(Comienzo-Parte 1)

Me había olvidado de lo que se sentía el dolor, esos golpes que te hacen pisar la realidad, y hacen que tus pensamientos y deseos sean aclarados. Todo había pegado un vuelco para cuando sentía el dolor en mi cuerpo emocional y más para el error que había cometido con mi irresponsabilidad. Sentada en esa cama fría y solitaria en aquella habitación, por mi cuerpo recorría escalofríos, mis pensamientos no tenían sentidos, todo estaba de cabeza y los golpes que marcaban mi cuerpo me hacían sentir humana al verlos y por lo que estaba pasando conmigo me hacía entender que perdía mi fuerza, me estaba volviendo débil. 

-Necesito ayuda-Susurre con pocas ganas de hacerlo saber.

 Pero no, todo lo que siento es temporal y pronto se acabará toda culpabilidad que llevo a dentro, pero... ¿Qué estoy diciendo? No puedo rendirme y dejar que los tres hombres de esa noche ganen y que las personas con las que tengo conexión dejen de seguir el camino que les corresponde, pero necesito un descanso, un descanso temporal para tomar fuerzas y tomarme las cosas en serio para poder seguir. Jamás debo rendirme y dejar que ganen los que llegaron a lastimarme, no debo rendirme, aunque el dolor en mi cuerpo sea terrible, no puedo rendirme, y sin dar mi último esfuerzo, ahora va a hacer el comienzo de todo lo que tengo planeado y terminar con encontrar la respuesta a mi pregunta ¿Tengo mi propia vida?...

  Todo tiene un propósito, las personas que llegan a nuestras vidas no son casualidades, son personas destinadas a enseñarnos grandes cosas y hacernos de nosotros más fuertes o más débiles. Para algunos las cosas que les han tocado podría decirse que es de mala suerte o buena de tal forma, pero nadie tiene la culpa de tener el nombre que tiene escrito en su personalidad, nadie tiene la culpa de nacer en tal lugar que le beneficia o le arruina, nadie tiene la culpa de tener un estado económico bajo o alto, se podría resaltar mejor que ninguno decide el lugar, nombre o estado económico que haga de nosotros la persona más beneficiada por las cosas que poco importan para la felicidad, si, el dinero es importante para vivir bien o razonable. Muchos viven para trabajar y pocos trabajan para vivir, y ahí está la diferencia en entender que sin esfuerzo no se llega a nada, pero todo es cuestión de tener sentido común con las cosas y no dejar que la palabra "Rendido" este en nuestro vocabulario en momentos de crisis emocional, física y mental. En esos momentos en donde deseas que la muerte toque tu puerta y te lleve para no sufrir de tal manera que tu mente se desgasta y tu corazón se destroza.

Solo existen dos días del año en que no puedes hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto, hoy es el día ideal para amar, crecer, hacer y principalmente vivir 

  Todo está cobrando sentido para mi mente, me siento mejor y bien recuperada. Dos días han pasado desde aquella decisión para comenzar, es hora de darle sentido a la vida con más felicidad y menos tristeza. Ahora, es momento de: pensar, creer, soñar y atreverse. Comenzar desde cero no es malo, es más una muy buena decisión y la mejor opción, es empezar de una mejor forma y hacerlo con otra perspectiva que de un buen resultado. 

Me encuentro despertando en mi hogar actual, con una mañana reluciente, con cabello alborotado y con ojos hinchados de un buen descanso, pero físicamente renovada. Al bajar para dar unos buenos días después de haberme arreglado veo que mi familia no se encuentra. Camino ya lista hasta la puerta para salir y comenzar mi día de la mejor forma ¡reiniciando mi vida! Al estar caminando por las calles que me dirigen a muchos lugares, ya comienzo a ver el mundo de un mejor ángulo. Estoy sola ahora, pero no me preocupa tanto la soledad por qué en muchas ocasiones ella siempre fue mi mejor amiga a la cual pude contarle mis angustias, problemas, lágrimas, y momentos de dolor. Aprendí con ella a abrazarme sola y ver con mis propios ojos donde estuvo el problema en mí y en lo que cometí. Muchos critican la soledad como un momento egoísta, pero en muchas ocasiones hace falta estar solo para poder entenderse, decir lo que alguna vez no gritamos por miedo y al abrazarse uno solo te das cuenta que el amor apropio es primero. 

 Mi forma de caminar la sentía segura y decidida a dar un paso más, pero a lo lejos veo un rostro conocido, pero por la distancia no lo reconozco muy bien, solo puedo notar que lleva un sombrero negro y saco negro largo. Camino a paso más rápido para detallar aquella persona, pero de un momento a otro desaparece... ¿Quién era? las preguntas comenzaron a darse en mi cabeza. Luego de haberle dado tanta vuelta a mi cabeza la persona a la cual me daba intriga de saber ¿Quién era? había vuelto, pero esta vez estaba un poco más cerca a la distancia a la que se había encontrado antes. Una de sus manos la saca de su bolsillo y comienza a señalarme, en ese momento mi cuerpo cae al piso y mi alma sale de ella. 

Veo mi cuerpo tirado en el piso y las personas que se encontraban allí se acercan para detallar más la situación y una de ellas llama a emergencias, en otra parte yo me veía de pie y el sujeto misterioso solo se queda viéndome.

-¡¿Qué sucede?!-Hable con voz alta y demandante. - ¡¿Qué hiciste?!- Grite con voz preocupada y enojada. El sujeto solo se encontraba parado firmemente como un soldado mirando la escena, hasta que... Su mano se ve nuevamente señalándome y un fuerte dolor da en mi cabeza que quedo tirada en el suelo. Mi mente estaba recordando todas las vidas y mi conocimiento se estaba mostrando en aquellas imágenes... La caída de un edificio, la muerte de una madre, maltrato, suicidio, tristeza, dolor, felicidad, bailes, despedidas, entre otras más.

-¡Basta!- Mi mente grito de no poder más.

 El dolor al recordar cada vida me hacia el corazón de cuadritos, todo me había hecho cambiar mi mirada, una de esas que funden el hielo ante una respuesta y comencé a tener un corazón más frío. Sentía todos los sentimientos recorrer mi cuerpo y las ganas de llorar y gritar con muchas fuerzas