Andreea y Andras, acompañados por un grupo de guerreros vampiros, avanzaban rápidamente hacia el territorio del clan de la manada de Marcus. La noche era oscura y silenciosa, pero sus pasos eran firmes y decididos. Sabían que el tiempo era crucial y que cada momento contaba en su búsqueda del asesino de Darius.
Al llegar al campamento de la manada de Marcus, fueron recibidos por los guardias, quienes los condujeron rápidamente hacia la tienda principal donde Marcus se encontraba. Marcus, al ver a Andreea y Andras, se levantó de inmediato, su expresión llena de preocupación y curiosidad.
—Andreea, Andras, ¿qué ocurre? —preguntó Marcus, su voz firme pero preocupada.
Andreea dio un paso adelante, su mirada fija en Marcus.
—Marcus, hemos venido a informarte que vamos a rastrear al asesino de Darius —Su voz estaba llena de determinación—. No descansaremos hasta encontrarlo y matarlo.
Marcus frunció el ceño, su expresión endureciéndose.
—Darius era mi hermano. No permitiré que enfrenten esto solos —contestó —. Iré con ustedes. También quiero ver a ese asesino pagar por lo que ha hecho.
Andras asintió, reconociendo la determinación en los ojos de Marcus.
—Tu ayuda será invaluable, Marcus. Juntos, seremos más fuertes y podremos enfrentarnos a cualquier peligro que se presente —Andreea agradecía el apoyo de Marcus.
Marcus miró a Andreea, su expresión suavizándose ligeramente.
—Andreea, sé que esto es personal para ti, pero también lo es para mí. Darius era mi hermano, y no descansaré hasta que su asesino pague por lo que ha hecho —dijo, su voz llena de emoción.
Andreea asintió, sintiendo una oleada de gratitud hacia Marcus.
—Gracias, Marcus. Juntos, encontraremos al responsable y traeremos justicia para Darius.
Con esa promesa, el grupo se preparó para partir. Marcus dio órdenes a sus hombres para que se unieran a la expedición, asegurándose de que estuvieran bien armados y preparados para cualquier eventualidad. Sabían que el camino por delante sería peligroso, pero estaban decididos a enfrentarlo juntos.
Mientras se adentraban en la oscuridad del bosque, Andreea sintió una nueva esperanza florecer en su corazón. Con Marcus, Andras y los guerreros vampiros a su lado, sabía que tenían una oportunidad real de encontrar al asesino de Darius y traer justicia a su memoria.
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Mientras Andreea, Andras, Marcus y los guerreros vampiros se adentraban en el bosque, la atmósfera se volvía cada vez más tensa. La oscuridad parecía envolverlos, y el silencio solo era roto por el crujido de las ramas bajo sus pies. Sabían que su misión no sería fácil, pero estaban decididos a descubrir la verdad y traer justicia para Darius.
A medida que avanzaban, comenzaron a notar señales de una lucha reciente: ramas rotas, huellas en el suelo y manchas de sangre. Andreea se agachó para examinar una de las huellas, su mirada aguda y concentrada.
—Estas huellas son recientes. No estamos lejos —Habló en voz baja, por si había algún enemigo cerca.
Marcus asintió, su expresión seria.
—Debemos estar preparados para cualquier cosa. Este asesino no es un enemigo común —estaba seguro que todo se iba a complicar cada vez más.
Continuaron su camino, siguiendo las pistas que los llevaban más profundamente en el bosque. Finalmente, llegaron a un claro donde encontraron los restos de una batalla. Los cuerpos de varios vampiros yacían en el suelo, y el aire estaba cargado con el olor a sangre y muerte.
Andras se acercó a uno de los cuerpos, su expresión sombría.
—Estos cuerpos son de un clan vampiro, seguramente fue emboscado. Parece que fueron atacados por cazadores de vampiros —su tono de voz, reflejó la preocupación de la situación.
Andreea frunció el ceño, su mente trabajando rápidamente.
—Esto no es una coincidencia. Alguien está cazando a los nuestros, y debemos descubrir quién está detrás de esto —su sed de venganza incrementó.
Mientras exploraban el área, encontraron un símbolo grabado en un árbol cercano. Era un símbolo antiguo, uno que Andreea reconoció de inmediato.
—Este es el símbolo de la Sombra —su voz tembló ligeramente—. El asesino de Darius es un esbirro de la Sombra.
Marcus apretó los puños, su expresión llena de ira.
—La Sombra ha estado detrás de nosotros todo este tiempo. Debemos detenerla antes de que cause más daño —Marcus quería incluso más que Andreea, vengar la muerte de su hermano.
Andras asintió, su mirada fija en el símbolo.
—Esto confirma nuestras sospechas. Debemos seguir adelante y encontrar su guarida. Solo así podremos detenerlo y traer justicia para Darius.
Con esta nueva información, el grupo se preparó para continuar su búsqueda. Sabían que el camino por delante sería peligroso, pero estaban decididos a descubrir todos los secretos que la Sombra ocultaba y a poner fin a su reinado de terror.
Mientras Andreea, Andras y Marcus examinaban el claro, un sonido de pasos rápidos y decididos llamó su atención. Se giraron, alertas, y vieron a un grupo de figuras emergiendo de la oscuridad del bosque. Al frente, una mujer con una presencia imponente y una mirada decidida. Era Mihaela, la gemela de Lucius.
—¡Mihaela! —exclamó Andreea, sorprendida pero aliviada al ver a la hermana de Lucius.
Mihaela se acercó rápidamente, seguida por Noah, Kai, Selene y Seraphina, la líder de su clan de brujas, junto con varias brujas más. Mihaela llevaba un grimorio antiguo y una piedra que brillaba con una luz intensa.
—Andreea, Andras, Marcus —saludó Mihaela, su voz firme—. Nos dirigimos al castillo Sangre Nocturna. Llevamos el grimorio y la piedra de luz para acabar con la Sombra.
Marcus dio un paso adelante, su expresión llena de determinación.
—Mihaela, es bueno verte. Estamos en la misma misión. Vamos a rastrear al asesino de Darius, que sabemos es un esbirro de la Sombra —informó a la princesa y hermana de Lucius.
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Editado: 06.09.2024