Estrellas Sobre Nosotros

29: OCEAN

OCEAN

— ¡Hola! —Tamara vino por mí dos horas antes de nuestra cita doble, quiere que nos arreglemos juntas en su casa. Me dijo que me prestaría ropa y zapatos, que no me preocupara por nada—. ¿Lista?

Cuando llegué de la escuela el día de ayer hablé con Chuck y le pregunté si realmente quería salir conmigo, él me dijo que sí. Estuvo de acuerdo con lo de la cita doble y todo eso.

Estamos en la puerta de mi casa, mis ojos se mueven detrás de ella, ¿es ese el auto de Barrett? Bueno seguramente vino por mí para dejarme en casa de Tamara. Después de eso probablemente nos regrese para irnos con Finn o Chuck, aunque su auto parece estar en un grave estado y en cualquier momento podría explotar.

No lo juzgo es solo que, realmente se escuchan muchos ruidos raros cuando él lo conduce.

—Um, si, lista —respondo.

Mamá se asoma detrás de mí. ¡Ay, no!, esto está mal. Muy mal. Barrett ANDREWS cerca de mamá es algo muy peligroso.

—Oh, hola —camina y se coloca detrás de mí, con sus manos sobre mis hombros—. Tú debes ser Tamara, ¿verdad?

Ella sonríe como siempre. —Hola señora Palmers, soy Tamara, un placer —me da una mirada—. Solo vengo por su hija, vamos a arreglarnos en mi casa, ¿está bien?

— ¡Por supuesto! —Mamá no sabe que esta chica es la mejor amiga del hijo de los Andrews—. Mis hijos nos han hablado de ti, también de tu novio.

Oh.

— ¿Novio? —Levanta sus cejas—. Um, yo…

Suelto una risa nerviosa. —No dije novio, mamá —esto está muy mal, no puedo creer que aún recuerda la conversación antes de la fiesta cuando insinué que Barrett era novio de Tamara—. Dije que era su amigo, que eran muy cercanos.

—Ah —suelta una carcajada—. ¡Ya sé! —gira y hace una seña, ¿está pidiéndole a Barrett que salga?

Hago un recuento mental de todas las veces que escuché noticias de los Andrews, ¿mis padres sabrán que su hijo se llama Barrett? Es probable que lo hayan publicado en alguna parte de internet, esto está realmente mal. Quiero desaparecer ahora mismo.

Barrett sale del auto, mi cuerpo entero se desconecta. Siento un frio recorrer todo dentro de mí, mi estómago se hunde y mi corazón comienza a acelerarse. ¿Qué dirá mama cuando se entere que hemos estado relacionándonos con el hijo de los Andrews?

Barrett está muy cerca, yo no puedo moverme.

Ahora está a un lado de Tamara, sus ojos son los mismos de Blair y su rostro es parecido al de Nolan cuando era joven. Aun si Barrett no es al cien por ciento igual que sus padres, es evidente que es su hijo. Lo sé, es la evidencia en persona que hemos sido traidores.

¡Que yo he sido una traidora de mis padres!

—Buenas tardes, soy Barrett An…

—Mamá —interrumpo sin verla, seguramente ya lo reconoció—. Llegaremos tarde y…

— ¿Barrett? —pregunta ella, un escalofrío me recorre la espalda. Lo sabe. Mamá lo ha descubierto, sabe que él es hijo de sus enemigos y que yo he estado cerca de él.

Y si llega a leer mi mente sabrá que Barrett no me desagrada como debería.

Mamá vuelve a hablar: —Oh, qué lindo nombre.

Un momento, ¿lindo nombre?

—Muchas gracias —Barrett ríe tímidamente.

Yo entorno mis ojos hacia él, ¿No lo reconoció?

Mamá estira su mano. —Un gusto conocerte Barrett, ¿eres amigo de mis hijos, verdad?

Él me mira sonriendo. —Oh sí, sin duda somos muy amigos.

No somos muy amigos, ¿O si lo somos?

—Que bien —mamá suelta su mano y estrecha la mía—. Me alegro que mis hijos encontraron amigos rápidamente, no es fácil para ellos ya que cambian de escuela muchas veces.

Barrett asiente. —Me imagino, pero nos llevamos bien —él toca mi hombro—. ¿No es así, Ocean? somos buenos amigos, ¿se lo has dicho a tu madre?

Lo fulmino con la mirada.

— ¿Desean tomar algo antes de irse? —pregunta mi madre sin saber que está frente al heredero de los Andrews, el hijo de quienes ellos odian.

—Yo no… —intento huir de aquí pero él asiente.

¿Por qué está aceptando?

—Claro —le da una mirada a Tamara—. Tenemos tiempo, ¿no?

Ella asiente. —Sí, es temprano —ambos dan dos pasos y ahora están finalmente dentro de mi casa.

Finn no está aquí, salió con papá para comprar un par de cosas en el supermercado. Esto es un desastre y estoy lidiando con ello yo sola, no es justo.

Mamá les pide que se sienten en las sillas del comedor, lo hacen y Tamara me sonríe amigablemente. Yo me siento a su lado, buscando en mi casa si hay algún cartel que diga ODIAMOS A LOS ANDREWS POR SOBRE TODAS LAS COSAS pero claro, no lo hay. Es una casa común y corriente, los mensajes de odio solo están en los corazones de los Palmers.

—Entonces —mamá les trae un poco de limonada recién preparada por ella—, díganme, ¿los he visto antes? Son alumnos definitivamente pero no les doy clases.

Tamara abre sus ojos. — ¿Es profesora? No puedo creerlo, ¿de verdad?

Ella sonríe —Así es, aun no los conocía por lo que no tienen clases conmigo.

—No —ella hace un puchero—. Seguramente sus clases son geniales, ¿Por qué no nos habían dicho? —pregunta viéndome.

—No sé —tal vez porque estábamos intentando mantener a Barrett lejos de nuestros padres—. Pues ahora lo saben, nuestros padres son profesores.

— ¿Ambos? —pregunta Tamara sonriendo—. Asombroso, entonces, ¿te regañaban mucho por las tareas no hechas?

Mamá suelta una carcajada. —Eso nunca pasó.

—Eso definitivamente pasó —afirmo y ella solo ríe de nuevo.

Barrett me mira cuando le dice a mamá: —Ahora entiendo por qué Ocean es tan disciplinada y buena estudiante.

¿Soy disciplinada? ¿Soy buena estudiante? Digo, me esfuerzo para mantener un buen promedio pero no soy la mejor.

Mamá me mira orgullosa. —Es una buena chica, es nuestro pececito dorado.

Ugh, otro apodo. — ¿Pececito dorado? —repite Barrett presionando sus labios para no reír—. ¿Te dicen así?




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