Eternity

Hora final.

El salón del trono estaba iluminado por velas negras y rojas, una gran elección para iluminar la muerte. Las brujas del norte estaban en el ala izquierda, Las Nereidas en el ala derecha y el ejército negro al frente. Sacha, la reina Helena, Erendida y el maestre estaban frente a todos .Un pasillo de soldados armados marcaban el sendero por donde llevaban a Liam, caminaba trastabillando con sus grilletes, no le importaba, ya nada importaba. El murmullo a su paso marcaba cada vez más su acercamiento al altar de la luna. Los soldados ataron sus manos hacia arriba en el poste de mármol que obtenía la atención de todos. Desgarraron su ropa dejando su torso desnudo. Liam llevó la mirada cansada a cada uno de los lideres, se detuvo en el gran maestre y su odio hirvió en su sangre, cómo aquel hombre había podido ser capaz de usarlo de esa manera, engañarlo toda la vida, simplemente preparándolo para ser comida de una bruja, de la cual …estaba, maldición se dijo y observó el rostro sereno de Sacha, qué hechizo tan fuerte le habían lanzado que no comprendía todo lo que había hecho para salvarlo y ahora estaba allí esperando que bebieran su sangre como si fuera una ceremonia más, la vio mover sus labios, algo murmuraba, sus ojos cerrados sus manos se movían tratando de no ser percibidas…que más daba otro nefasto truco de hechicera fracasada. Solo sentía no ver a Joy, le hubiese gustado al menos poder sentir la mirada de alguien verdadero…pero seguramente Joy tampoco ya existía.

Fue como un soplo del infierno, las velas se apagaron y solo la luz de la luna iluminaba donde Liam estaba aprisionado. Comenzó a escuchar un cántico cual murmullo sacrílego. La luz de dos lámparas de una luz roja portadas por mujeres vestidas íntegramente con túnicas negras como si los hilos de estás fueran flotando sobre sus cuerpos. La respiración de Liam se agito al ver acercarse a Aika aunque aquella no era “Su” Aika…esa era la maldita bruja blanca. Literalmente flotaba en el aire su cabello que fuera tan suave entre sus manos se había convertido en escarcha que llegaba hasta el suelo sus ojos ya no eran de ese mirar audaz y sensual, era una mirada fría, vacía, cansada. Llevaba un vestido color plata el cual estaba hecho de monedas engarzadas y sobre su cabeza una especie de corona de cristal de puntas. El canto ceso cuando llegó hasta el altar, Liam bajo su cabeza le dolía el alma al mirarla. Aika tenía silenciado su corazón de hielo, no emitía latidos ni emociones.

Erendida hizo sonar dos palmadas y las velas se suspendieron nuevamente prendidas flotando en el aire. Nadie se sorprendía por eso todo allí era irreal fuera de las leyes naturales, alejado del mundo que se suponía…para Liam eso era igual al infierno.

_Es la hora-dijo Erendida dirigiéndose a los líderes-A todos nos ha costad entender que esto debe suceder, hemos luchado contra nuestros propios miedos y deseos, y tal vez ese egoísmo que tenemos nos lleve a realizar este acto que destruirá un amor nacido en el pecado que nos salvará a todos. Pero no podemos negar nuestra esencia, esa oscuridad que nos caracteriza a los que estamos aquí y miramos sin ver a ese muchacho de destino cruel…pero ya no importa y no vamos a pedir perdón porque no lo sentimos…nuestra bruja blanca debe redimirnos, debe darnos vida eterna-Los gritos y aullidos que se generaron electrizaron el cuerpo de Liam, estar a un paso de la muerte no lo asustaba, estar a un paso de la muerte le demostraba que no era verdad que el amor siempre triunfa.

El maestre se acercó a Liam, el odio con el cual el muchacho le devolvió la mirada le provocó un frio desconocido al hombre quien lo había criado y había sembrado en él esperanzas de un mundo justo.

_Ni siquiera lo intente, porque no escucharé una sola de sus palabras asquerosas, lo único que puede salir de esa boca son mentiras y más mentiras…usted ya está muerto para mi ¿recuerda? Usted me hizo vivir el dolor más grande que sentí al pensar que el hombre que era como mi padre había muerto, así que no me mire, n me hable maldito-Lo escupió en el rostro y se agitó sintiendo que las rabia le salía por los poros. El gran maestre se limpió sonriendo.

_No puedes negar que he hecho un gran trabajo, logré sacar lo peor de ti y es eso lo que necesitamos…buen camino para ti Liam…

Liam sintió el huracán de maldiciones que se gestaba dentro de él, eran como abejas ponzoñosas picando su lengua pugnando por salir pero se dominó, no iba a permitir que ese maldito hombre arruinara hasta su muerte.

Sacha caminó segura hasta él, parecía una peregrinación de despedida y eso le daba nauseas, más aun viendo la figura inmutable de Aika mirándolo desde el trono.

Liam la ignoró cerró sus ojos estaba cansado.

_Lo sé, lo sé y no diré ninguna estupidez solo una palabra “confía”…

 

 

 

 



#46037 en Novela romántica

En el texto hay: profecias amor

Editado: 03.01.2019

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