En la mañana apenas pude comer, he tomado el puesto a la pared para recostar mi cabeza y dormir unos minutos sin que nadie me vea, cada que cierro los ojos veo a Nale intentando hacerme daño y, levantarme sudando y llorando no es nada agradable. Hardin no ha parado de hacerme preguntas, pero me limito a quedarme callada y dejar que aquello solo me atormente a mí.
Luego de que mis padres fallecieron tuve varios episodios de pánico, alucinaciones y ansiedad, no podía dormir y eso estaba afectado a mi frecuencia cardiaca. Lucrecia y Stefan amigos muy íntimos y cercanos de mis padres me llevaron con un psicólogo que me prescribió hierro, antidepresivos y somníferos, las voces se detuvieron y las pastillas se fueron, beber medicamentos todo el día se volvio una adiccion desagradable, le cogí asco a las pastillas y, aunque aun bebo hierro de vez en cuando, suelo batallar mucho para tragarlas.
-¿Estás bien? - levante la cabeza hacia Azrael - Me quedé muy preocupado anoche ¿Que paso con el chico que te perseguía?
-La policía se lo llevo - dije con la voz más baja que pude, no tenía ánimos de hablar - ¿Tienes fiebre?
-¿Qué? - preguntó tocándose la frente, un olor a hierro, no, no a sangre invadió fuertemente mi nariz y me provocó una arcada - ¿Adriel? Estas…
-Apestas a sangre y emanas mucho calor.
-¿Sangre y calor? - preguntó mientras se olía las axilas, el aliento y comprobaba su temperatura, yo me cubrí la nariz ¿me estaba volviendo loca? porque Azrael parece bastante afectado por mi pregunta.
-Ese es mi puesto si me lo permites. - Reclamo Jet.
-Siéntate en otro lugar, Jet. - exclamó Azrael con los dientes apretados - Adriel no se siente bien hoy, y tampoco está para aguantar.
-Pues ella parece no aguantarte a tí, porque conmigo a su lado jamás se ha cubierto la nariz.
-Hablas como si la conocieras, veté a otro puesto, Colborn.
-Te sorprendería cuanto la conozco. - ambos se miraron desafiantes, como si tiraran rayos.
-A sus lugares señores y señoritas. - anuncia la profesora Maria.
-Tu cuerpo se pudre, Azrael, apestas a muerte. - Jet curvo sus labios hacia arriba haciendo que Azrael se ponga de pie y tome otro lugar. - ¿Te hizo daño la lluvia? ¿O el aire?
-No he podido dormir, Nale…- sus ojos rápidamente fueron a mi cuello - ¿Por qué es tan importante esto? ¿Por que el quiere arrancarmelo en mis sueños? - susurre para que no me llamen la atención.
-Recuestate, yo te cubro. - negué.
-Quiero respuestas, Jet, las quiero ahora.
-No me complace contarte lo que sucede entre ese collar y tú.
-Entonces he de ir con Azrael para que sus papás me digan de que se trata. - sus facciones se relajaron y se inclinó hacía mí y sonrió tontamente.
-Te diré esto una sola vez, cuando se trata de tí, mis celos se vuelven perversos, de hecho, todo lo que se traté de tí me hará sacar los puños, no me provoques, por que hace mucho tiempo él y yo no nos llevamos, y lo usaré como excusa si él te llega a poner un solo dedo encima. - sus palabras me dejaron sin respiración, Azrael se giró como si hubiese escuchado, pero enseguida volvió a poner atención.
-Si eres lo suficientemente perverso como te autodenominas ¿por qué tienes miedo a darme explicaciones? - desvió su mirada de mis ojos, abrió su cuaderno y observé los labios dibujados a lápiz con un tono rojo cereza, ese mismo que usé anoche para ir al Rappel. Por primera vez en mi vida voy a aprovecharme de que le atraigo a un chico, solo para sacarle información. - También dibujó, sabes - susurré llamando su atención, me miró y busqué las páginas del final de mi cuaderno donde suelo dibujar.
-Tienes buena técnica, lo haces muy bien. - le sonreí mostrándole todos mis dientes posibles, paso mi brazo pasó el suyo y me aferro a su antebrazo.
-Me siento muy cansada, dijiste que cubririas.
-Sé lo que haces, Adriel. - aparto mi mano de su brazo - No repetiré lo que ya te he dicho mil veces, el pasado debe quedar allí, en el pasado, porque no trae nada bueno al presente. - Saco la hoja de mi carpeta de plástico y la puso sobre su ensayo, se puso de pie para entregarla y se detuvo frunciendo el ceño, me miró y de nuevo a la hoja. - ¿Has investigado sobre los ángeles caídos?
-Que…eso…- empecé a rebuscar entre mis cosas y me giré para buscar a Hardin.
-¿Mi trabajo se mezcló entre tus hojas? - pregunte y él empezó a buscar en su carpeta, nego. - No, no, no, devuélvemelo, no lo entregues.
-...la rebelión no merece ser castigada, liberarse de una prisión eterna debe ser un derecho y no una decisión, conservar las alas es una obligación y su padre, así como es con sus hijos en la tierra, debería ser con sus hijos en el cielo. - me miró enseguida - ¿De donde copiaste esto?
-No lo copie, lo escribí.
-Colborn y Gavril, su trabajo por favor. - mi mirada se mantiene fija en Jet que parece sorprendido por lo que ha leído, deja la hoja sobre su cuaderno, toma un bolígrafo y escribe mi nombre junto al suyo.
Observe lo que había estado escribiendo sobre los ángeles caídos ¿como pudo eso llegar a mis hojas de la escuela? la doble y la metí en mi cuaderno, Jet volvió y no me dijo nada el resto de la clase.
Mientras caminaba hacia la cafetería observé cómo colgaban un cartel que dice Baile de primavera Estamos a principios de abril, supongo que aquí también llevan esta tradición, para ser un colegio religioso.
-Debemos ir en parejas, tu con Azrael, yo con Hardin ¿que dices? debemos ir a comprar un vestido ya, porque seguro la modista estará repleta de trabajo.
-Cyra…puedo preguntarte por qué Azrael y Jet no se llevan?
-Son muy competitivos, aunque Azrael siempre le ha dicho que está un paso más allá de él, que jamás podrá ser como él o tener lo que él tiene.
-¿Y qué es eso? ¿Qué es lo que Azrael tiene?
-Se lo pregunté también, pero nunca me dijo. Aunque Jet también tiene sus secretos, llegó aquí hace como dos o tres años, es un bombón, parece que los ángeles lo hubieran esculpido a la perfección, mi mejor amiga, Chrissy, ella estaba enamorada de Jet, pero Jet jamás ha hablado con nadie, simplemente se sentaba allí a existir, Chrissy se metió a la oficina del director, buscó su expediente para saber si Jet tenía alguna dificultad para hablar o escuchar, pero su expediente estaba vacío.