Etéreo: Nickolas Lombardi

XI

•LA FIESTA PARTE II•

Ava.

Me encontraba tomando un mojito mientras conversaba animadamente con mis amistades, luego de estar riendo con las ocurrencias de Doug, quien muy ingeniosamente se había disfrazado de Tony Montana y su Novia Maggie de Elvira Hancock.

—Buenas tardes señorita salvadora—Escucho a mi espalda.

—¡No puede ser!—Exclamo sorprendida—, ¿Señor Garibaldi? Se supone que debe estar en reposo...

—¿Qué de malo puede pasarme con usted a mi alrededor? Además le insistí mucho al Señor Lombardi para que me dejara venir.

—Hablando de Nicholas... ¿Ha venido con usted esta noche?—Ante mi pregunta su respuesta fue menear su cabeza en señal de negación.

—He venido con mis hombres, el Señor Lombardi dijo que tenia algunos asuntos por atender.

—Entiendo.

—Nos veremos mas tarde, Ava.—Se despide y desaparece entre el resto de las personas acompañado de sus hombres.

—Ya pero no nos vamos a desanimar porque Nicholas no esta, que no cunda el pánico—Anima Erika.

—Unos chupitos para comenzar—secunda Angelina.

Asiento tomando las pequeñas copas que me pasa y tras ingerir el líquido amargo vuelvo a mirar a mi alrededor.

¿Realmente Nicholas no vendrá?

—¿Ava?

Me giro para mirar al autor de aquella voz.

—Elliot. ¿Que tal te ha tratado la vida?

—Cuanto tiempo.

Elliot un ex compañero de la preparatoria, una persona a la que no veía hace muchos años. Ya no llevaba aquel aspecto tan empollón, ahora era un joven muy apuesto y carismático. Comenzamos a platicar de banalidades, incluso mis amigas se unieron a la conversación. Me contó que ahora es un emprendedor de su propia empresa de biotecnología, pero no ha conseguido suerte en el amor.

Elliot fue ese tipo de chicos a los que siempre podías acudir cuando no hacías alguna tarea y siempre obtendrías un sí de su parte, un gran compañero, tanto que incluso un compromiso entre nosotros no hubiera sido una sorpresa si las cosas hubieran continuado como en aquellos tiempos, si yo no me hubiera ido.

—Dios, discúlpame el atrevimiento, pero no esta dé más decirte que estas preciosa—Me adula y el alcohol en mi sistema se sube a mis mejillas tornándolas de otro color.

La música sube y para mi sorpresa todo da paso a un dj, tal vez mi madre esté explorando nuevos gustos. Todos comienzan a bailar, el lugar se llena a tope, alcohol, disfraces y mucha diversión.

De pronto la veo, la misma mujer que mantenía su mirada en mi aquel día, la ex de Nick. Su mirada se dirige a mi, no lleva ningún atuendo alusivo, solo un largo vestido rojo, sonríe en mi dirección, una sonrisa agría y levanta una copa. Trago grueso pero no demuestro ningún tipo de emoción, mas que la curiosidad que nos envuelve a las dos.

Mi madre a lo lejos parece notarlo y avisa a mi padre de la situación. ¿Tal vez sea la sospechosa? Recuerdo que todo apuntaba a un hombre, sin embargo no me extrañaría que estuviera involucrada, estuvo presenté aquel día y ahora aquí también, sumándole mas cosas, tiene un motivo; Nicholas.

Sigo tomando algunas cuantas copas, no tantas para no llegar a mi limite, todos los ojos están puestos en mí. Noto las miradas de varias personas, modelos, ejecutivos, algunas personas importantes y otras que no tanto, pero ninguna es de él.

—Hey—habla Erika—, se que tal vez sientas mucha presión cariño, pero vamos. Estamos en una fiesta, disfrutémoslo.

Asiento y sonrío, el dj cambia a una música que conocemos bien, comenzamos a bailar. Elliot se despide amablemente dejándome a solas con mis amigas, mientras que mi madre a pocos pasos riñe a Adela por tomar alcohol.

Continuamos riendo y bailando, Angie saca sus pasos del Gangnam Style, haciéndonos reír.

Logro ver a Doug junto a Maggie y se acercan a nosotras. —Realmente han hecho una muy buena elección con ese disfraz.

—No le digas que te dije, pero tuve que obligarlo—Me responde y reimos pues evidentemente Doug a su lado escuchó.

Dejó a Maggie conversando con las chicas y converso con Doug aparte. —¿Te ha dicho algo?

Niega.

—No entiendo porqué no ha llegado, Doug.

—No creí que te importara tanto.

—Es por mamá.

—Las apariencias, otra vez—Noto un dejo de molestia en su voz.

—¿Hay algo que te moleste?

—Nicholas estaría dispuesto a arriesgar toda su vida por ti y pareces ser la única que no se da cuenta.

—¿Por qué lo dices?—pregunto nuevamente —, te recuerdo que la única reputación que estoy cuidando es la de el, como señor de la Mafia. No me interesa nada de esto.

Asiente un poco mal encarado.

—Nick es como mi hermano y el simple hecho de ir a dar la cara con su tío para que no sea una amenaza para ti parece no significarte nada.

—Y te recuerdo que ambos me mintieron, tú también, dijiste que irías con el, pero no fue así.

—Decídete Ava, realmente haces esto porque no tienes opción o estarás dispuesta a quererlo a el realmente. Nicholas no necesita mas falsedades en su vida, de eso ha estado rodeado siempre. —Decide a irse—, y si estas tan preocupada por su paradero, prueba con hacer algo por ti misma y llámale.

Se va dejándome aturdida y enojada.

¿Que ha arriesgado su vida por mí? ¿Acaso yo lo metí en esto? ¡Ellos son los que me están involucrando a mi! ¡Son ellos los que han jodido mi tranquilidad y me han envuelto en todo este lió!

Comienzo a encaminarme al bar, pido un trago fuerte y lo tomo de un trago. El enojo sigue en mi sistema, no puedo detener la lluvia de pensamientos negativos que se ciernen sobre mí, la sangre me hierve.

¿Como se atreven todos a imponerme que le ame?

El sonido de un microfono me saca de mis pensamientos. Mi madre se pavonea por el salon con este, comienza a hablar agradeciendo a todos los presentes. Siempre ha sido muy buena con las palabras, siempre ha sido muy buena con todo, pero no para protegerme a mi, para alejarme de todo esto.



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En el texto hay: mentiras, mafia, amorodio toxico

Editado: 07.11.2024

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