¿Que pasaría si por unos minutos de tu vida o tan solo unos segundos pudieras llevar una vida normal, en la que no tuvieras que ocultar tu identidad o tu forma de ser solo porque las personas no pueden o simplemente no quieren aceptar tu naturaleza? Solo eso me bastaría, unos minutos, unos segundos ¿que se sentiría que las personas supieran lo que soy y no me tuvieran miedo o intentaran matarme? esas, esas son preguntas que me hago a diario, pero bueno al menos tendré toda la eternidad para saberlo. Soy Kate Morgan y esta es mi historia.
***
Me encontraba en un punto fijo entre mi mundo y la realidad sentada en el asiento del auto, solo eso sabia, estaba simplemente sentada mientras mi madre saltaba con sus barbaridades, después de eso solo se encontraba mi mundo, el mundo que solo yo puedo controlar lo que pasa y…
-¡Kate!- Grito mi madre.
-Hey, no grites- dije en un tono más bajo que el de ella.
-Escuchaste todo lo que dije- busque en mi cabeza lo que pudo haber dicho mi madre, pero debo admitir que no le preste nada de atención, ella simplemente negó con su cabeza- ay Kate, ¿en donde tienes esa cabeza? Ya llegamos.-Me quede mirando por unos segundos a mi alrededor y ahí estaba mi nueva universidad “Firewood University”.
-Sabes, en algún momento tienes que entrar- mire a mi madre y sus ojos mostraban ternura y comprensión, por alguna razón presentía que desde que entrara por esa puerta todo iba cambiar por completo, suspire.
-Si, lo sé- le respondí un poco preocupada, abrí la puerta del auto.
-Oye por lo menos inténtalo, sé que no somos como ellos pero tenemos que adaptarnos a la vida humana, solo te pido eso, inténtalo si, recuerda que vinimos aquí por tu decisión.-
-De acuerdo- le di un beso en la mejilla y salí del auto, todo aquí era enorme, contaba con un área verde sorprendente rodeado de jóvenes por todos lados, algunos estudiaban, otros comían, otros simplemente admiraba lo que tuvieran en frente, podía oír, escuchar y sentir como la sangre fluye por sus cuerpos, podía sentir una más que otras frustraciones, nervios, felicidad, tristeza, etc. A lo lejos podía ver una cancha de futbol, los edificios eran enormes pintados de color crema con uno que otros detalles marrones, no sabría como describirlo.
Al entrar por la puerta principal, camine a la recepción en busca del horario de clases, todos se quedaban mirándome, algunos con cara de odiosos, otros amigables, aunque era normal esta universidad no había tenido un alumno nuevo en años además de entrar a mitad del cuatrimestre, me sentía incómoda hasta que al fin llegue a la recepción.
-Si, ¿en qué puedo ayudarte?- dijo la recepcionista.
-Soy Kate Morgan, me transfirieron de la universidad de ITLA.
-¡Oh! Si, por aquí tengo tu horario, dame un momento- asentí- aquí tienes, sígueme te llevare a tu salón de clases- dijo amablemente – mi nombre es Rose por cierto y estoy para servirte- Rose era una mujer ya mayor, podía oler el cansancio, con solo verla a los ojos podía deducir que no tuvo una vida fácil pero aun así no se rindió, aun con ese cansancio sonreía, a medida me guiaba al salón me daba un tour por la escuela, el aula quedaba al otro lado del campus por lo que teníamos que caminar bastante. Al llegar tocó la puerta y un señor no pasado de los 25 años la abrió.
-Rose, que gusto verte por aquí, ¿En que tengo el placer de ayudarte?-dijo el profesor muy alegre, sus ojos eran verdes, alto, pelo castaño oscuro no estaba para nada mal, pero había algo en su olor que me no era alguien humano solo no podía descifrar si es uno de los buenos o de los malos, algo me dice que pronto lo descubriré, al parecer notó que lo estaba observando sus ojos se fijaron inmediatamente en mi, haciendo que rompa la conexión.
-Señor Davis le presento a su nueva alumna, Kate Morgan- dijo Rose con una inmensa sonrisa.
-Un placer-dije extendiendo la mano, para saludarlo.-
-El placer es todo mío Kate-respondió al saludo- Pfff…esta helada-se sorprendió.
-Si, es que todavía no me acostumbro al ambiente de aquí, de donde vengo el clima es más cálido- sonreí un poco para que creyera mi mentira.
Bueno en ese caso pasa por favor-abrió aun más la puerta para que pueda pasar y cerrarla detrás de mi- Atención clases tenemos una nueva alumna, ella es Kate Morgan, yo soy el profesor Philips Davis, profesor de análisis de sistemas avanzado- asentí- te puedes sentar al lado de Ethan- el mencionado levanto su mano inmediatamente dejándome ver la silla vacía a su lado.
Sentí como la clase se me quedó observando por algunos segundos para luego volver a prestar atención a la clase pero al pasar la clase sentí una mirada en especial, la de ese chico Ethan pelinegro al igual que sus ojos, piel un poco bronceada, algo extraño por el clima que hace aquí, por su forma de estar sentado deduje que era algo tal vez una o dos cabeza más que yo he de decir que no soy pequeña.
(***)
Me encontraba hablando con mi amigo Lucas hasta que la vi entrar, era hermosa, pelo castaño, su piel era exótica, excitante, ojos cafés, alta, su ropa se ajustaba a su cuerpo dándome a entender que estaba de muerte. Había estado harto de ver mujeres, debo admitir que más hermosa que ella pero ella tenía algo especial, algo que llama mi atención. El profesor Davis había pedido que se sentara a mi lado y fue un error, no podía dejar de mirarla, su rostro era tierno y a la vez misterioso, su mirada se conecto por la mía, pero se vio obligada a despegarla, el profesor había hablado con ella. La clase pasaba y no podía dejar de verla.