Estúpida Adolescencia

Demian

Al llegar a mi casa prendí la laptop y seguí chateando con Demian toda la noche, me hacía reír tanto. Me contaba que estaba profundamente enamorado de una chica, pero que ella amaba a otro chico que era amigo de él. De momentos me parecía como si esa chica fuese yo.

Llegó el día del concierto y fui al conjunto de Ángel donde quedé de encontrarme con él y sus amigos. Al llegar estaba Demian esperándome, me pareció un alivio, no me sentía cómoda con Ángel, pero había quedado de venir a esto (Por mi propia idea).

Tomamos un taxi y fuimos hasta el lugar donde sería el concierto. Ninguno de ellos tenía boletas, pero yo sólo tenía dos, la mía y la de ¿Ángel?, así que al llegar al lugar empezamos a buscar donde comprar boletas para los demás.

— Oigan, ¿me acompañan a recoger a una amiga? Me está esperando cerca. — Nos preguntó Ángel.

— Vamos pues — Refunfuñó Tom. Yo los seguí.

¿Una amiga?, ¿De qué iba todo esto?

Al llegar a la avenida vi que venía una chica, de cabello castaño y ojos negros. Al percatarse de la presencia de Ángel esta corrió a abrazarlo y Ángel le correspondió.

—Uyy noo, ¿pero esa es la nena que le gusta? ¡Parece una niña chiquita! Ángel se da garra. — Dijo Matías con tono de fastidio.

Inmediatamente me sentí como un mosco en leche. No quería estar ahí.

Ángel se acercó con la chica, esta venía con un amigo. La vi detalladamente. Era obvio, ella era Laura Cortes. Inmediatamente sentí como el mundo se me venía encima y empecé a sentir un dolor muy profundo en el fondo de mi corazón. como si me lo hubieran arrancado y lo estuvieran atravesando dolorosamente, nunca había sentido una sensación como la de aquella vez, talvez la peor sensación de mi vida...

Era tal el descaro que Ángel ni siquiera se atrevía a verme a los ojos. ¿Para qué me había dicho que vendría a esto conmigo? ¿Si sus planes desde el principio eran venir con otra persona?, ¿Que era esta clase de broma de mal gusto en la que yo estaba metida?

—Lucy, ¿Estas bien? — Me dijo Demian suavemente.

Lo miré, no tenía ni palabras, estaba atónita.

— Tranquila Lucy, todo va a estar bien, solo no pienses en ese idiota — Me dijo mientras me abrazaba.

Así que, con todo y la situación, decidí decirle a Demian que yo tenía entradas para el concierto, pero que sólo alcanzarían para él y yo. Si, así mismo, decidí regalarle la boleta que tanto me había costado conseguir para Ángel, a Demian. Total, en este punto, ya no sentía que Ángel valiera la pena en absoluto. Además, tampoco le iba a dar las boletas para que entrara con la chica por la que me había cambiado.

Demian tomó mi mano y me arrastró hacia los demás.

— Ángel, conseguimos boletas ya para entrar — Le dijo a Ángel en tono serio.

— ¿Que? y dónde? ¿Cuántas tienen? — Dijo Ángel mientras abrazaba a Laura...

Verlo con ella me estrujaba el corazón.

—Umm no, pero el que no las vendió solo tenía dos— Dijo Demian — La de Lucy y la mía —Terminó de decir.

En ese momento Ángel me miró como si me quisiera matar. Yo bajé la mirada.

— Bueno pues será irnos porque nosotros no tenemos — Dijo Ángel secamente.

— Pues si consiguen entran — Refutó Demian. Entonces tomó mi mano y me arrastro para irnos a la entrada del concierto.

Luego caminando hacia la entrada del lugar me abrazó y me espelucó el cabello.

— Listo, caso resuelto — Me dijo riéndose. Yo le correspondí con una sonrisa.

Entramos al concierto. Escuchamos tantos cantantes, a muchos no los conocía, pero aun así la noche fue amena.

En un momento salió un cantante que enloqueció a la multitud, entonces me empujaron por la emoción. Demian se percató y me rodeó con sus fuertes brazos para que la gente no me pegara.

—Tranquila. yo te protegeré — Me decía.

Así pasamos el resto del concierto, el abrazándome fuertemente.

Al lado mío solo había parejas abrazadas, lo cual me hacía sentir un poco incómoda. Además, me miraban constantemente y a Demian. No entiendo que querían decir sus ojos.

Terminó el concierto y tomó mi mano para ir a la salida. En realidad, en todo lo que duró el concierto estuvo tan pendiente de mí, como si yo importara tanto. Entonces se metió la mano al bolsillo para buscar su teléfono.

— Demonios — refunfuñó.

— ¿Qué pasó? — Le dije.

— Soy un idiota. Me dejé robar el celular. ¡Agh! — Estaba muy molesto. Yo me preocupé bastante y lo agarré del brazo. 

— Tranquilo, cálmate, yo te ayudo a conseguir otro, pero no te pongas así — Le dije casi chillando.

— No. no... bueno al menos no era el super celular, al fin y al cabo, era una baratija. Pero igual, me da rabia... — Seguía diciendo. Me sentí muy mal por él. En parte sentía que era mi culpa.

Traté de tranquilizarlo el resto de la noche, tomamos un taxi y me llevó hasta su casa. Pero al llegar allí me sorprendí de sobre manera.

Demian... Se veía como alguien humilde, sé que sueno un poco clasista (Como si yo pudiera ser parte de ello), pero vestía como un "vago" no lo sé. Pero al llegar a su casa toda mi percepción sobre el cambió.

Era rico. Vivía en un lugar increíble. ¿Cómo fui tan boba de no darme cuenta? Entonces me empecé a sentir tan avergonzada, yo, que lo llevé a mi casa, a ese cuchitril donde vivía. qué vergüenza tan absoluta la que sentía.

Al llegar no pronuncié muchas palabras, estaba anonadada, así que pedí un taxi rápidamente en el lobby de su casa y me fui sin decir nada. Sentía mucha vergüenza.

Aquella noche me sentí tan frustrada que no hice más que dar vueltas en la cama. Creo que en toda la noche el rubor de mis mejillas nunca se fue.

A los días siguientes me puse en la tarea de ver cómo le ayudaba a conseguir un celular, si, precisamente yo, la persona más pobre del planeta, pensé. 

Encontré una baratija en mi casa, que tenía sin uso, era realmente horrendo, pero supongo que le podía servir, al menos mientras compraba otro, lo que creo que no sería mucho problema para él a final de cuentas.




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