Estrellas Sobre Nosotros

30: BARRETT

BARRETT

— ¿Por qué sigues aquí? —me pregunta Ocean cuando sale de la habitación de Tam.

Santo cielo.

Me estoy esforzando para no cambiar de expresión, tengo que lucir totalmente desinteresado en esta chica que me ha robado el aliento completamente. Creo que realmente me olvide de como respirar.

Bien, ¡Reacciona Barrett!

Es probable que haya visto a Tam con esta ropa antes, o tal vez es nueva, no lo sé pero no importa porque no creo que nadie se haya visto tan bien en ella como Ocean.

Está usando una blusa blanca sin mangas con cuello de tortuga, una falda negra con pliegues y unas botas negras por encima de las rodillas. No solo eso, tiene los labios rojos y unos rizos sueltos. Ahora mismo tengo una respuesta para Tam, sobre eso que me estaba preguntando hace unas horas.

No. No estoy bien sabiendo que Chuck besará a Ocean. No quiero que la bese. No quiero que salga con él.

— ¡Barret! —ella se acerca a mí, mi corazón se acelera de pronto, ¿Por qué está acelerándose? ¿Por qué es tan difícil dejar de sentirme así?

En su casa, en la cocina estábamos muy cerca y aunque quería acércame a ella no lo hice. No era correcto, ella estaba a punto de ir con Tam para arreglarse y salir con otro chico. No iba a besarla si ella no quería que la besara.

Yo quería hacerlo pero sé que Ocean no y por eso, me detuve.

— ¿Por qué estás aquí? Pensé que solo venias a dejarnos. —pregunta.

Niego, no puedo hablar.

Rueda sus ojos, creo que me gusta mucho cuando hace eso.

Oh no, ¿dije que me gusta mucho?

Claro que me gusta mucho, ya no tiene caso ocultarlo.

— ¿Vas a salir con Whitney? —pregunta ella.

Eso me devuelve a la realidad, ¿Sigue creyendo que me gusta Whitney? —No saldré con Whitney —respondo— yo también iré.

— ¿Qué? —sonríe—. ¿Solo?

Me encojo de hombros. — ¿Qué tiene de malo? Soy un hombre independiente que no necesita a ninguna mujer.

—Um, bien por ti —responde acomodando su cabello.

Chasqueo mi lengua. — ¿Por qué te arreglaste tanto? Solo es una ida al cine.

Sus ojos se abren un poco y baja la mirada a la ropa. Oh no, creo que eso la hizo sentir que se equivocó. No quiero que sienta que se ve mal, es solo que, yo no quiero que se vea tan bien cuando sale con un chico llamado Chuck.

En realidad no me importa como se llame, no quiero que salga con nadie más. Sé que eso es egoísta pero es lo que siento ahora. Aunque es tonto que piense así, ella es libre de hacer lo que quiera y no puedo evitar que se vea bien porque siempre se ve bien.

—Oh, entonces… tal vez, debería cambiarme —toca la falda.

—No —mi corazón no se detiene, necesito dejar de sentirme así por alguien que va a rechazarme—. Quiero decir, te ves bien pero… él… tú, te ves muy bien y… solo digo que Chuck no es… bueno…

Eleva una ceja. — ¿Muy bien? —ríe—. ¿Acabas de decir que me veo muy bien?

Jamás en toda mi vida he querido nada físico con nadie pero ahora mismo solo quisiera poder tomar su mejilla, me gustaría acariciar su cabello y poder abrazarla.

Y obviamente, quiero besarla.

Pero eso jamás sucederá.

—Dije que… —miro sus labios, ¿Qué estaba diciendo?

Ella vuelve a reír. —Eres raro Barrett.

Ella también es rara, no sé porque me gusta. Bueno sí lo sé, hay motivos para que me guste pero quisiera que no me gustara. No tenía idea de todo lo que sucedía cuando te sientes así por alguien, es como si todos tus pensamientos se mueven en una dirección.

Hacia esa persona.

—Ocean —trago saliva, ya tengo que comportarme—. Espero que tengas una buena cita con tu amigo Chuck, que gran nombre por cierto, parece surfista, ¿lo es?

Junta el entrecejo. —Puede ser, digo… sus brazos son de alguien que practica deportes.

Toso varias veces, ¿Qué acaba de decir? — ¿Sus brazos? —Arrugo mi frente—. ¿Le has visto los brazos?

Claro, seguramente alguien como Chuck se la pasa sin camisa, un presumido. Me pregunto cuántas veces Ocean ha visto a Chuck sin camisa, espero que ninguna.

—Sí —responde sonriendo—. Suele mostrar sus brazos.

Ruedo los ojos. —No es para tanto, es normal tener músculos —estoy seguro que yo tengo más definidos mis brazos que él, es lo único bueno de seguir con la natación.

—Um, ¿normal? No realmente, hay muchas personas sin músculos.

Sonrío falsamente. —Si fueras a mis entrenamientos verías que hay chicos con músculos por todas partes —señalo.

Incluyéndome.

Resopla. —Pero usan esos gorros divertidos y esas gafas, ¿no?

Me encojo de hombros. —Sí pero igual, todos ahí tenemos músculos —hice énfasis en “tenemos”

Estoy tan tentado a preguntarle si quiere ver mis brazos pero me controlo, eso sin duda sería raro. Bien, sin duda algo está mal en mí, ¿Por qué estoy comportándome de esta forma? Me siento inmaduro.

—Te impresionas muy fácilmente, Medusa. —retiro mi mirada de la suya.

—No me digas así —reclama—. No tienes derecho a decirme así.

—Lo haré de todas formas, Medusa —contesto acercándome a su rostro.

Siento un aroma suave, una mezcla de algo floral y vainilla. Esto no es un perfume de Tam, este aroma es uno que ella lleva casi siempre. Me gusta mucho cuando estoy lo suficientemente cerca de ella para sentir su perfume. Me gusta pensar que nadie más lo ha sentido porque no han estado cerca de ella.

Pero esta noche Chuck podrá sentirlo.

—Bien, estoy lista —Tam sale también y yo retrocedo un paso, no quiero que empiece con sus cosas.

Ella lleva una falda rosa y una blusa negra con un collar que le regaló mi abuela hace unos meses. Supongo que se ve bien también pero no tanto como Ocean.

¡Ja! Ella no estaría muy feliz con ese pensamiento.  

El plan de Tam es era el siguiente: ella le diría a Finn que yo la iría a dejar a su casa junto con su hermana, así ellos podrían ir al cine todos juntos pero lo que él no sabe es que yo los llevaré a todos, no me emociona mucho tener que llevar a Ocean y a Chuck en su cita pero al menos estaré cerca.




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