Con el corazón pesado, Mihaela siguió caminando junto a Noah, sabiendo que la verdad eventualmente saldría a la luz. Pero por ahora, tenían una misión que cumplir. Al llegar al refugio, encontraron a Kai y Elara esperándolos, sus expresiones llenas de preocupación.
-¿Qué habéis descubierto?,- preguntó Kai, su mirada fija en Mihaela.
-Hemos encontrado a Alaric, un mago antiguo y aliado de nuestro aquelarre. Nos ha dicho que necesitamos realizar un ritual de unión y encontrar una piedra de luz para amplificar el poder del grimorio,- explicó Mihaela, entregando el mapa a Kai.
Elara asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. -La cueva donde se encuentra la piedra de luz está al norte de la ciudad, protegida por guardianes antiguos. No será fácil, pero es nuestra única esperanza,- dijo.
Kai miró el mapa y luego a Mihaela. -Entonces, ¿cuál es el plan?,- preguntó, su voz llena de determinación.
-Nos dirigiremos a la cueva al amanecer. Debemos estar preparados para cualquier cosa,- respondió Mihaela, su voz firme.
Esa noche, el grupo descansó lo mejor que pudo, sabiendo que la misión que les esperaba sería peligrosa. Al amanecer, se pusieron en marcha, siguiendo el mapa hacia la cueva al norte de la ciudad. El camino era arduo, y la tensión entre ellos era palpable.
Al llegar a las afueras de la ciudad, Elara se detuvo y miró a Mihaela, Noah y Kai con una expresión solemne. -Aquí es donde debo despedirme. Mi tarea era guiaros hasta aquí, pero no puedo acompañaros más allá. La cueva está protegida por fuerzas que no puedo enfrentar,- dijo, su voz llena de tristeza.
Mihaela asintió, comprendiendo la decisión de Elara. -Gracias por tu ayuda, Elara. No podríamos haber llegado hasta aquí sin ti,- dijo, abrazándola.
Noah y Kai también se despidieron de Elara, agradeciéndole por su apoyo. -Cuídate, Elara. Esperamos verte de nuevo cuando todo esto termine,- dijo Noah, con una sonrisa.
Elara asintió y, con un último gesto de despedida, se desvaneció en la niebla, dejando al grupo para continuar su misión.
Finalmente, llegaron a la entrada de la cueva, una abertura oscura en la ladera de una colina. Mihaela, Noah y Kai se detuvieron un momento para prepararse.
-Noah, usa tus sombras para explorar la entrada. No podemos permitirnos sorpresas,- ordenó Mihaela.
Noah asintió y extendió sus manos, invocando las sombras para que se deslizaran por la cueva, buscando cualquier trampa o enemigo oculto. -Hay algo dentro, pero no puedo identificarlo con precisión,- informó, su voz tensa.
Con cautela, el grupo entró en la cueva. Las paredes estaban cubiertas de musgo y las sombras danzaban a la luz de sus antorchas. A medida que avanzaban, se encontraron con varios guardianes antiguos, criaturas de piedra y magia que protegían la piedra de luz.
La batalla fue intensa. Noah usó sus sombras para desorientar a los guardianes, mientras Kai manipulaba el tiempo para ralentizar sus movimientos. Mihaela, con su control sobre los elementos, lanzó ráfagas de viento y relámpagos para debilitarlos. Además, usó su poder de manipulación mental para confundir a los guardianes, haciéndoles creer que estaban atacando a sus propios aliados. Con su control sobre el agua, invocó torrentes que empaparon a los guardianes, dificultando sus movimientos. La tierra bajo sus pies se agitó, creando obstáculos y trampas, mientras llamas surgían de la nada, rodeando a los enemigos y obligándolos a retroceder.
Finalmente, después de una feroz lucha, lograron derrotar a los guardianes y llegaron a una cámara iluminada por una luz brillante. En el centro de la cámara, sobre un pedestal de piedra, descansaba la piedra de luz.
-Allí está,- susurró Mihaela, sus ojos llenos de asombro.
Mihaela se acercó al pedestal, sus sentidos alerta. -Kai, Noah, manténganse atentos. Esto podría ser una trampa,- advirtió.
Con cautela, Mihaela extendió la mano y tomó la piedra de luz. En ese instante, una energía cálida y brillante llenó la cámara, y la piedra comenzó a brillar con una intensidad deslumbrante.
-Lo tenemos,- dijo Mihaela, sosteniendo la piedra con firmeza. -Ahora debemos regresar y realizar el ritual de unión.
El grupo, aunque agotado, sabía que su misión estaba lejos de terminar. Con la piedra de luz y el grimorio en su poder, se prepararon para la siguiente etapa de su viaje, conscientes de que la batalla final contra la Sombra estaba cada vez más cerca.
Con la piedra de luz y el grimorio en su poder, el grupo sabía que su misión estaba lejos de terminar. Salieron de la cueva, conscientes de que la batalla final contra la Sombra estaba cada vez más cerca. La ciudad de Londres, con sus callejones oscuros y edificios históricos, ofrecía tanto refugio como peligro.
Mihaela, Noah y Kai regresaron al refugio, donde se reunieron para planificar el ritual de unión. Sabían que necesitarían toda la ayuda posible para tener éxito.
-Alaric nos dijo que necesitamos realizar un ritual de unión para amplificar el poder del grimorio con la piedra de luz,- explicó Mihaela, colocando la piedra y el grimorio sobre una mesa.
-Noah, ¿has encontrado algo en el grimorio que nos pueda guiar en el ritual?,- preguntó Kai, su voz llena de determinación.
Noah asintió y abrió el grimorio en una página marcada. -Aquí hay un ritual antiguo que parece ser lo que necesitamos. Requiere la combinación de nuestros poderes y la piedra de luz para crear una barrera mágica que pueda contener y derrotar a la Sombra,- explicó, señalando los símbolos y las instrucciones en el libro.
Mihaela estudió las instrucciones, su mente trabajando rápidamente para comprender los detalles. -Necesitaremos un círculo de protección y varios ingredientes mágicos. Alaric mencionó que podríamos encontrar algunos de ellos en su casa,- dijo, mirando a Noah y Kai.
Kai asintió, listo para actuar. -Iré a buscar los ingredientes. Vosotros dos podéis preparar el círculo de protección aquí,- sugirió.
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Editado: 06.09.2024