capitulo 6

Capítulo 6

Kim Namjoon era un hombre alto y fornido, tenía la piel ligeramente más oliva que Jungkook y sus ojos de un café oscuro eran sagaces al examinar el instituto.

—Vaya interesante lugar. Nunca había estado por aquí. Conozco sólo el área B y C —le comentó mientras unos guardias los dirigían hacia las salas de visita. La información tomó por sorpresa a Jimin pues pocos eran los permitidos a tener un acceso a esas áreas, la mayoría de los benefactores sólo pisaban la sala de visita cuanto máximo. Era una regla implícita que siempre se había llevado a cabo, sólo los que trabajan allí eran permitidos interactuar con ellos dentro de sus respectivas zonas asignadas. Jimin pertenecía a la zona A, se notaba que era el más antiguo con sólo mirar el edificio desvaído en comparación a los demás. Taehyung solía bromear con que un día amaneceríamos sin pared por las grietas largas que se estiraban a través de ella.

—Como logró ingresar señor?, creí que únicamente el personal podía hacerlo—indagó Jimin. La única explicación razonable que se le ocurrió fue que este haya trabajado allí en cierto punto. Por un momento pensó que Namjoon no le iba responder, pues este se quedó callado unos instantes, pero para su asombro y curiosidad le acabo dando la razón en cortas palabras que tampoco dejaban avistar algo.

—Es acertado lo que dices, en mi caso era el ayudante de alguien que solía trabajar aquí. —fue lo único que dijo, y se dio por zanjado el tema cuando llegaron a la sala de visitas.

Ambos se dirigieron hacia una mesa vacía al fondo, había pocas visitas a ese punto del mes. La mayoría de los interesados ya tenían a su sirviente, y los pocos que quedaban serían subastados o repartidos a personas que no lograron adquirir a quienes deseaban. Cada año ocurría lo mismo, los pocos dotados eran dejados al final como premio de consuelo. De allí nacía el miedo de muchos ser uno de ellos, un miedo que se ha alimentado desde la niñez cuando recibían advertencias de que si no mejoraban en algo o de no ser perfectos en lo otro acabaría entre los rechazados y si tenían suerte no serían devueltos al afuera. Una vergüenza exclamaría su maestra de teatro, “si sigues así, serás nadie oíste, te crees que vas a llegar lejos bailando estas equivocado, ¿mira tú apariencia y modales quien querría a alguien como tú?" le diría cuando estaban solos. Tocando cada nervio que a su insegura persona podía herir, a medida que él tiempo pasó no obstante Jimin aprendió a reprimir sus maliciosas palabras y las de algunos compañeros, estas seguían avivando sus inseguridades y temores que a veces lo había ansioso. Con la ayuda de Taehyung esos momentos quedaban en segundo plano la mayor parte del tiempo, ya sea porque trataba de hacerlo sentir mejor o simplemente por ayudarlo a despejar su mente en algo entretenido y que los hacía fugazmente felices. A pesar sin embargo de los años y a sus cambios físicos, las inseguridades que tanto había trabajo en cambiar seguían allí con él, encerradas en su cabeza y listas para presentarse al mínimo error que cometiese.

Al entrar a la sala lo primero que noto fueron las sonrisas demasiados forzadas en algunos de los graduados, desesperados por no ser dejados atrás, en ellos se vio reflejado a sí mismo hace una semana atrás rogándole a Jungkook que lo llevase de allí. Reconoció a algunos de ellos, diciplinados como fueron, al final del día escogían a los más vistosos. A aquellos que podían entretenerlos ya sea por su belleza, talento o ambos. Siendo la primera la principal causa. Las historias no exageran cuando se habla de elección de niños cuyos rasgos aseguran buena apariencia futura, si la suposición fallada siempre había uno que otro cirujano que atendía cada cinco meses. Reparando imperfecciones que podían disgustar a los benefactores.

En cuanto al aprendizaje inculcado muchos de ellos ni siquiera gustaban de lo que hacían, pero se esforzaban por sobresalir y ser los mejores porque allí se encontraba su boleto de salida. Jimin había conocido a unas cuantas personas que eran tan buenos en matemáticas que podrían rivalizar a profesores, otros se interesaban ámbitos que lamentablemente nunca podrían satisfacer u ocupar porque no formaba parte de los servicios que eran permitidos realizar.

—No hay tanta gente de la que esperaba. —hizo notar Namjoon, el cual recibió algunas miradas curiosas de otros visitantes.

—Solo quedamos unos pocos, el resto ya se ha marchado o espera ser recogido pronto.

Asintiendo en comprensión, Namjoon volvió al tema que les correspondía.

— Me gustaría infórmate sobre la situación actual en la que se encuentra mi hogar y las reglas que deberás seguir. —ignorando las miradas de personas quienes abiertamente pusieron su atención en ellos, este continuó su charla enfocado. Jimin se preguntó si Namjoon se trataba de alguien importante o escandaloso. Al no traer ningún logo oficial de Beatus como Jungkook, no considero la idea de que se tratase de alguien vinculado a la política, o al menos eso creía.

Namjoon le habló  sobre los horarios en que podría salir, siempre  acompañado de alguien más por seguridad, advirtiéndole que no a todos les atraía la idea de personas como Jimin habitando la nación, por ello en los últimos años las cosas que se relacionaban con el afuera incluyendo a ellos eran temas difíciles de tratar a causa de  los radicales puntos de vista de las partes, además de la existencia de leyes que prohibían su libre movilidad sin autorización del poseedor, para evitar problemas Namjoon le aconsejo mantener un perfil bajo, diciéndole como última advertencia  sobre las  frecuentes desapariciones de gente como él en las calles. Jimin había sabido sobre las desapariciones sólo por rumores, se añadió a la lista de temores que traía en su cabeza, incluso cuando está era una situación casi familiar para todos en el instituto, era terrorífica la idea de ser tomados sin ningún motivo más que el de ser ellos mismos.