Etéreo

Capitulo#2

Ha oscurecido con lentitud luego de organizar mi habitación, me he acostado con los brazos abiertos en el suelo de habitación pensando en Hardin y lo enojado que debe estar conmigo por lo que le dije. 

Juego con el dije del collar que me llega hasta el valle de mis senos, la forma de rubí plateado es un poco pesado y un dibujo extraño que tiene líneas doradas, como si miles de años le hubieran pasado por encima ¿será oro? dudo mucho que sea de oro, nadie en su sano juicio dejaría un collar como este en una granja, es ridículo. Hay algo especial en este collar, algo que me hace sentir una gran necesidad de tenerlo cerca, si me lo quito siento un gran vacío en mí, es por eso que no me lo puedo quitar ni para dormir. 

-Adriel - escuchó dos ligeros golpes y levantó un poco mi cabeza viendo la cabeza roja de Abby - casi son las siete treinta - ingresa con prendas colgando en su brazo, abre mi armario y toma dos armadores de ropa. - Es el uniforme del colegio. 

-¿De verdad? - me pongo de pie y revisó mi nuevo uniforme, falda gris con tablones y blusa blanca de mangas largas con un blazer color vino y corbata a cuadros del mismo color de la falda.

Horrible, pienso y me rindo, Abigail me da una corta sonrisa y le sigo los pasos escalera abajo directamente al comedor, meto mi collar dentro de la blusa y tomó asiento a lado de mi hermano. Judith revisa su reloj de bolsillo esperando que sean las siete en punto. 

-Bien ¿alguno de ustedes quiere hacer la oración? - pregunta la mujer loca. 

-No somos religiosos, pero respetamos sus costumbres. - declara mi hermano. 

-Deberán aprender a hacer una oración en cada alimento, es una orden. - sonríe y junta sus manos. - Señor, bendice nuestros alimentos, mismo que se multiplicaran para dar de comer al hambriento. Quiero darte las gracias por traer a salvo a mis nietos, por dejarme verlos después de quince años, te prometo señor que los guiaré para que sigan tu camino y los recibas de la mano, amen. 

Observó el pollo con papa y guisantes, con una cantidad de arroz medida al parecer, con un vaso de agua junto, mientras que la señora tenía una copa con vino tinto. Tomó el tenedor y empezó a comer en silencio. 

-Adriel, me gustaría saber si has tenido algún tipo de relación con un chico. - levanto mi mirada incrédula por lo que acabo de escuchar. - Espero que sigas siendo virgen, es algo sagrado que se debe mantener hasta el matrimonio, lo mismo para ti - señala con el tenedor a mi hermano. 

-Creo que eso es algo personal, ya estoy en edad de tomar anticonceptivos. - contraataco - Le voy a ser sincera. - Hardin me da un golpe con su zapato bajo la mesa - No soy religiosa, creo en Dios, de hecho, creo en todo, pero no soy una fanática religiosa como usted, estoy bautizada por si esa es su siguiente pregunta, pero más allá de eso no me arrodilló para rezar el santo rosario, por que no estoy acostumbrada a eso, si quiero verme como una mujerzuela, así me veré, y si quiere echarme de la casa, tendrá que pagar una multa de dos mil quinientos dólares, abuela. 

-Eres igual a tu madre, un demonio andante, si te hubiese criado yo…

-Agradezcamos que eso no pasó en la próxima oración. - frunce sus labios furiosa pero guardando la compostura, vuelvo a mi pollo y escucho el suspiro de mi hermano. 

Volví a mi habitación luego de lavar mi plato donde merende, abrí la ventana y me apoyé en la misma para conocer la vista, se puede ver la cruz de la iglesia desde aquí, corre mucho viento, lo que probablemente indica que lloverá pronto. 

Observé mi espalda desnuda en el espejo del baño, las cicatrices aún son visibles, pero prefiero esto a mil colores en mi espalda luego de ser golpeada por un rayo cuando era niña, mi piel no es tan blanca, pero si lo suficiente para que las cicatrices sean casi invisible. 

La mancha roja en el lado derecho de mi frente me causa un poco de inseguridad, por eso siempre la cubro con un fleco que llega más abajo de mis ojos, antes era un cerquillo, pero ese look ya no es de mi agrado, así que ahora está en proceso de crecimiento. 

Mi papá dijo que fuí besada por un querubín, y eso me hace afortunada ya que probablemente estoy protegida por la gloria de Dios, él al igual que su madre si era religioso, pero no hasta el punto de enloquecer y exigir. Sería muy hipócrita de mi parte sentirme bendecida con ese beso cuando no soy religiosa en lo absoluto. 

Mi vello se erizó, toda mi piel se puso de gallina al escuchar las gotas de lluvias chocar en la estructura vieja de la casa. Me detuve a mitad del pasillo con los ojos cerrados canalizando mis nervios, he aprendido a manejar mis fobias, se que estoy dentro y aquí la lluvia no me afecta, pero antes era como una tortura en mi cabeza.

Ingreso a la habitación sosteniendo mi toalla. Hardin está cerrando la ventana para apaciguar el ruido, observo que mi portátil está abierta con el repertorio listo para ser reproducido.

-Carajo! - se lleva la mano al pecho - ¿Estás bien?  

-Se que debería ser yo la que te busque para pedir disculpas por lo que dije - jugué con mis uñas - no quiero separarme de ti, jamás, crecimos en el mismo vientre con un solo latido de corazón, el de mamá y eso nos unirá toda la vida.

-No estoy enojado, sabes que no puedo ser duro contigo, eres mi hermanita, te amo y haré todo para que estés bien.




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