Kai y Mihaela se encontraban en una habitación de un hostal, el ambiente cargado de una tensión palpable. La luz de la luna se filtraba por la ventana, iluminando sus rostros con un resplandor suave y melancólico.
Mihaela, con los ojos llenos de confusión y tristeza, miró a Kai. Sabía que tenía que ser honesta con él, aunque las palabras le resultaran difíciles de pronunciar.
-Kai, no sé lo que siento por ti -dijo Mihaela, su voz temblando ligeramente-. No quiero perderte, pero ahora mismo necesito estar sola para pensar y aclarar mis sentimientos.
Kai, aunque herido por sus palabras, entendía la necesidad de Mihaela de tener espacio. Se acercó a ella con suavidad, tomando su rostro entre sus manos.
-Lo entiendo, Mihaela. Tómate todo el tiempo que necesites -dijo Kai, su voz llena de ternura y comprensión.
Con un gesto cariñoso, Kai le dio un beso en la frente, sus labios rozando su piel con delicadeza. Luego, se apartó lentamente, dejando que sus manos cayeran a sus costados.
-Estaré aquí cuando estés lista -añadió Kai, antes de girarse y dirigirse hacia la puerta.
Mihaela observó cómo Kai se alejaba, su corazón dividido entre la confusión y el cariño que sentía por él. Sabía que necesitaba tiempo para entender sus propios sentimientos y decidir qué camino tomar.
Kai salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de él con un suave clic. Mihaela se quedó sola, sumida en sus pensamientos, mientras la luz de la luna continuaba iluminando la habitación con su resplandor sereno.
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Al día siguiente, el grupo se reunió en el centro del pueblo, la tensión palpable en el aire. La plaza, aunque desierta, parecía cargada de las emociones no resueltas de la noche anterior. Noah, Kai, Mihaela y Selene se miraron en silencio, cada uno lidiando con sus propios pensamientos y sentimientos.
-Tenemos que seguir adelante -dijo Mihaela finalmente, rompiendo el silencio-. El castillo del clan Sangre Nocturna no está lejos, pero debemos estar preparados para cualquier cosa.
Noah asintió, su rostro mostrando una mezcla de determinación y dolor. Kai, aunque herido tanto física como emocionalmente, se mantuvo firme a su lado.
-Vamos -dijo Noah, tomando la iniciativa y comenzando a caminar.
El grupo se puso en marcha, dejando atrás el pequeño pueblo y adentrándose de nuevo en el bosque.
El grupo avanzaba en silencio por el bosque, la tensión entre ellos palpable.
Mihaela y Kai se mantenían cerca, pero había una distancia emocional entre ellos. Selene, aprovechando un momento en que los demás estaban distraídos, se acercó a Noah con una sonrisa enigmática.
-Noah, nunca olvidaré la noche que pasamos juntos -dijo Selene en voz baja, asegurándose de que los demás no pudieran escuchar-. Te amo y siempre te esperaré. Sé que, aunque no quieras admitirlo, disfrutaste estar conmigo.
Noah, sorprendido por las palabras de Selene, sintió una mezcla de culpa y confusión. Antes de que pudiera responder, notó la mirada de Mihaela desde la distancia. Sus ojos estaban llenos de celos y dolor, una mezcla de emociones que Noah no podía ignorar.
-Selene, no es tan simple -respondió Noah, tratando de mantener su voz baja-. Lo que pasó entre nosotros... fue un error.
Selene, con una sonrisa triste, asintió lentamente.
-Tal vez, pero no puedes negar lo que sentiste. Yo estaré aquí, esperando, cuando estés listo para admitirlo -dijo Selene, antes de alejarse.
Mihaela, aunque no había escuchado la conversación, notó la cercanía entre Noah y Selene, y una punzada de celos la atravesó. Kai, por su parte, observaba la interacción con una creciente sensación de inquietud.
-Tenemos que seguir adelante -dijo Mihaela finalmente, rompiendo el silencio.
Noah asintió, su rostro mostrando una mezcla de dolor.
-Vamos -dijo Noah, tomando la iniciativa y comenzando a caminar.
El grupo se puso en marcha, adentrándose cada vez más en el bosque. La tensión entre ellos era palpable, pero sabían que debían mantenerse unidos para enfrentar los desafíos que les esperaban.
A medida que avanzaban, el silencio entre ellos se hizo más pesado, cada uno perdido en sus propios pensamientos. La traición, el deseo y la confusión seguían presentes, pero también lo estaba la necesidad de sobrevivir y protegerse mutuamente.
El grupo avanzaba por el bosque, el silencio entre ellos solo roto por el crujido de las hojas bajo sus pies. Mihaela, sintiendo la necesidad de aclarar las cosas, se acercó a Noah, su corazón latiendo con fuerza.
-Noah, ¿podemos hablar? -preguntó Mihaela, su voz suave pero cargada de preocupación.
Noah asintió, sabiendo que no podía seguir evitando la conversación. Se apartaron un poco del grupo, buscando un momento de privacidad.
-Mihaela, hay algo que necesito decirte -comenzó Noah, su voz temblando ligeramente-. Anoche... me acosté con Selene.
Las palabras golpearon a Mihaela como un puñetazo. Sintió un dolor agudo en el pecho, pero antes de que pudiera responder, Noah continuó.
-Sé que está mal y me siento culpable. Pero lo peor de todo es que, aunque te amo, disfruté estar con Selene. Creo que lo mejor para todos es que rompamos nuestra relación.
Mihaela sintió como si el suelo se desmoronara bajo sus pies. Las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos mientras intentaba procesar lo que Noah acababa de decir. Sin embargo, no podía reprocharle nada, ya que ella también había cometido errores.
-Noah, por favor, no hagas esto -dijo Mihaela, su voz quebrada por la emoción-. Sé que ambos hemos cometido errores, pero no quiero perderte. Podemos superar esto juntos.
Noah, con los ojos llenos de tristeza, negó con la cabeza.
-Mihaela, no es tan simple. Lo que pasó entre nosotros, con Selene y Kai ha cambiado todo. Necesitamos tiempo para sanar y entender lo que realmente queremos.
Mihaela, sintiendo un dolor profundo en su pecho, intentó acercarse a Noah, pero él se apartó suavemente.
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Editado: 06.09.2024