Los elementales, las brujas, los magos, las guerreras dragón, los hombres lobo y los vampiros se habían unido en una búsqueda desesperada por Mihaela. La alianza de estas diversas fuerzas sobrenaturales mostraba la gravedad de la situación y la importancia de Mihaela para todos ellos.
El mago, consciente de que la Sombra probablemente tenía a Mihaela, se acercó a Lucius con una expresión seria.
—Lucius, debemos estar preparados para cualquier eventualidad. Lleva contigo el grimorio y la piedra de luz, pero no se lo digas a nadie más. Si encontramos a Mihaela con la Sombra, podremos realizar el ritual en ese momento y acabar con ella de una vez por todas—dijo el mago, su voz baja y urgente.
Lucius asintió, comprendiendo la importancia de mantener el plan en secreto. Sabía que el éxito de su misión dependía de la sorpresa y la rapidez.
—Es un buen plan. Haré lo que dices—respondió Lucius, su voz firme.
Mientras tanto, los diferentes grupos se dispersaron por el bosque, cada uno utilizando sus habilidades únicas para buscar cualquier rastro de Mihaela. Los elementales se fusionaron con la naturaleza, sintiendo cualquier perturbación en el entorno. Las brujas y los magos lanzaron hechizos de localización, mientras que las guerreras dragón sobrevolaban el área, sus ojos agudos buscando desde el cielo. Los hombres lobo rastreaban con su olfato agudo, y los vampiros se movían con rapidez y sigilo.
Lucius, con el grimorio y la piedra de luz ocultos en su capa, se unió a la búsqueda, su corazón latiendo con fuerza. Sabía que cada segundo contaba y que no podían permitirse fallar.
De repente, uno de los hombres lobo aulló, señal de que había encontrado algo. Todos se dirigieron rápidamente hacia el lugar del aullido, con la esperanza de que fuera Mihaela. Al llegar, encontraron señales de una lucha reciente y rastros que indicaban que alguien había sido arrastrado.
—¡Es Mihaela!—exclamó Kai, reconociendo el perfume que ella siempre usaba.
Lucius sintió una mezcla de alivio y preocupación. Sabían que estaban en el camino correcto, pero también que la Sombra no estaría lejos.
—Debemos seguir adelante. No podemos detenernos ahora—dijo Lucius, su voz llena de determinación.
Con renovada energía, el grupo continuó su búsqueda.
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En medio del bosque, la búsqueda de Mihaela se tornó aún más peligrosa cuando el grupo se encontró con los merodeadores, liderados por el infame cazador con la cicatriz en el rostro. Este cazador no solo era conocido por sus habilidades letales, sino también por ser el asesino de Darius, el hermano de Marcus, y de la madre de Lucius y Mihaela.
Lucius y Marcus intercambiaron una mirada cargada de determinación y dolor. Sabían que debían unir fuerzas para acabar con el cazador de vampiros de una vez por todas. Lucius invocó su poder sobre los elementos, haciendo que el viento y la tierra respondieran a su llamado, mientras Marcus se preparaba para la batalla con una furia contenida.
Mientras tanto, Kai y Noah se separaron del grupo principal para enfrentarse a Viktor. Noah, con su habilidad para manipular las sombras, y Kai, con su control sobre el tiempo, formaban un dúo formidable. Sabían que Viktor no sería un oponente fácil, pero estaban decididos a detenerlo.
La batalla contra los merodeadores era feroz y caótica. Más de doscientos enemigos se lanzaron contra los aliados, y las fuerzas sobrenaturales se vieron envueltas en una lucha desesperada. Las guerreras dragón, con Elysia a la cabeza, se unieron a la batalla, sus dragones lanzando fuego desde el cielo y sus espadas brillando con cada golpe.
Sin embargo, la situación se complicó aún más cuando aparecieron seres oscuros, tanto voladores como terrestres, que se unieron a los merodeadores. Estos seres, envueltos en sombras y con ojos brillantes, atacaban con una ferocidad inhumana, poniendo a prueba la resistencia y el coraje de los aliados.
Lucius y Marcus, luchando codo a codo, lograron abrirse paso entre los enemigos, acercándose cada vez más al cazador con la cicatriz. Lucius utilizó su control sobre los elementos para crear barreras de viento y tierra, protegiendo a Marcus mientras este atacaba con una fuerza implacable.
Kai y Noah, por su parte, encontraron a Viktor en medio del caos. Noah utilizó las sombras para inmovilizar a Viktor, mientras Kai manipulaba el tiempo para ralentizar sus movimientos. La batalla entre ellos era intensa, cada uno utilizando sus poderes al máximo.
La lucha continuaba, llevándose vidas de ambos lados. La determinación de los aliados era inquebrantable, sabiendo que el destino de Mihaela y de todo el mundo sobrenatural dependía de su victoria.
Mihaela, con el corazón acelerado, le preguntó a la Sombra qué era lo que necesitaba de ella. La Sombra, con una sonrisa enigmática, comenzó a explicar.
—Necesito tu sangre—dijo, su voz resonando en las ruinas—. Fui yo quien pidió a la hechicera que ayudara a tu madre a quedarse embarazada. Mi plan siempre fue que nacieras tú. No sé por qué nació Lucius; fue un error de la hechicera, y por eso la maté.
Mihaela, horrorizada, preguntó por qué había hecho todo eso y por qué quería su sangre. La Sombra sonrió de lado, disfrutando de su confusión.
—Hace mucho tiempo, las guerreras dragón me mataron. La única manera de resurgir con todo mi poder es con tu sangre. Descubrí que la sangre de una vampira nacida con el don de volver a los vampiros en humanos podría devolverme todo mi poder—explicó la Sombra.
Mihaela recordó cómo, siglos atrás, ella y su hermano habían vencido a la Sombra. Pero la Sombra soltó una carcajada.
—Solo me debilitaron. Gracias a un rey, conseguí volver a materializar mi cuerpo, pero aún no tengo todo mi poder. Necesito tu sangre para eso—dijo la Sombra.
Mihaela dedujo que la Sombra planeaba matarla, pero él negó con la cabeza.
—No, querida mía, no te voy a matar. Me voy a unir a ti. Tú me pertenecerás, serás parte de mí—dijo la Sombra, su voz llena de una oscura promesa.
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Editado: 06.09.2024