20: BARRETT

BARRETT

—Rayos, sí que estas enfermo —Tam se cubre la nariz—. No me contagies por favor.

Me encojo de hombros. —No es mi culpa, es culpa de Ocean.

Tam levanta una ceja. — ¿Cómo que culpa de Ocean? —Baja su mano—. ¿Acaso la besaste o algo? —pregunta incrédula.

Yo la fulmino con la mirada. — ¿Besarla?

Se encoje de hombros. —Sí, digo, así se suelen enfermar las personas… besando a otras enfermas.

Dejo salir una exhalación. —Claro que no la besé y, ¿Por qué rayos quieres que la bese? Tu sugeriste eso aquella vez.

Tam tuvo la magnífica idea de sugerir que Ocean y yo nos besáramos en clase de Queens. Según ella era solo para que Queens se diera cuenta de lo ridículo que era esa actividad, pero si no es porque yo me negué a hacerlo, ella no lo hubiera detenido.

Siento algo en mi estómago cuando pienso en eso. Estoy seguro que si hubiera sido cualquier otra chica no se hubieran negado. No creo que le guste a todas las chicas de aquí pero sé que a la mayoría sí. Ya sé, sueno como un tonto pero es un hecho.

Tam me contó antes de vacaciones que alguien hizo un chat grupal donde hablaban sobre quien supuestamente me había besado y quien lograría que la invitara al baile de graduación. Tam estaba ahí y gracias a ella desmintió a todas las que mentían sobre haber salido conmigo.

Y bueno, es obvio que mienten. Puede que sea “el popular Barrett Andrews” y todo eso pero si las personas supieran que jamás he dado un beso a nadie, no me verían como un tipo genial. Muchos piensan que soy bueno ocultando mis relaciones, lo que no saben es que jamás he tenido una novia.

Cuando otros chicos son los que nunca han besado a nadie o nunca han tenido una novia se les trata como perdedores. Mientras tanto los demás solo asumen que yo soy de los que besan y callan.

Tam rueda los ojos. —Supéralo, ya te dije que yo sabía que no lo ibas a hacer pero pensé que Queens detendría el juego, te estaba haciendo un favor.

— ¿Y si lo hubiera hecho? —le pregunto.

Ella frunce el ceño. — ¿Quieres besar a Ocean?

No quiero besarla por muchas razones. Primero, ella no quería besarme y si lo hubiera intentado estoy seguro que me hubiera golpeado. Se nota que sabe defenderse. Segundo, ¿Cómo iba a besar a alguien frente a todos? ¿Frente a su hermano? Sería vergonzoso. —No pero, ¿Y si lo hubiera hecho?

Tam mordisquea su pulgar. —Pues no sé, digamos que eso hubiera ocurrido siento que ella te hubiera abofeteado o algo, noto que no se lleva muy bien contigo.

Pues supongo que no, no somos amigos pero es extraña y me confunde un poco. Digo, sé que no le agrado y a mí tampoco pero ayer estuvimos enviándonos muchos mensajes, todos tenían un tono agresivo en ellos pero aun así, ¿Desde cuándo me la paso enviándole mensajes a alguien? Ni siquiera con Tam sucede eso.

—A menos que te guste —Tam afirma enarcando sus cejas.

La miro irritado, siento cosquillas en mi nariz. —No me gusta, ni siquiera la conozco.

Levanta dos dedos. —Van como dos semanas, ¿no? Suficiente tiempo para que alguien te guste —sonríe rápidamente—. Aunque creo que es mejor que vayas por otra chica, ella es de las mías y se nota que te rechazará.

Junto mis cejas. — ¿Acaso no querías que la conquistara y todo eso?

Se encoje de hombros. —Sí pero ahora que la conozco un poco mejor y veo que te mira con irritación, lo cual aplaudo, sé que nunca se fijará en ti. Por eso me cae bien.

Mi estómago hace algo después de escuchar que ella nunca se fijará en mí. Eso es algo bueno porque yo no me fijaré en ella, Ocean es molesta y en tan poco tiempo ha logrado complicarme la vida como nadie lo ha hecho.

—Ocean no me interesa —afirmo y luego sorbo por mi nariz—. Solo somos compañeros y ya, me da igual si no se fija en mí porque yo no me fijaría en alguien así.

Llegamos en donde está mi casillero. Ocean está en su casillero que queda frente al mío guardando algo. Siento mi nariz cosquillando de nuevo, estoy a punto de estornudar. —Bien, te veo después —me da un golpe en el brazo y camina hacia adelante.

Yo miro a Ocean, me acerco y toco su hombro. Gira y se ve mejor, ya no tiene esa apariencia cansada de ayer. —Ah, eres tu —esa es su forma de saludarme, estoy comenzando a acostumbrarme.

Abro mi boca pero, realmente sin querer hacerlo, estornudo en su cara yo también. Ocean cierra los ojos y se lleva las manos a su cara mientras su nariz se arruga.

—Oh, lo siento —digo intentando no reír. No era mi intención vengarme pero al parecer mi propio cuerpo tomó justicia por su cuenta.

— ¡Barrett! —Grita—. Qué asco, ¿Por qué hiciste eso?

Suelto una carcajada irónica. — ¿No hiciste lo mismo ayer? Además fue involuntario —aclaro mi garganta—. Y es tu culpa, me enfermé porque me escupiste.

Ella niega enojada y me fulmina con su mirada. —Qué asco, yo no lo hice intencional.

—Yo tampoco —respondo sonriendo—. Pero supongo que finalmente se están balanceando las cosas entre nosotros, ahora tengo que ensuciar tu ropa dos veces.

Ocean cierra el casillero de golpe. —Eres un tonto.

— ¿Si te das cuenta que me hiciste lo mismo? Además, ¡Estoy enfermo por tu culpa! —le recuerdo.

Gracias a que estornudó en mi cara, y que pasé mucho tiempo cerca de ella, me contagié de lo que sea que ella tiene. Aunque no me siento tan mal como Ocean, no tengo fiebre y no estornudo tanto.

Rueda los ojos mientras busca algo en su mochila. —Es tu culpa, te dije que te alejaras de mí pero no, tenías que quedarte cerca, ¿no?

Sorbo por mi nariz. —Es tu culpa por no controlar tus gérmenes.

Mira sus manos después de limpiarse la cara con sus dedos. —Me iré a lavar las manos, que asco Barrett.

Yo no puedo evitar sonreír. — ¿De qué te preocupas? Es probable que sean los mismos gérmenes que tú me pasaste.

Vuelve a ver las palmas de sus manos y las mueve hacia mí, se limpia sobre mi tórax y eso me borra la sonrisa de la cara. No porque me sienta incomodo con sus manos, sino por lo opuesto, ¿Por qué no quise quitarle las manos de mí?