Eternal nights

El legado de la Sombra

Selene, después de observar la tensión entre Mihaela, Noah y Kai, decidió que no podía dejar pasar la oportunidad de acompañarlos. Se acercó a Mihaela con una sonrisa diplomática.

-Princesa Mihaela, si no les importa, me gustaría unirme a su viaje de regreso al clan Sangre Nocturna. Tengo asuntos que discutir con Lucius -dijo Selene, mencionando al hermano gemelo de Mihaela y el rey del clan.

Mihaela, aunque sorprendida por la petición, asintió.

-Por supuesto, Selene. Eres bienvenida a acompañarnos -respondió, tratando de mantener la calma.

Noah, aún con el corazón pesado, no dijo nada, pero su mirada reflejaba su incomodidad. Kai, por su parte, observaba la situación con una mezcla de frustración y curiosidad.

El grupo comenzó su viaje de regreso al castillo del clan Sangre Nocturna. El ambiente estaba cargado de tensión, y cada uno de ellos estaba sumido en sus propios pensamientos. Selene, aprovechando la oportunidad, caminó junto a Noah, intentando entablar conversación.

-Noah, ¿cómo has estado? Hace mucho que no hablamos -dijo Selene, con un tono amigable.

Noah, aún afectado por lo ocurrido, respondió con cortesía pero sin mucho entusiasmo.

-He estado bien, Selene. Gracias por preguntar -Noah, trataba de mantener una conversación superficial.

Mihaela, que caminaba un poco más adelante, no pudo evitar sentir una punzada de celos al ver a Selene tan cerca de Noah. Kai, que caminaba a su lado, notó su incomodidad y eso solo aumentó su frustración.

-Mihaela, ¿estás bien? -preguntó Kai, tratando de ocultar su propia ira.

-Sí, estoy bien -respondió Mihaela, aunque su voz traicionaba sus verdaderos sentimientos.

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El viaje de regreso al castillo del clan Sangre Nocturna continuaba en silencio, con cada uno de ellos sumido en sus propios pensamientos. Después de varias horas de caminar, decidieron hacer una pausa en un claro del bosque para descansar un poco. La luz del sol se filtraba a través de las hojas, creando un ambiente tranquilo y sereno.

Mihaela aprovechó la oportunidad para acercarse a Noah, quien estaba sentado en un tronco caído, mirando pensativo al suelo. Se sentó a su lado, su corazón latiendo con fuerza.

-Noah, necesitamos hablar -dijo Mihaela, su voz suave pero llena de urgencia.

Noah levantó la mirada, sus ojos aún reflejando el dolor de lo ocurrido.

-¿De qué quieres hablar, Mihaela? -preguntó, su voz cargada de tristeza.

Mihaela tomó una profunda respiración, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

-Sobre lo que pasó con Kai... No fue lo que parece. Estoy tan confundida, Noah. Mis sentimientos están divididos y no sé qué hacer -admitió, sus ojos llenándose de lágrimas.

Noah la miró en silencio por un momento, tratando de procesar sus palabras.

-Mihaela, te vi besándolo. ¿Cómo esperas que me sienta? - Su voz estaba temblando ligeramente.

Mihaela extendió una mano, tocando suavemente la de Noah.

-Lo sé, y lo siento tanto. No quería lastimarte. Kai y yo... me dejé llevar por la confusión. Pero te amo, Noah. No quiero perderte -Sus lágrimas comenzaron a caer libremente.

Noah apartó la mirada, luchando contra sus propias emociones.

-Es difícil, Mihaela. No sé si puedo seguir así, sabiendo que tus sentimientos están divididos -respondió, su voz apenas un susurro.

Mihaela se acercó más, su desesperación evidente.

-Noah, por favor. Me prometiste que nunca me dejarías. Necesito que estés a mi lado mientras trato de resolver esto. No puedo hacerlo sola - La voz de ella estaba quebrándose.

Noah cerró los ojos, sintiendo el peso de sus palabras. Finalmente, asintió lentamente.

-Está bien, Mihaela. No te dejaré. Pero necesito tiempo para procesar todo esto. No será fácil -Noah, abrió los ojos para mirarla de nuevo.

Ella asintió, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza.

-Gracias, Noah. Prometo que haré todo lo posible para aclarar mis sentimientos y no lastimarte más -Ella, apretó suavemente la mano de él.

Una vez que Mihaela terminó de hablar con Noah, lo dejó solo con sus pensamientos. Noah se quedó sentado en el tronco caído, mirando al suelo, tratando de procesar todo lo que había ocurrido. La confusión y el dolor seguían presentes en su corazón

Kai, que había estado observando desde la distancia, sintió una oleada de rabia y frustración. Sabía que la situación no se resolvería fácilmente, y la tensión entre ellos solo aumentaba con cada momento que pasaba.

Selene, por su parte, observaba la escena con interés, consciente de la complejidad de las relaciones entre ellos. Sabía que su presencia añadía una capa más de tensión, pero estaba decidida a aprovechar la oportunidad para acercarse a Noah.

El grupo continuó su descanso en el claro del bosque, cada uno lidiando con sus propias emociones y pensamientos, sabiendo que el camino por delante sería largo y lleno de desafíos. Se acercó a Noah con una sonrisa suave, sus ojos llenos de preocupación.

-Noah, ¿estás bien? -preguntó, sentándose a su lado.

Noah levantó la mirada, sorprendido de verla tan cerca.

-Selene... No estoy seguro. Todo es un caos en este momento -respondió, su voz reflejando su angustia.

Selene extendió una mano y la colocó suavemente sobre la de Noah.

-Lo siento mucho, Noah. Sé que esto debe ser muy difícil para ti. Si necesitas hablar, estoy aquí para escucharte -Su voz estaba llena de sinceridad.

Noah suspiró, agradecido por su presencia, aunque aún se sentía abrumado.

-Gracias, Selene. Es complicado. Mihaela está confundida y yo... no sé cómo manejar todo esto -admitió, su voz temblando ligeramente.

Selene lo miró con ternura, sus ojos reflejando su amor no correspondido.

-Noah, eres una persona increíble. Cualquiera sería afortunada de tenerte a su lado. No dejes que esto te destruya -Ella, acarició suavemente la mano de Noah.

Noah la miró, sintiendo una mezcla de gratitud y tristeza.




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