OCEAN
No le dije nada a Finn pero Tamara tampoco lo hizo.
Mi hermano y ella siguen saliendo, ya ha pasado una semana y no puedo creer que siga engañándolo de esa forma. Intento controlarme cuando ella está cerca pero me siento molesta por todo lo que ha sucedido.
Barrett me dijo que ella se disculpó con él y le aseguró que solo estaba pasando por un momento de debilidad y que promete que las cosas seguirán como antes. Aunque, ¿Cómo podrían seguir de esa forma ahora que sé que le gusta Barrett mientras le sonríe a mi hermano y toma su mano?
Lastimosamente no hay mucho que pueda hacer. Barrett intenta mantener balance entre ella y yo. No quiero que elija un lado, no quiero que deje de ser amigo de Tamara pues eventualmente yo me iré de su vida y ella es todo lo que tendrá.
Pero no puedo negar que me molesta verla cerca o qué él siga trayéndola a la escuela por las mañanas. No quiero ser una novia celosa y controladora y por eso intento actuar normal. Barrett no me pertenece, ni siquiera vamos a durar para siempre como en un tonto cuento de hadas pero aun así, me provoca sensaciones negativas.
Y me duele un poco.
Por suerte Whitney me ha leído la mente y me invitó a comer con ella estos días. Ella, Joe, Nick, una chica llamada Elena y otra chica llamada Dana. Su mesa es diferente, es más larga y tiene más sillas. Está al lado contrario de donde solía sentarme.
Es un poco extraño estar con ellos, hablan de lugares que no he visitado y planes a futuro, planes que involucran negocios y empresas familiares. Aunque todos son amables y al menos, estoy lejos de Tamara.
Y es gracioso que Whitney me presentó como “Ocean Summer” todos me llaman así ahora. Todos los que se sientan en la mesa. Creo que piensan que Summer es mi apellido.
Tamara ha cambiado desde el campamento, Finn es el único que no lo ha notado. Ella no ha hablado de mí sobre nada, no ha tocado el tema sobre lo que le confesó a Barrett y evita hacer contacto visual conmigo.
Ahora no sé qué pensar o hacer, ¿siempre se ha sentido así por mí? ¿Realmente nunca le agradé? Seguramente me odia, soy la novia del chico que ella quiere, que ha querido toda su vida. No sé cómo me sentiría si fuera ella.
Aunque estoy segura de algo, yo no podría jugar con los sentimientos de alguien como lo está haciendo con mi hermano.
Pero ahora es clase de Literatura con Barrett. En clases es cuando podemos estar solos y en los periodos libres. Tamara debe saber que en esos ratos donde no hay nada que hacer Barrett está conmigo pues le envía muchos mensajes, más que nunca y hasta lo llama.
Se suponía que se había disculpado pero es claro que estaba mintiendo. Ahora más que nunca es obvio que quiere a Barrett.
—Hola —Barrett me saluda, una vez más se ve decepcionado que no me haya sentado con ellos durante el almuerzo.
Cuando Finn me preguntó porque lo hacía le respondí que en el campamento Whitney y yo nos unimos más y le prometí sentarme con ella. No intentó averiguar nada más,
—Hola —respondo intentando mostrarme sonriente como siempre.
Barrett suspira. —Oye Ocean, ¿Recuerdas que tu hermano quería que llegara mañana para que le hiciera una pizza? —Me mira con duda—. ¿Aun puedo llegar?
Nick sigue invitando a Barrett para que llegue. —Claro, puedes llegar.
Sonríe. —Bien, nos vemos ahí.
Fue difícil concentrarme en la clase, me la pasé pensando en Finn. ¿Será mejor decirle todo lo que pasó? ¿Me tengo que quedar callada? No lo sé, creo que si fuera al revés él me lo hubiera dicho.
¿Por qué todo está complicándose?
Al finalizar la escuela camino junto con Finn hacia la salida. Él me está contando algo sobre una película pero no le presto mucha atención, cada vez más me siento peor.
No solo le estoy guardando el secreto a mis padres sobre que el hijo de los Andrews es mi novio, a Barrett sobre como mis padres odian a los suyos sino que ahora, a mi hermano. Le estoy ocultando a Finn la verdad de la chica que él quiere.
Mis ojos se llenan de lágrimas, solo quiero irme de aquí.
Cuando atravesamos la salida, respiro profundo y acomodo mi cabello. —Finn —trago saliva—. Escúchame, tengo que decirte algo.
Levanta sus cejas y se detiene. — ¿Qué pasa?
¿Lo hago ahora? ¿En la salida de la escuela? ¿No debo esperar llegar a casa y contarle todo a solas? —Escucha, yo…
— ¡Chicos! —es la voz de Tamara, está acercándose a nosotros. Detrás de ella está Barrett—. ¡Hola! ¿Tienen planes para después?
—Sí —respondo yo sin verla.
Finn me empuja el hombro. —No tenemos planes, ¿Qué pasa? ¿Quieres hacer algo ahora?
Tamara toma su mano y yo aprieto los dientes. —Estaba pensando, ¿no quieren ir a mi casa? Tengo un jacuzzi, será genial.
Finn sonríe. —Vaya, me gustan tus ideas, Tam.
—Tenemos que ir por Nick —le recuerdo a Finn—. Y Daisy, vámonos Finn.
Barrett se acerca pero permanece a unos pasos de distancia. —Es cierto, tenemos que ir por nuestros hermanos —revisa dentro de su mochila—. ¿Y si vas por ellos? Yo quiero ir con Tam.
Tamara se acerca y lo abraza rodeándole el cuello. —Ay, qué lindo.
Siento las lágrimas de nuevo, no puedo dejar que siga mintiéndole. No quiero que siga jugando con mi hermano. —Dame las llaves —él las extiende hacia mí y se las arranco de la mano—. Finn, ve a donde quieras ahora pero cuando regreses te voy a decir algo que debí decirte hace mucho tiempo.
Él me mira confundido, el rostro de Tamara palidece un poco. Ella le da una mirada a Barrett, está pidiéndole que me detenga pero no lo haré. Mi hermano tiene que saberlo todo.
— ¿Qué es? —Finn me pregunta, un poco preocupado.
Aprieto el llavero cerrando el puño. —Después te lo digo, me iré ahora.
Barrett me toma del brazo y yo entorno mis ojos. — ¿Quieres que yo te lleve?