Erik se desesperaba al ver el sufrimiento de su mujer, estaban solo perdidos en aquel bosque quejumbroso y oscuro. Ely sabía que su niña estaba al nacer y sabía que la promesa hecha a la diosa debía cumplirse, pero cerraba sus puños ante el dolor y gritaba de tristeza.
_Se la llevará Erik, se la llevará-
Erik la abrazaba e intentaba calmarla, pero las contracciones eran más seguidas y el alumbramiento era inminente. Erik la recosto en el suelo colocando su manta de piel bajo ella. Ely pedía a sus dioses perdón.Y sus gritos llenaban el silencio eterno del lugar.
Erik sintió su corazón salir de su pecho cuando en sus manos tuvo aquella niña y el llanto de esta le transmitió una felicidad que jamás había sentido.
_Nació Ely, nació!...nació!
Pero la mirada de Ely permaneció sin brillo, quieta, perdida en un infinito del que no regresaría.
_Ely!-Grito Erik, mientras sin dejar a la bebe tomaba a su mujer ...era demasiado tarde.
La luz lo encegueció, la diosa Altea se materializó frente a él.