Lo conveniente no sería despertarse con una daga en el cuello, ni un sequito de mujeres pintadas íntegramente de negro sus cuerpos desnudos litigándote para que te levantes y las sigas sin demasiada diplomacia.
Liam obedeció sin decir palabras, ya nada lo sorprendía y menos viniendo de una mujer.
La líder del grupo tomó el resto de vino de una copa y lo lanzó en el rostro de Joy quien de un solo salto trato de buscar su espada sin éxito está ya estaba en poder de la mujer de pintura negra.
Aika se levantó lentamente, sabía que con las “Nereidas” no se jugaba, ni debía descuidarse.
_Vaya Aika te has tomado muy seriamente esto de resguardar al monje.
_Y tu muy seriamente esto de ser una traidora.-Contesto a la líder del grupo al momento en que las otras la desafiaron con sus lanzas.
_Tranquilas, Aika y yo tenemos un particular modo de comunicarnos…sabes que hasta aquí llega el camino, debes entregarnos al monje.
Joy hizo un movimiento y una de las guerreras lo derrumbo con un solo movimiento de su lanza.
_No Joy…no…-dijo Aika resignada y eso no era bueno-Lo llevaras pero nosotros iremos con él, es buen trato Dirka, de dejarnos haremos todo lo posible por rescatarlo. _Dijo con un tono desafiante que le costó mantener.
_Y quien te dijo a ti que los dejaremos con vida.-Sonrió sarcástica la líder.
Joy las miró dispuesto a todo.
_No te conviene matarnos, si ya hubieses tenido esa orden nos hubieses matado…
Liam observaba toda aquella escena como si estuviera a punto de saltar de un precipicio.
Dirka, la líder sonrió y se acercó a un palmo del rostro de Aika.
_Eres muy inteligente pero créeme que tendré el placer de matarte como se debe en una lucha cuerpo a cuerpo.
Aika no contestó fue un silencio austero pero lleno de gritos de injusticias soportadas, Dirka le debía la vida de una de las personas más importantes para ella.
Liam caminaba a los tropiezos empujado por las “Nereidas” Aika y Joy caminaban maniatados y con dificultad.
_ Lindas amigas tienes_ ironizó Joy _Ni hablemos del “afecto” que te prodiga la líder un “encanto”_ Aika no respondió, su mente estaba más allá tratando de encontrar caminos de escape para no reaccionar teniendo tan cerca de Dirka._ Oye pronto llegaremos al cruce de las brujas tal vez…
_Basta Joy, es imposible, antes de que muevas un dedo estarás atravesado por la lanza de estas desgraciadas.
Joy dio un silbido y la expresión de su rostro lo dijo todo.
_Oye realmente las odias…
_No las odio, eso sería muy poco…no tengo ni siquiera un sentimiento hacia ellas, a pesar de haber sido mi pueblo…
Joy se detuvo sorprendido y una de las guerreras lo empujo hasta que trastabillo.
_Hey calma bonita, solo descansaba…_Se acercó a Aika quien caminaba con pasos largos y firmes. _Tú me dices que eres de “las Nereidas”.
_Las Nereidas no existen Joy, fueron traicionadas y destruidas…
_Pero ellas les sirven a las diosas negras, a las brujas…
_No…mi pueblo era un pueblo de estirpe de raza honorable, de gente de bien y de paz…La diosa altea destruyó todo eso, destruyó los reinos por el pecado de un amor prohibido…
_La famosa profecía…
Aika miró de soslayo y con encono a Dirka.
_La profecía es un invento…
_Pues haberlo dicho antes para qué todo este circo por el monje…Aika hay algo que no me estás diciendo ¿verdad? _Ella bajo su mirada, no era el momento. _Bien, no lo digas pero sé que hay algo que no me gustará enterarme.
Aika observó a Liam, las mujeres disfrutaban golpearlo mientras caminaba. Ella se contenía, debía hacerlo o todo lo que durante años espero se esfumaría por un ataque de ira.
El camino lo recordaba y sabía que donde llegarían no sería lo que su memoria le disparaba en imágenes. La muralla de piedra y madera abrió su puerta puente dándoles paso a lo que antiguamente era la ciudad de la luz de las “Nereidas”, hoy solo oscuridad y hielo, ojos detrás de esa pintura renegrida untada en los cuerpos de las mujeres que eran una sola visión, desde las niñas hasta las ancianas se repelían debajo de esas pinturas oleosas y semejante a la brea. El murmullo iba aumentando al paso de la caravana, Liam estaba exhausto entre golpes y camino. En un momento giró para mirar a Aika, ese momento, en ese solo momento se entendieron sin nada más que explicar, en esas miradas estaban tal vez las palabras que no se habían animado a decir. Los abismos no son distancias, los abismos son instantes no aprovechados, instantes que se evaporan sin poder decidirnos a respirar en ese momento a no dejar de lado los orgullos aprendidos para poder ser. Posiblemente Liam lo había entendido tarde, aunque él no sabía porque era parte fundamental en aquella historia.
Cayó de rodillas, frente a él una sombra comenzó a acercarse, las antorchas que se traslucían tras el hielo de las paredes mostraron la figura de una mujer fuerte pero con las marcas del tiempo en su rostro. A diferencia del resto Estaba vestida con una túnica bordada en hilos de oros y de inmaculado color blanco. Su cabello entrecano y dorado tenía una majestuosidad que llegaba casi hasta sus pies. Su presencia misma confundía a Liam, ya que trasmitía una paz impensada e irrealizable en aquel lugar.