sobre la mesa. — ¿Qué hay de ti, Ocean? ¿Vienes también? Será divertido, es la mejor manera de empezar el nuevo año escolar.

Suelto un suspiro. —Creo que sí.

Ella sonríe emocionada. —Genial, ¡Pasaremos por ustedes! —Mira a Barrett—. ¿Está bien?

Suelta un suspiro, sigue comiendo. —Sí, claro —toma un poco de agua.

Barrett se mueve en su asiento y nuestras rodillas se tocan por un momento pero ambos movemos las piernas para separarnos. Tomo mi sándwich y le doy una mordida, cuando siento un sabor extraño arrugo la nariz y lo regreso al plato para revisarlo. Tiene aceitunas verdes, ¿Por qué le ponen aceitunas a esto?

Suspiro y comienzo a sacarlas del pan cuando escucho una risita de Tamara, muevo mi mirada a ella aun con las manos en el pan. — ¿No te gustan las aceitunas? —Inclina su  cabeza—. Tampoco a Barrett, mira, ya las sacó —señala una servilleta doblada.




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