Paso el tiempo y Danna y Michael siguieron siendo novios, parecía que estaban en algo serio, ¡eso me alegraba! Ya iban juntos a bailar al mismo pub; "Acuarelas" y en verdad eran muy contadas las veces en que estuvieran separados, siempre se llamaban, creo que no había conocido nunca una persona que llamase a su pareja más de lo que lo hacían ellos dos, lo cual me parecía muy hermoso, algún día me gustaría tener a alguien que me quisiera tanto como para que no se cansara de llamarme.
Ya por el lado de Scarlett, según nos contaba parecía que Esteban no quería nada serio con ella o por lo menos eso era lo que le demostraba, así que se veía un poco cabizbaja, pero bueno según ella él no era nada importante y bueno pues al parecer había otro chico que le alegraba el corazón; era de la universidad, aunque no sé a qué facultad pertenecía, lo único que sabía era que su nombre era Juan y al parecer el también solía visitar el pub al que nos gustaba ir a bailar.
Un viernes como de costumbre fuimos de nuevo a "Acuarelas", yo vestía de nuevo una chaqueta a cuadros rojos y negros, un jean, unos converse y llevaba el cabello suelto hacia un lado. Por lo general solía alisarme el cabello pero ese día de casualidad no lo hice, así que lo llevaba todo ondulado, un poco alborotado. Entramos y como siempre nos fuimos a sentar a la mesa que quedaba en el fondo por el lado derecho de la entrada, luego de un rato de estar hablando decidimos ir a bailar todos juntos, en esas cuando me encontraba bailando con mis amigas sentí que alguien me tocó, voltee para averiguar qué había pasado y era solo un chico que quería bailar.
Era medio alto. De tez blanca, ojos cafés claro y cabello negro, estaba vestido con una camisa de cuadros azules un pantalón negro y unos tenis, bailamos un buen rato y nos entendimos muy bien.
-¿Cómo te llamas?- me preguntó
-¿Lucía y tú?- Contesté.
-Me llamo Ángel- me dijo.
Luego de eso empezamos a hablar como cotorras, no sé por qué razón pero con el me entendí bastante bien, hablamos de nuestras universidades, de lo que estudiábamos, donde vivíamos, de nuestro estado sentimental hasta de nuestra familia, fue verdaderamente interesante bailar con alguien como él, así duramos un buen rato hasta que en un momento sentí que alguien me empujo, me voltee a ver quién era y esta me pidió disculpas, en ese momento noté que era una de mis compañeras de salón de mi colegio, y al esta darse cuenta que era yo me agarró de la mano y me jaló bruscamente, yo quedé sorprendida, no entendía que hacía ella aquí. Su nombre era Pamela, ella en el colegio era de ese tipo de personas que se complacen de molestar y amargarle la vida a los demás, así que en realidad no estaba nada contenta de volverle a ver; esa chica fue uno de los grandes tormentos de mi vida en el bachillerato. Claro alguna vez pensé que tal vez lo hacía por llamar la atención, tal vez sus padres en casa no la tomaban en cuenta, tal vez en su propia casa era como si ella no existiera, muchas veces lo pensé de ese modo, pero aun así yo sentía que esa no era la forma correcta de hacer notar su presencia, lastimando a los más débiles y yo sí que era muy débil por esas épocas.
Al percatarme de la presencia de Pamela inmediatamente sentí como si me cayera un vaso de agua fría o no más bien como si en ese mismísimo momento me fuera a caer pintura del techo y luego plumas para avergonzarme delante de la gente que ahora en estos momentos me consideraba una persona agradable, si así mismo como en una de tantas películas americanas, solo que a diferencia de esas películas lo mío no terminaría en un final feliz. Opte por ser inteligente y rápidamente me aleje de ella, claro debió parecer como si yo hubiera salido corriendo porque había visto al mismísimo demonio, pero no importaba.
Me dirigí a la mesa donde se encontraban mis amigas, que rápidamente notaron mi estado de shock.
-Que te pasa Lucy, ¿Estas bien?- Me preguntó Ana María
-¿Es esa chica verdad? ¿La conoces?- me preguntó Scarlett, a ambas les respondí que sí.
Trataron de tranquilizarme, pues al parecer me había puesto pálida y toda la cosa, ya después de un rato me quedé conversando con Ana María
-¿Ese chico estaba muy lindo no? -Me dijo
-¿Enserio crees? Bueno pues su nombre es Ángel- le contesté y rápidamente buscándolo con la mirada me percaté de que estaba charlando con Pamela, vaya así que se conocían, eran amigos, bueno pues en ese caso no había nada que hacer y eso que sí que me pareció lindo, pero bueno no era parte de mi destino nada más. El resto del día lo pasé un poco mal, debió de ser por la presencia de aquella chica, sí que me removía el estómago solo de verla.
Finalmente ese día acabó, llegué a mi casa exhausta de tanto bailar y saltar, así que llegué directo a mi habitación y me acosté en mi deliciosa cama para dormir tranquila y plácidamente después de un agotador día.
Ya de nuevo esa semana en la universidad conversando con las chicas y Scarlett que solía estar pegada en el iphone de Jeimmy me mostró una foto que según ella me llamaría la atención y sí que lo haría, era una de las fotos de perfil de aquel chico del pub, Ángel, me emocioné un poco pero trate de disimularlo y reservadamente lo agregué a mi Facebook por medio del celular de Jeimmy.
Días después me aceptó, lo que me alegró infinitamente, aunque sin saber por qué, pero parecía que me gustaba tanto que hasta yo misma fui quien le empezó a hablar y desde ese día no hubo día en que no hablara con él, eso realmente fue muy raro, pues yo no era de las personas que entablaran conversaciones, yo no era nada sociable, pero el realmente por decirlo de alguna manera me obligaba a serlo.
El tiempo pasaba rápido y ya nos encontrábamos en Abril de ese año así que ya se iba acercando el cumpleaños de Ana María y para este decidimos hacer una "tomata" en un parque, pues ella misma había dicho que eso era lo que quería para su cumpleaños, reunirse con sus amigos y beber sin parar. Llego ese día, más exactamente un viernes y efectivamente, varios chicos del salón y nosotras incluyendo a Paola y Deisy nos fuimos a tomar a un parque, celebrando el cumpleaños de Ana María y de Lineros a la vez.