Me sudaban las manos, no sabia que decir cuando abrieras la puerta. Llevaba un mes fuera yo, solo quería darte una sorpresa, que nos abrazáramos, bailáramos y riéramos toda la noche. Incluso encargue un ramo de rosas. Era la primera vez que compraba flores. Te mande algunos mensajes antes disimulando, interesándome por lo que hacías pero, tardabas en contestar. Llame nervioso a la puerta y espere impaciente. Emocionado…
Las olas rompían en silencio contra la arena. Apure el cigarro y me encendí otro. Recordaba el día que nos conocimos. Esperabas nerviosa en aquel horrible sofá naranja, bien peinada, con ese vestido morado que tanto me gustaba. Yo salia a comer y te ofrecí un cigarrillo. No lo aceptaste pero, me miraste con esos preciosos ojos verdes y me robaste el corazón. Nos mudamos juntos tres meses después. Te encantaba andar descalza todo el rato. Encendí otro cigarro. Lo eras todo para mi.
Mi ultima lagrima toco la arena y, todo ardió.