I.
Poco conoces lo que hago, mi cielo,
por tener así sea un rato tu atención.
No imaginas mis deudas con Vallejo,
con Darío, con Neruda y su canción.
¡Con el verso en general! Que aunque miedo
me da, se ha vuelto mi más fiel compañero.
II.
¿Cómo podrías verlo?, no te he contado.
Poco te he contado de mis trasnochos,
de mis peleas y aventuras, sueño alado.
Mi sufrimiento y mi amor son morochos,
nacieron de ti con un destino atado:
crecer siempre que te tengo a mi lado.