La ciudad de Londres, con su mezcla de lo antiguo y lo moderno, se alzaba imponente ante ellos, sus callejones oscuros y edificios históricos ofreciendo tanto refugio como peligro.
Mihaela lideraba el camino, sus sentidos agudizados para detectar cualquier amenaza. Noah y Kai la seguían de cerca, sus ojos escaneando el entorno en busca de cualquier señal de peligro. Sabían que la Sombra tenía influencia en la ciudad y que encontrar el grimorio no sería tarea fácil.
-Empezaremos por los lugares donde sabemos que los dueños son personas que tienen un pacto con nuestro clan,- dijo Mihaela, su voz firme. -Tenemos contactos aquí que pueden ayudarnos a obtener información.
El primer lugar al que se dirigieron fue una antigua librería en el corazón de la ciudad. El dueño, un hombre anciano con un conocimiento profundo de lo oculto, los recibió con una sonrisa.
-Mihaela, Noah, es un placer veros de nuevo,- dijo el anciano, inclinando la cabeza en señal de respeto. -He oído rumores de vuestra llegada. ¿En qué puedo ayudaros?
-Buscamos un grimorio antiguo, uno que podría ayudarnos a vencer a la Sombra,- explicó Mihaela. -Necesitamos encontrarlo antes de que el lo descubra antes.
El anciano asintió, su expresión volviéndose seria. -He oído hablar de ese grimorio. Se dice que contiene poderosos hechizos que podrían cambiar el curso de la guerra contra la Sombra. Hay un lugar en la ciudad donde podríais encontrar más información,- dijo, entregándoles un mapa con una ubicación marcada.
Agradeciendo al anciano, el grupo se dirigió al lugar indicado en el mapa. Era una mansión abandonada en las afueras de la ciudad, rodeada de un aura de misterio y peligro. Al acercarse, sintieron una presencia oscura que los observaba.
-Noah, usa tus sombras para explorar el área,- ordenó Mihaela.
Noah asintió y extendió sus manos, invocando las sombras para que se deslizaran por la mansión, buscando cualquier trampa o enemigo oculto. -Hay algo dentro, pero no puedo identificarlo con precisión,- informó, su voz tensa.
Con cautela, el grupo entró en la mansión. Las habitaciones estaban llenas de polvo y telarañas, y el aire estaba cargado de una energía oscura. De repente, una figura apareció ante ellos, su rostro oculto por una capucha.
-¿Quiénes sois y qué buscáis aquí?,- preguntó la figura, su voz resonando en la oscuridad.
-Somos del aquelarre Sangre Nocturna. Buscamos el grimorio para vecer a la Sombra,- respondió Mihaela, su voz firme.
La figura se quedó en silencio por un momento antes de bajar la capucha, revelando el rostro de una mujer joven con ojos brillantes y amarillos. -Soy Elara, guardiana de este lugar. Si realmente sois aliados, os ayudaré a encontrar lo que buscáis,- dijo, extendiendo una mano en señal de paz.
Con la ayuda de Elara, el grupo comenzó a explorar la mansión en busca de pistas sobre el grimorio.
Mientras exploraban una de las habitaciones, Kai aprovechó un momento de distracción de Noah para agarrar a Mihaela del brazo y llevarla a un rincón apartado. Sin previo aviso, la besó efusivamente, sus labios llenos de pasión y desesperación.
Mihaela, sorprendida, lo apartó con cuidado. -Kai, no podemos hacer esto ahora. Nuestro objetivo es encontrar el grimorio,- dijo, su voz firme pero suave. -Y Noah podría descubrirnos.
Kai la miró con frustración, sus ojos llenos de emociones conflictivas. -No puedo evitarlo, Mihaela. Sé que tienes una relación con Noah, pero no puedo dejar de sentir lo que siento por ti,- confesó, su voz cargada de dolor.
Mihaela suspiró, sabiendo que la situación era complicada. -Kai, debemos mantenernos enfocados. Necesitamos ese grimorio para vencer a la Sombra. Por favor, entiende,- dijo, apretando suavemente su brazo.
Kai asintió, aunque su expresión mostraba que no estaba completamente convencido. -Lo entiendo, pero no es fácil,- admitió, soltando su brazo.
Con un último vistazo a Kai, Mihaela regresó en la búsqueda, tratando de mantener la compostura. Sabía que la misión era lo más importante, pero también sabía que las tensiones personales podrían complicar las cosas.
Mihaela se unió a Noah y Elara, quienes estaban examinando un antiguo mapa en una mesa polvorienta.
-Elara, ¿qué has encontrado?,- preguntó Mihaela, tratando de concentrarse en la tarea en cuestión.
Elara señaló una marca en el mapa. -Aquí es donde se supone que está escondido el grimorio. Es una antigua cripta bajo la ciudad, protegida por poderosos hechizos. No será fácil llegar hasta allí,- explicó, su voz llena de preocupación.
-No tenemos otra opción. Debemos intentarlo,- dijo Noah, su voz firme. -La Sombra no puede obtener este grimorio y debemos saber como acabar con él.
El grupo se preparó para la peligrosa misión. Con Elara guiándolos, se dirigieron a la entrada de la cripta, oculta en un callejón oscuro. La entrada estaba sellada con runas antiguas, brillando con una luz tenue.
-Noah, ¿puedes deshacer esto?,- preguntó Mihaela, observando las runas.
Noah asintió y extendió sus manos, invocando las sombras para envolver las runas. Con un esfuerzo visible, logró disipar la magia, permitiendo que el grupo entrara. -Vamos,- dijo, su voz tensa.
La cripta estaba llena de trampas y guardianes mágicos. A medida que avanzaban, se encontraron con varios obstáculos. En un momento, una serie de flechas envenenadas se dispararon desde las paredes. Kai, con su habilidad para manipular el tiempo, ralentizó las flechas, permitiendo que el grupo las esquivara.
-Esto se está poniendo cada vez más peligroso,- comentó Kai, su voz tensa.
-Lo sé, pero estamos cerca. Puedo sentirlo,- respondió Mihaela, su determinación inquebrantable.
Finalmente, llegaron a una gran sala subterránea. En el centro, sobre un pedestal de piedra, descansaba el grimorio. Su cubierta estaba adornada con símbolos antiguos y brillaba con una luz etérea.
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Editado: 06.09.2024