OCEAN
—Vamos a cambiarlos de escuela —papá se masajea las sienes.
— ¡No! —Protesto—. Papá por favor, escucha, sé que fue malo que yo haya ocultado la verdad pero sabía que ustedes iban a rechazarlo solo por su apellido pero ahora lo conocen y él es muy bueno, es asombroso papá y eso que él dijo es una mentira, Barrett nunca ha hecho nada de eso.
Mamá cierra los ojos. —Ocean, ¿Cómo pudiste hacernos esto?
Mis lágrimas siguen saliendo. —Mamá, yo los amo pero por favor, Barrett no tiene la culpa. Yo no tengo la culpa tampoco pero he sido la victima colateral de todo y los amo pero también quiero vivir mi vida.
Papá voltea con Finn. — ¿Por qué no lo dijiste, Finn?
Él niega. —Porque… no sé —me mira, sé que está molesto conmigo pero también se siente culpable—. Quise hacerlo muchas veces pero Ocean realmente lo quiere y Barrett, lo sé, es un Andrews pero quiere a mi hermana. La quiere como nadie la ha querido antes, la cuida y yo… no podía hacerle eso.
Daisy me mira afligida. —Papá, mamá… no se enojen con ella, mi hermana les explicó todo —intenta defenderme—. Ocean no…
—No —papá interrumpe—. Ocean, ¿no ves que este debe ser otro truco de ellos? Quieren burlarse de nosotros una vez más.
— ¡No! —me levanto—. Barrett no haría eso, Barrett me ha dicho tantas cosas y lo sé, sé lo horrible que sus padres fueron con ustedes pero él es una gran persona —mi labio inferior está temblando—. Barrett tuvo que crecer solo, él… ha hecho tanto por mí y no puedo dejarlo, no voy a hacerlo.
— ¿Crees que él va a quedarse contigo después de eso? —Reclama mamá—. ¡Él creció con esas personas! ¡Él te va a dañar!
— ¡No! —Me rehúso a que lo acusen de eso—. Barrett cree en mí como nadie lo ha hecho, él me hace sentir tan especial y no me importa si a ustedes no les gusta, yo sé que él no se va a rendir.
Nick tiene el rostro triste. —Mami… por favor, me cae bien Barrett.
Ella suspira. —Yo sé que Barrett fue amable pero ahora no puedo evitar verlo de esa forma, ahora todos saben que tú eres nuestra hija, la hija de los fracasados.
—Yo soy la hija de los mejores padres del mundo —respondo—. No me importan qué digan las personas, no me interesa nada. Mamá, papá… yo no intento minimizar su dolor y todo lo que pasaron pero, yo creo que, el rencor los ha vuelto prisioneros y tal vez este es el momento de…
—Ni se te ocurra —papá advierte—. Jamás los vamos a perdonar. Ellos nos arruinaron, ellos nos dejaron a un lado como si nada y no fue solo perder nuestras carreras, ¡Perdí a mi mejor amigo! Yo adoraba a Nolan, era mi hermano y después… me dejó.
Mamá asiente. —Blair era mi mejor amiga —su voz se quiebra—. Lo compartíamos todo, ella y yo éramos como gemelas y soñábamos tantas cosas —una lagrima se desliza de su ojo derecho—. Blair me rompió el corazón, Ocean. ¿Sabes lo difícil que es perdonar a alguien que se suponía tenía que estar contigo por siempre?
—Mamá —sorbo por mi nariz—. Mamá, lo lamento tanto y desearía que eso jamás les hubiera ocurrido pero Barrett es la persona que yo amo y no me imagino como podría seguir mi vida sin él. Lo intenté, quise odiarlo y quise alejarme de él tantas veces pero no podía, él es todo lo que siempre deseé. No puedo renunciar a él.
Mi teléfono vibra contra la mesa, leo el nombre de Barrett en la pantalla. Toda mi familia me está viendo, esperando a que tome una decisión. Pero ya lo hice hace un tiempo.
Tomo el teléfono y contesto. — ¿Barrett?
Pero no escucho su voz, es diferente.
Es de una mujer.
— ¿Tu eres Ocean?
Mis ojos se abren. —Ah… sí, ¿Quién es?
Siento la mirada de todos, mi corazón deja de latir cuando responden del otro lado: —Blair Andrews.
—Ah… —lamo mis labios—, yo… eh, ¿Qué pasa?
Es la primera vez en mucho tiempo que escucho su voz. Ni siquiera la recordaba, me alejé completamente de todo lo que mostrara su rostro y el de su esposo. Tal vez ni siquiera la había escuchado antes.
—Ocean, necesito un favor —siento todo mi cuerpo tensarse—. Escucha, Barrett está con nosotros y queremos que me digas si ahora mismo estás en tu casa.
Bajo el volumen todo lo que puedo, no quiero que sepan con quien estoy hablando realmente. —Eh, sí.
—Bien —aclara su garganta—. Escucha, Barrett nos ha dicho dónde vives y ahora nosotros queremos hablar contigo y con, um, pues… tus padres.
¿Qué? ¿Cómo que con mis padres? ¿Quieren morirse?
—Ah, no sé sí…
—Yo sé —responde—. Lo sé, necesitamos arreglar todo lo que está sucediendo, estoy segura que ya lo sabes, ¿verdad?
Bajo la mirada, no puedo enfrentarme con mis padres. —Yo… no creo que sea una buena idea.
Escucho como suspira. —Por favor, después de esto no podremos hacerlo, logramos salir sin que nos siguieran y realmente tenemos que encontrar el punto medio —baja un poco la voz—. Sé que quieres a mi hijo, por favor.
—Ah, yo, pues — ¿Qué digo? Dudo mucho que mis padres quieran verlos ahora.
¡No los han visto en tantos años!
— ¿Hola? —Es otra voz, no es Barrett—. Eh, ¿Eres su hija, verdad?
Nolan.
Tengo la sensación que si me muevo tan solo un centímetro voy a caerme al vacío, aunque estoy en tierra firme. Me siento atrapada en una caja de cristal y no tengo idea qué debo hacer.
—Ah, yo… sí —respondo con la garganta seca.
Él se toma unos segundos para responder. —Por favor, déjennos hablar con ustedes, hay mucho que discutir.
No sé si es lo correcto. —Pero…
A diferencia de Blair, él se impone: —Estamos a unos minutos, será mejor que se lo digas a tus padres.
Y la llamada termina.
Yo sacudo mi cabeza, no sé qué hacer.
—Papá —no puedo verlos—. Mamá, eh… ahora… esté, pues, um…
—Solo dilo —papá habla cansado.
Necesito tomar agua inmediatamente. —Bueno, resulta que… parece que ellos están por venir aquí.