Estrellas Sobre Nosotros

55: OCEAN

OCEAN

Sabía que algún día tendría que terminar todo con Barrett pero no sabía que ese día iba a suceder de esa forma.

Cuando Finn me encontró llorando en unas escaleras me abrazó y me hizo sentir como cuando me caía y el corría a abrazarme. No pude guardármelo más, se lo dije todo. Le conté de Bill, de Tamara, de Barrett y de cada cosa que rompía mi corazón.

Finn estaba muy enojado con todos, creo que incluso conmigo pero luego me recordó que lo único estable en nuestras vidas es la familia y que debíamos ser leales entre nosotros.

Me dijo que terminaría con Tamara para siempre y que se arrepentía de creer en ella. De salir y de quererla. Finn la quería, por supuesto que lo hacía pero ella a él no.

Sabía que yo también tenía que hacerlo, tenía que dejar todo con Barrett. Tamara ganó, ahora lo tiene para ella sola como siempre quiso. Ahora pueden crecer juntos y contar su historia de amor, de amigos a novios y luego, una boda grande con cientos de invitados.

Se supone que estaría bien, pero no lo estoy. Quiero golpear algo, quiero gritar y quiero llorar. Quiero ir con Barrett y besarlo. Quiero preguntarle porque no peleó un poco más por mí. Quiero saber si todo esto no fue más que una exageración en mi cabeza.

Estoy sentada en la mesa compartida de la clase de matemáticas. Barrett se sienta a mi lado en silencio, no me voltea a ver y yo tampoco lo hago. Intenté concentrarme por el resto de la clase pero no podía. Me odiaba pensar que no nos dijimos adiós, solo ocurrió.

Pero es mejor así, esto tenía que suceder tarde o temprano.

Unos cinco minutos antes que terminara la clase, Barrett se inclina un poco sin quitar sus ojos del frente y susurra: — ¿Realmente se acabó?

Tengo que respirar profundo para evitar llorar. —Sí.

Asiente y veo que se reincorpora para moverse tanto como pueda, alejado de mí.

No quiero decirle adiós pero es lo que corresponde.

 

De camino a casa Finn y yo estábamos muy callados. Daisy y Nick estaban discutiendo entre ellos, yo solo quería que se callaran pero no dije nada. Mis ojos se nublaron con lágrimas y desee haber sido más inteligente. Si no me hubiera enamorado de un Andrews esto no hubiera sucedido.

— ¡Ya, cállense! —Finn les grita—. Silencio.

Ambos se congelan y bajan las cabezas, yo cierro los ojos sintiendo el agua sobre mis mejillas. Siento que algo me está aplastando dentro de mí. Todo el día fue tan difícil no correr hacia Barrett y pedirle que me abrace. No quiero dejarlo aun.

Estoy en un conflicto interno. Una parte de mi me grita que es momento de hacerlo, que va a pasar y no puedo hacer nada para evitarlo. Que si voy y dejo mi orgullo a un lado él puede que me acepte pero Tamara lastimó a mi hermano y a ella le gusta mi… ex novio. No puedo estar con alguien que es mejor amigo de una persona así.

Pero también quiero olvidarlo todo y pelear por esto. Es tan dramático, cansado y confuso. Nunca pensé que lograría querer a alguien de esta forma, tan rápido y tan intensamente.

Bill me gustaba, pensaba que yo también le gustaba pero no era nada comparado con lo que siento por Barrett. Bill no era más que un chico lindo que sabía engañarme con sus palabras, Barrett es muy especial para mí.

¿Por qué no puedo tener una sola vez algo que quiero?

Finn conduce con las manos apretadas, enojado y me pregunto si no le duele aferrarse al volante de esa manera. No sé qué es lo que piensa, puedo hacerme una idea. Que su novia (o bueno, ex novia) haya estado enamorada de otro chico ya es suficientemente duro pero que además, sea hijo de los Andrews.

Fue como si los Palmers hubieran quedado en desventaja una vez más por los Andrews.

Aunque no es culpa de Barrett, no lo es. Barrett solo está en medio del caos, ni siquiera puedo culparlo por Tamara. Tal vez si me molesta que no haya intentado detenerme cuando me fui del salón de matemáticas o que no le haya dicho algo más que solo aceptar sus disculpas después de que ella le dijo todo eso, pero bueno, siendo realistas solo somos adolescentes con una relación complicada.

Aunque no se siente así.

Quisiera saber qué hacer en estos caso, ¿Qué pasará mañana? ¿Volveremos a tratarnos como antes? ¿Ahora él me odiará?

No.

Sé que Barrett puede estar molesto pero me ha demostrado que realmente me quiere.

¡Rayos! ¡Barrett Andrews realmente me quiere y acabo de terminar con él!

Pensar en eso me hace llorar más. No quiero llorar por algo que no puedo cambiar. No quiero pensar en Barrett como un recuerdo y no algo que permanece en mi presente.

¿Por qué me duele tanto el pecho? ¿Por qué quiero enterrarme bajo tierra y olvidarme del resto del mundo? ¿Por qué deseo volver a estar dentro de sus brazos? Ay no, ¿Jamás volveré a abrazarlo?

No quiero dejarlo, pero ya es tarde. Ya no puedo dar marcha atrás. Ya no puedo volver con él, si lo hago estoy segura que Finn se enojará mucho conmigo y me recordará que nada bueno proviene de los Andrews y todo lo que esté cerca de ellos.

Pero, ¿Es eso cierto?

Los abuelos de Barrett son personas amables y dulces. Su abuelo y yo jugamos una partida de dominó la última vez que estuve en su casa mientras me hablaba sobre la vez que se encontró en medio de una pelea en un bar pero que un chico hippie comenzó a cantar una canción de los Beatles y la gente se calmó.

Su abuela me toma de la mano y me sonríe, me dice que soy muy bella y me enseña fotografías de Barrett cuando era un pequeño bebé. Me enseña a preparar un postre con manzana y vino.

Y Barrett, él no es malo.

Así que cuando bajo del auto y me muevo hasta mi habitación para encerrarme antes que lleguen mis padres y me vean con los ojos rojos, tomo el teléfono y le envío un solo mensaje.

“Por favor, no me odies”




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