Capítulo 1
-¡¡Katy, apresúrate que ya debemos irnos!!!- grito desde las escaleras.
-¡¡ ¿Qué es todo este escándalo?!!! -ya comenzamos de nuevo- ¡¡Estoy tratando de dormir cierra el maldito hocico de una vez!!- grita Iriza desde su habitación.
-¡¡No estaría haciendo todo este maldito escándalo si tú ayudarás!!- le grito de la misma forma que ella lo hace.
Sí, no tengo la mejor relación con mi madre, y sí no le digo madre o mamá por una razón ella me ha dejado muy en claro que odia que yo la llame así.
-¡¡Escúchame bastarda, respétame que gracias a mí estas acá!!- responde aún desde su habitación.
-Mierda Katy te demoras un puto año- susurro para mí, odio toda esta situación, odio todo, y más que nada me odio a mí.
- Megan ya terminé vayámonos- dice Katy mientras baja por las escaleras - ¡¡Mami ya me voy, te quiero!!- grita mientras salta a mis brazos.
-¿Por qué has demorado tanto pequeña demonio?- le pregunto mientras le doy un beso en su mejilla.
-No encontraba el par de mi calcetín, lo siento-dice mientras forma un puchero, esta niña es capaz de alegrarme en mis peores momentos.
-Okey, te perdono pero que sea la última vez, ¿entendido?- ella asiente repetidas veces, la dejo en el suelo para que pueda desayunar- En la mesa está tu desayuno listo, cuando termines te cepillas los dientes- y sin más, desaparece de mi vista, ingresando a la cocina.
Iriza sale de su habitación y me observa con desprecio, acto seguido baja las escaleras para dirigirse a la cocina.
-Quítate estorbo- dice y me empuja con su hombro.
-Iriza se dice permiso, el hecho de tú seas una mal educada, no significa que me debas tratar como quieras- ella me observa de pies a cabeza y susurra algo que no logro entender.
Sé que me odia, odia la forma en la que me visto, mi forma de ser, me odia por ser su hija, y yo ya tengo muy en claro porque lo hace, según ella soy un completo estorbo, una inútil, solo porque fui producto de una "violación", como ella me hizo creer toda mi vida.
Muchas veces me pregunto ¿por qué sigo aquí? ¿En serio merezco esto? ¿A caso fue un pecado nacer?, muchas veces he tratado de huir de casa, pero siempre hay algo que me lo impide, sí ese algo es Katy, ella no merece vivir por lo que yo pase, yo le prometí a Padre que la cuidaría, y que no dejaría que nada ni nadie la lastimaría.
*Flashback*
Me encontraba con padre comiendo helado mientras mirábamos a Katy jugar con los columpios.
~Megan, hija- me llama padre.
~Si padre- le respondo con una sonrisa en los labios.
~No me digas "PADRE", me gusta mas papi- hizo un leve puchero, y yo asenti con una sonrisa-Me prometes que te cuidarás a ti y a Katherin, cuando yo no esté- no entendía a qué se refería acaso padre se iba a ir.
~¿Papi te irás y me dejarás con mi madre?- pregunté mientras mis ojos se cristalizaban, él sabía de los tratos de Iriza hacia mí, muchas veces nos fuimos de casa cuando ella me insultaba o trataba de golpearme.
~No para nada mi reina, tú sabes que nunca las dejaría- decía mientras secaba mis lágrimas- Solo quiero asegurarme de que tú podrás cuidarte a ti y a tu hermanita, tú eres la niña más fuerte que he conocido y sé que eres capaz de cuidar de ti y de Katy, por eso necesito que me prometas que lo harás, ¿okey?-
~Si papi lo haré, yo cuidaré de ella y de mí, te lo prometo- dije mientras sonreía y lo abrazaba.
*Fin del flashback*
No pude evitar soltar las lágrimas al recordar eso, y esa razón es que no cumplí del todo esa promesa, yo solo fui capaz de cuidar de ella pero no de mí, no fui capaz de defenderme a mí, a mi cu...
-Megan, Megan, ya es hora de irnos, vamos - Katy interrumpió mis pensamientos, bajando las escaleras y jalándome del brazo para salir, ¿en qué momento subió?
-¡Espera!, mi mochila- en ese momento se escuchó el sonido de un claxon , sabía quién era- Katy ve subiendo al auto yo voy en 5 minutos- le dije mostrándole una pequeña sonrisa, ella me miró un poco curiosa, sabía a qué se debía mis ojos deben estar rojos, sin embargo, no hizo comentario alguno, eso era algo que amaba de ella, que sabía en que momentos ser curiosa y que otros no- Anda ve subiendo al auto que nos dejan- le dije, ella me abrazó y se fue, a pesar de tener apenas 10 años comprendía ciertas cosas.
Una vez que ella salió de la casa, me dirigí a la cocina, ahí seguía Iriza.
-Necesito dinero- le dije firme, ella soltó una carcajada.
-Crees que te lo daré solo porque tú me lo pides, vaya a saber para que querrás ese dinero- respondió mirándome con desprecio.