Estrellas Sobre Nosotros

32: BARRETT

BARRETT

—Yo tampoco te odio, Barrett —Ocean toca mi mano y mi corazón se acelera de nuevo.

Giro mi mano y tomo la suya antes que la aleje, observo su rostro. — ¿No lo haces? ¿Segura que no me odias? Eso lo dices siempre.

Ella sonríe levemente. —No, no puedo odiar a alguien que me ayudó en algo como eso —dice—. Creo que no me caes tan mal como quiero que lo hagas Barrett.

Ella mueve su pulgar contra mi mano y ahora estoy sintiendo electricidad recorriendo todo mi cuerpo. Sus ojos se abren levemente y mira nuestras manos, ¿Por qué no se da cuenta de lo que me hace sentir?

Cuando vi al pedazo de basura de Chuck levantar la falda de Ocean y levantar las cejas mientras miraba, yo quería hacerle daño. De verdad. Odio tanto que haya tipos como él haciendo esas cosas, son una desgracia para este mundo.

Ocean se ve linda, demasiado linda pero eso no le da derecho a nadie que intente tocarla o hacer esas cosas. Tal vez debí golpearlo.

Aunque ella no quiera yo hablaré con George, un abogado de mis padres para preguntarle qué se puede hacer en estos casos y convenceré a Ocean para que lo denuncie, no estaré tranquilo sabiendo que él vive a su lado.

— ¿Ya no te has cortado? —pregunta ella moviendo sus dedos sobre los míos.

Me gusta eso, me gusta que sus yemas dibujen pequeñas líneas en mis dedos. —No, no pasa todo el tiempo.

Ahora estira sus dedos y los coloca sobre los míos midiendo el tamaño de su mano con la mía. —Tus manos son muy grandes.

—Y las tuyas muy pequeñas —contesto sintiendo cosquillas en mi estómago.

Vuelvo a cerrar mis dedos para entrelazarlos con los de ella, puede que por fuera me vea tranquilo pero esto me está tomando mucha valentía.

—Um, por cierto, ¿Qué fue eso que me dijiste en la sala de cine? —pregunta sonriendo—. ¿Cómo es que me llamaste? Dijiste que me veía de una forma —se inclina hacia mi lado—. ¿Qué dijiste?

No voy a decirlo de nuevo, ahí estaba oscuro y no vio mi rostro. —No tengo idea de qué hablas.

Resopla. — ¿Ah, no? —Me empuja con su hombro—. Que mal, yo iba a decirte que tú también te ves de esa forma.

Respira, Barrett. —Yo… — ¿cree eso realmente o solo me está molestando? —, bueno, te ves… tu sabes lo que dije.

Ocean vuelve a acariciar mi mano con su pulgar.

Un momento, estamos tomado de la mano y ella piensa que también me veo “perfecto”, eso significa que puedo preguntarle algo ahora, ¿no? Creo que puedo preguntarle eso que he querido saber últimamente.

 —Oye Palmera, ¿sabes de ese baile, no? Del que hemos estado practicando con Queens. —Respiro profundamente.

—Si —contesta.

Yo levanto la mirada y tomo todo el valor dentro de mí. —Bueno, que bailemos juntos no significa que tengamos que ir juntos.

Ella rueda los ojos y mueve su mano lejos de mí, no me dejó terminar. —Tranquilo, lleva a otra chica, yo no pensaba quedarme después de eso.

—No —me acerco un poco más, ella no se aparta—. Lo que quiero decir es que, me gustaría que fuéramos juntos —siento escalofríos en mis brazos, ¿Por qué me siento tan nervioso? ¿Por qué soy tan débil con ella al mismo tiempo que me hace sentir fuerte? Es una paradoja—. Si quieres, podemos… pasar el rato juntos esa noche, lo que tú quieras.

Ocean permanece con sus ojos en los míos. — ¿Eso quieres? ¿Ir conmigo? —mi corazón latiendo de esta manera lo dice todo—. ¿Yo?

Asiento mientras paso mi lengua por mis labios porque los siento resecos. —Sí, eso quiero —mis ojos ven los suyos—. Quiero ir contigo.

Sonríe, más no como suele hacerlo. —Si estas sintiendo lastima por mí por lo que pasó esta noche, no te preocupes.

¡Rayos, Ocean! ¿No te das cuenta que me gustas? ¿Qué me gusta estar cerca de ti?

¿Qué no puedo dejar de pensar en ti?

—Palmera —tomo su mano de nuevo—. Quiero ir al baile contigo y escuchar tus quejas y tus insultos toda la noche, ¿bien? No me desagrada estar cerca de ti, tienes una personalidad rara pero quiero ir solamente contigo.

Abre su boca un poco, luego la cierra. Recuerdo su apodo, pececito, ahora sí parece uno. —Ah… —empieza a hablar—. Bueno, sí… creo que podemos ir juntos, si quieres… yo… también quiero.

— ¿Ocean? —es la voz de su hermano.

Ella retira su mano de mí rápidamente y me mira un poco asustada, ¿Por qué actúa de esa forma? No creo que a su hermano mayor le importe que ella salga con alguien, ¿no? De todas formas dejó que saliera con Chuck.

Aunque tal vez no quiere que ella salga conmigo por algún motivo desconocido.

Yo cierro mis dedos y suspiro, frustrado que este momento se haya esfumado.

— ¿Barrett? —pregunta Tam juntando sus cejas.

Sí los acompañé a ellos a la otra sala de cine, compré mi boleto y entré pero me arrepentí inmediatamente. Así que mientras Tam y Finn estaban hablando muy cerca y se olvidaron de mi existencia, yo salí y fue hasta donde Ocean y Chuck estaban, entrando a cada sala buscándolos.

El plan de Tam era que intentara mostrare a Chuck el lado “negativo” de Ocean para que él se decepcionara. Creo que sonaba bien pero luego comencé a cambiar de parecer porque si hacía algo así podía lastimar los sentimientos de Ocean.

Además, quien mostró su lado negativo fue Chuck.

Cuando compré el otro boleto no sabía qué número de asiento habían escogido así que compré uno al azar y me senté al lado de Ocean con la esperanza que no hubiera sido comprado por nadie más.

Me levanto del sofá al mismo tiempo que Ocean, nos giramos para verlos de frente. —Hola —levanto mi mano.

Finn tiene una expresión de disgusto. — ¿Por qué están aquí solos? ¿Y Chuck?

—Bueno… —Ocean duda.

Entonces yo le digo lo que pasó. Le cuento como él levantó la falda de su hermana, la aparté de ese tonto y luego dejé que se fuera por su cuenta. No iba a permitir que siguiera incomodándola.




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