Eterno atardecer

CAPITULO 1

Mi día no está transcurriendo como lo quería está mañana, sin embargo, tengo la esperanza de que lo desagradable del día se borre de mi mente, con mirar el atardecer en la playa. 

 

- Señora Grece son las 17H00 del día y mi abuelito Lucas esta dormido, le puede decir que salí a playa.

-  Claro mi niña, yo le comunicó, ve con mucho cuidado.

- Muchas gracias Señora Grece, hasta luego. __ me despido de ella con cálido beso en la mejilla.

Salgo al patio trasero, tomo la bicicleta y me dirijo a la calle por el callejón con cerca de flores. Luego de siete minutos de recorrido entre la villa de mi abuelo y la playa, me acerco a mi palmera favorita, tiendo una manta sobre la arena, estaciono mi bicicleta detrás de la enorme planta y finalmente tomo asiento, aún falta algunos minutos para que pasará el ocaso, hasta entonces me dedico a contemplar el escenario con un jugo sabor a mango.

A pesar de ser viernes, la playa está algo desierta  a excepción de unas cuantas parejas que seguramente desean pasar un momento agradable. Los minutos transcurre y cada vez más el sol toca el horizonte, en lo único que puedo pensar ahora es en cómo es de maravillosa la naturaleza y el ser que hizo esto posible, es un ser magnífico.  Por un momento cerré los ojos, con la ayuda de mis otros sentidos intento guardar este recuerdo en mi memoria. El va y venir de las olas, el silbido de las aves, la brisa recorrer mi cara, provoca que cada hebra en mi cabello vuele. an sólo esto, significa para mi la perfección absoluta, estar en la orilla del mar en este preciso momento del día, hace que olvide cualquier lamentacion y sólo viera lo feliz que soy viviendo en la Isla. 

 

De un segundo a otro, sentí una oscuridad sobre mi, produciéndome una enorme incomodidad, al segundo siguiente deduje que era la sobra de una persona, pero ¿Quien puede interumpirme? de esta forma. Inmediata abrí mis ojo y encontré a un muchacho de pie frente a mí, es atractivo, no es tan musculoso cosa que me lleva a pensar que no es un surfista y seguramente es un turista, luce short de Jean, playera blanca, zapatillas de playa. Entre sus accesorios está un gorra y gafas de sol color oscuro. Ver a este joven apuesto me deja una sensacion extraña, él se quita las gafas de sol y me permite ver sus ojos color miel.

Observar todas sus facciones me hace perde en tiempo y espacio,  veo vocalizar algo entre sus finos labios pero me encuentro tan pendiente en su mirada que no notó el momento en que baja sobre sus piernas y así poder quedar a mi altura y al moneto siguiente puedo escuchar su voz saliendo de sus labios. 

- ¿ Eres muda, mal educada o no piensas saludar ? _su pregunta me trajo devuelta a la realidad , pero en el fondo nacía un sentimiento de enojo.

- ¡¿Disculpa?! ¿Quien eres tú? _ suelto sin medir las probables consecuencias

- Sólo eso vas a preguntar, llevo de pie mas de tres minutos saludantote ededucatamente, además necesito de tu ayuda.

¿AYUDA? ya decía , éste no se me acercó así por qué sí pero tiene razón mientras lo observaba el me saludaba, no lo quiero admitir pero tengo que hacerlo. 

- Okey!! Fui algo grosera pero en que puedo ayudarlo.

- Que bueno que lo reconozca, al menos una persona coherente en esta maldita isla - lo dice con desagrado

- Creo que alguien tiene un mal día _ digo con un tono de sarcasmo. Pero bueno dígame en que lo puedo ayudar.

- No soy se está fea Isla pero mis padres me dejaron de vacaciones con mi abuela, sali de la casa pero ya no recuerdo como regresar.

¡ Perdido en la isla ! Jajaja... no puedo contener la risa y se me escapa, él lo nota pero no le hace mucha gracia.

- ¿Qué he dicho de gracioso señorita? - lo dice como si le afectará mi risa

- Disculpame, pero como se va a perder, sino lo ha notado está es una isla pequeña y los habitantes conocemos cada rincón de la misma. - logro decir entre risas - Créame que ya me lo han dicho eso varias veces en el mismo día - dice con un poco de enojo.

- Pues comience a creerlo, lo más fácil será que tomé un taxi y le índice la dirección de la casa de su abuela y ellos lo llevarán.

Noto que piensa en la respuesta, apostaría lo que fuera a que ahora está pensando en lo que le dije es la solución más fácil.

- Gracias por la idea... ¿cuál es su nombre? - ahora se acuerda de preguntar mi nombre.

- Bianca y ¿cuál es su nombre ? - le devuelvo la preguntar sólo para ser cortez.




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