Estúpida Adolescencia

Vacío

Parte II

 

Pasó el tiempo, iniciaba mi siguiente semestre de universidad; tercer semestre. Las cosas eran complicadas en el campus, pues desafortunadamente veía la mayoría de las clases junto con Scarlett y Danna, quienes lo único que hacían era burlarse de mí.

Desde un inicio sabía que las cosas se tornarían de esta manera, pero, aunque lo sabía era complicado el tener que sentirme sola en estas situaciones.

Entre tanto empecé a andar sola y a relacionarme con compañeros de otras carreras, o al menos eso intentaba dado a lo introvertida que era. Allí conocí a un chico, que me llamaba la atención.

En cuanto a las chicas, “Mis amigas” traté al máximo de no volver a salir con ellas, sin embargo, Ana María y Julieth insistían en que saliese con ellas de nuevo a bailar…

Yo ya no le encontraba sentido a nada de eso.

Era viernes de nuevo, y como solían hacer, estaban juntas planeando que hacer por la tarde.

—Vamos, por favor, van a ir los de mecatrónica — Decía Scarlett emocionada.

Emocionada de comerse a alguien nuevo. Pensé.

—Yo no puedo Sca, tengo videollamada con Felipe. — Le dijo Ana María.

—Yo también tengo cosas que hacer — Dije de la manera más detestable posible.

—jajaja esa Lucy — Se burló Danna mientras volteaba los ojos.

La miré molesta y decidí simplemente irme para mi casa.

Allí recostada en la cama, pensando un poco en todo y a la vez en nada me empezó a timbrar el celular. Era un número desconocido.

Contesté.

—¿Aló? — Dije con desgana mientras miraba el horrendo techo de mi cuarto.

—Hola Lucy, marica, vente para acá, esto esta rebueno. —

—¿Perdona? — Contesté confundida. Parecía ser la voz de Scarlett.

—Que venga, que la fiesta esta buena, en el pub cerca de la universidad, están tus amigos de mecatrónica. Y es que me siento sola, por favor no me deje sola.

Solté un suspiro largo.

— Por favor, Lucy, marica no me deje sola, la necesito. — Me suplicaba.

Que mamera.

—Ok. Ya voy. — Le contesté para que colgara y no tener que escuchar más su voz y menos suplicando.

Tomé mi chaqueta y salí hacia allá. ¿Para qué? No lo tenía claro en realidad.

Al llegar al lugar vi que Scarlett estaba con Danna y que “mis amigos” de mecatrónica no se encontraban por ningún lugar. Decidí devolverme por donde venía, pero Scarlett me agarró rápidamente del brazo.

—Venga Lucy, no se vaya, quédese un ratico — Decía.

—Sii, dale Lucy, la estamos pasando chévere — Dijo Danna.

Entorné los ojos y me senté junto a ellas.

Ni siquiera sabía que Danna estaba aquí… De verdad, para que vine.

—Marica, ese tipo esta rebueno ¿no? — Decía Scarlett mientras miraba hacia un muchacho que estaba en otra mesa del pub, cuyo nombre parecía ser Harold.

Desde luego, es que, ¿qué chico no le gustaba a Scarlett? Que fastidio.

Mas tarde Danna se fue del pub, pues se vería con Michael y entonces entendí todo.

Claro, por eso me llamó para que viniera, no quería quedarse sola. Yo siempre siendo el maldito comodín.

El resto de la tarde se quedó cruzando miradas con el tal Harold, aunque parecía que había otra chica que ya le había puesto el ojo encima. Era rubia, de ojos verdes-cafés y delgada. Esa chica prácticamente lo sedujo, lo agarró del brazo y empezaron a salir juntos del pub, junto con sus amigos.

Cerca de la salida del pub, pasaron cerca a Scarlett y le miraron de arriba a abajo.

—¡Ushh de razón tembló ayer…! — Exclamo la rubia mientras miraba fijamente a Scarlett.

—Uuuy, cuidado se le rompen los tacones — Terminó de decir mientras se carcajeaba otra de las chicas que venía con ella.

Scarlett se les puso de frente y les gritó. —¿Qué dijo? ¡¡Venga y me lo grita en la cara!! —

En ese momento empezaron a gritarse y a discutir entre todas ellas mientras yo las miraba de lejos.

Bah, solo falta que se agarren del cabello… Par de estúpidas. Pensé.

Tras el suceso, salimos del pub, Scarlett se fue caminando hacia la esquina de un parque. Se sentó en el andén. Yo no entendía que estaba haciendo así que solo me quedé mirándola confundida.

Entonces se puso a llorar atacada delante de mí.

Muy en el fondo de mi corazón no sabía si sentirme triste por ella o al contrario si sentirme feliz porque tal vez “ella se lo merecía” así que no dije nada y simplemente me quedé callada a su lado observándola….

Después de todo, ella no podía esperar más de mí, yo ya no le quería, lo nuestro se había roto hace tiempo.

—Marica Lucy, ellas tienen razón, yo soy una gorda horrible — Me decía entre sollozos.

—Claro que no — Le contesté yo, aunque no sonaba nada convincente.

—Soy horrible, por donde se me mire soy espantosa, por eso nadie me quiere…— Seguía diciendo. — Por eso siempre he estado sola y por eso siempre lo estaré.

Yo te quería y no fue por tu físico precisamente que te dejé de querer. Pensé.

Pasé el resto de la tarde a su lado, escuchándola llorar, viendo como se rompía en mil pedazos, como un comentario tan estúpido, le removía miles de cosas en su interior. Que su madre no la quería y que solo la maltrataba, que su padre la abandonó de niña y que nadie ha sabido valorar su amor jamás. Que la gente lo único que ha hecho es burlarse de ella.

Yo no decía nada, solo callaba y observaba, esperando la hora en que pudiera irme y olvidarme de todo esto.

A los días siguientes, el tema se regó con “Mis amigas” en la universidad, es más, no sé si también lo habían regado con la facultad completa.

—¿Como así Lucy y ¿tú no la defendiste? — Me decía Ana María confundida.

—Uy no que garra esa Lucy, dejando sola ahí a Sca. — Terminó de complementar Danna y el resto de las chicas solo me hizo el feo. Como si apestara. Como si hubiera hecho algo realmente malo.




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