Estrellas Sobre Nosotros

41: OCEAN

OCEAN

¿Qué somos Barrett y yo? No tengo idea.

Eso no importa porque jamás me había sentido de esta forma antes. Estoy consciente que he cruzado la línea enemiga y ya no hay escapatoria pero nunca me había sentido tan viva antes como me siento cuando estoy con él.

Mientras los días pasan él y yo somos cada vez más cursis. Barrett me saluda en las mañanas como siempre, pero cuando todos abandonan el pasillo de nuestros casilleros, se acerca para besarme.

Mi corazón late muy rápido cuando él está cerca. Me gustan las miradas que nos damos en clase, que tome mi meñique cuando estamos en el almuerzo y los audios que me envía antes de irme a dormir deseando feliz noche.

Me gusta que acaricie mi cabello, que me abrace y que ahora se siente muy cerca de mí.

Barrett ha cambiado todas las reglas de mi vida, cada plan fue destruido por él. Nunca pensé que llegaría a sentirme de esta manera, nunca imaginé que alguien como él llegaría a mi historia. Barrett es el chico que he esperado toda mi vida.

Y sé que está mal pero ya no puedo pensar con claridad, en lo único que pienso es en él.

La mejor parte de todo esto es como él se ve igual de involucrado que yo. No estoy recibiendo migajas de su atención ni tengo que preocuparme por si el día de mañana le dejo de gustar, él me hace sentir como si yo fuera la única chica en todo el mundo.

Y creo que para mí, él lo es también. El único chico.

No quería ser cursi, no pensaba que yo pudiera ser cursi pero lo soy cuando estoy a su lado. Lo soy cuando pienso en él, cuando leo sus mensajes de buenos días y en cada momento.

Pero hay una parte difícil, tener que ocultarlo de los demás.

—No entiendo porque no nos acompañan a las fiestas —Tamara se queja a la hora de almuerzo—. Es más divertido si vamos todos.

Barrett se encoje de hombros. —Tampoco es como si nos prestan atención.

Finn coloca su codo sobre la mesa. —Pero eso les gusta, ¿no? ¿Estar solos?

Ruedo los ojos. —Cállate, Finn.

Tamara mira a Barrett. —Bueno, pensándolo bien tú me has dicho que has estado con Ocean más, ¿no? —intento actuar tranquila—. ¿Qué han estado haciendo?

Barrett no la mira. —Tareas.

Finn resopla. —Claro que sí.

Tamara mueve sus ojos hacia mí. — ¿Por qué no vienes a la siguiente fiesta, Ocean? Si Barrett no quiere ir no importa, te presentaré a un chico lindo ahí.

No quiero a ningún otro chico. —Um, yo…

Finn toca su brazo. —Buena idea, mi hermana necesita conocer más personas.

Suspiro. —No quiero conocer a nadie, estoy bien así.

Tamara insiste: — ¿Conoces a James Krow? Es de Noruega o Suecia, no recuerdo —sonríe—. Él me dijo que le gustas, me preguntó quién es la chica con la que como en la cafetería y le gustas, ¿te gusta? Quizás esté por aquí.

Creo que sé quién es James, claro que es guapo pero no me interesa. —Uh, bueno, la verdad no creo que esté interesada.

Hace un puchero. —Pero podríamos ir a la fiesta y te lo presento ahí, ¿sí? Igual no te dejaré sola, así no te sientes incomoda.

—Buena idea —Finn afirma—. Gracias, Tam.

No quiero conocer a James. —Pero yo no… yo no estoy segura si quiero hablar con él.

Tamara entorna sus ojos. —En ese caso, ¿Conoces a Ian Martínez? Es de Futbol Americano, te verías tan bien con él y es agradable —mira a Finn—. Su mamá tiene un refugio para perritos, es asombroso.

Finn asiente. —Suena a un buen tipo, me agrada.

No le agrada realmente, solo quiere que me aleje de Barrett. Conozco a Finn y él me ha estado preguntando muchas cosas últimamente. También me ha llamado “tonta” por dejarme conquistar por Barrett, yo sigo negándolo pero él solo me recuerda que Barrett romperá mi corazón.

—No quiero ir a ninguna fiesta —normalmente cuando ellos se van, Barrett y yo pasamos tiempo juntos.

Tamara suspira. —Vamos Ocean, ¡Tienes que conocer chicos!

Barrett suelta su tenedor sobre el plato y se escucha un ruido un tanto fuerte. — ¿Pueden dejar de insistirle? Claramente no quiere.

Lo miro, él sin duda no debe estar feliz con todo esto.

—Ay Barrett —Tamara rueda los ojos—. ¿Tú qué sabes de citas? Deja ser libre a Ocean, es una cosa de chicas.

Barrett suspira. —Ya te dijo que no quiere.

Ella entorna sus ojos y lo observa unos segundos, seguido me mira con una expresión seria. — ¿Sabías que Barrett te invitó a la primera fiesta solo porque se lo pedí?

En realidad, sí lo sabía.

—Tam —Barrett la detiene—. ¿Por qué estas mencionándolo?

Se encoje de hombros. —No sé, solo para demostrarle a Ocean que tú no eres más que un tonto.

Finn se ríe, yo no. —La invité porque tú querías acercarte a Finn.

Asiente. —Sí, pero fue tu idea. Querías salir con ella y luego romper su corazón, ¿no? —Suelta una carcajada—. Me alegra que Ocean no sea como las demás, ella sí es inteligente.

Antes que pueda analizar lo que ella acaba de decir, Barrett responde: —Mi idea nunca fue romperle el corazón, Tam. No sé porque dices estas cosas.

Tam se acerca a Finn. —Como sea, solo digo que Ocean debería conocer a chicos geniales y así tendríamos citas dobles —bufa—. Tú también deberías conseguirte una chica por ahí, si es que alguna vez bajas tus estándares inalcanzables.

Me siento incomoda con todo esto.

—Entonces, ¿Estabas jugando con mi hermana? —Pregunta Finn a Barrett—. ¿Solo querías llevarla a la fiesta para dejarla después?

Yo junto mis cejas. —Ni siquiera pasó nada en la fiesta.

Barrett estira su mano para tomar la mía por debajo de la mesa. —Es cierto, Tam me pidió que llevara a Ocean a la fiesta para que tú, Finn, estuvieras ahí también —ahora mira a Tamara—. Y mientras ustedes dos se perdieron en algún lugar tuve la oportunidad de conocerla mejor, gracias a tu idea Ocean y yo somos amigos ahora.




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