Eterno

6.- La muerte le mira de cerca.

6.- La muerte le mira de cerca.


 

Una voz fría y amenazante le saludaba de golpe, haciendo que brinque del susto y el peludo entre sus manos dejó escapar un maullido enojado, erizando su espalda para después salir huyendo por una de las esquinas del callejón, tirando algunas cajas de cartón a su paso, el pequeño indefenso comienza a titiritar por simple respuesta de su cuerpo, tratando de esconderse en algún espacio que lo cubra del peligro, pero el terror lo estaba invadiendo.


 

Podía ver que el ser delante suyo, presumía unos ojos intensamente rojos, incluso brillaban en la oscuridad. Taehyung jamás había visto algo parecido en su vida y solo podía pensar que lo que veía sí era un demonio, quizá su iglesia no mentía después de todo.


 

—¿Quién es usted?


 

Cuestionó nervioso, cubriéndose las piernas con sus manos, echo un ovillo sobre el suelo. El frio del mismo estaba traspasando su ropa congelando su piel.


 

—Tan adorable… —se mofó la silueta de hombre que vestía unas ropas demasiado elegantes, incluso el pequeño creía que no era de esa época por las prendas en su cuerpo. Hasta el tono de su voz era distinto. —Te ascunzi, știi că nu vei putea schimba nimic. (1)


 

Eso confirmó sus dudas, un fuereño andaba rondando el pueblo.


 

—¿Me hará daño?


 

Una lágrima salió de su ojo y lentamente corrió por su piel canela.


 

—Daño no es algo que este en mi vocabulario, pequeño.


 

—¿A qué se refiere?


 

—Digamos que me gusta matar de forma rápida y sencilla.


 

Sus ojos se abrieron enorme, casi sentía que sus globos oculares salían de sus cuencas, la impresión lo puso a hiperventilar y los temblores aumentaron, fue imposible no llorar y los ríos de agua comenzaban a dejar rastros al correr por su piel. Su voz quería preguntar, pero apenas y masculló.


 

—¿Va… Va a matarme?


 

—Digamos que me donarás tu sangre para que yo pueda seguir viviendo.


 

—¿Mi sangre?


 

—Sí, pequeño… De eso me alimento. —su sonrisa malvada dejo relucir esos dientes tan blancos como el marfil. —Ahora si me disculpas, debo cenar.


 

Dos segundos fueron suficientes para tenerlo tan cerca de su rostro, solo dos segundos bastaron para que su cerebro entendiera que dos segundos atrás lo tenia a casi diez metros suyos y un parpadeo después casi besaba sus labios.


 

Taehyung crecía que estaba en una pesadilla y mientras lágrimas miedosas huían de sus ojos, suplicaba internamente despertar. Apretó sus ojos para no mirar la cercanía de ese terrorífico ser.


 

—No llores… —reprendió el hombre con hartazgo, tomando ese mentón tan infantil, mirándole cada facción tan delicada y frágil. —Tendrás sabor a miedo y no me gusta mi comida echada a perder.


 

El niño intentaba alejarse, pero con cada centímetro que se movía más enjaulado quedaba, como si él mismo se entregara a su cazador.


 

—Por... favor… No me haga daño.


 

El demonio sonrió y el niño pudo ver la belleza de ese rostro, la luz de la luna dejaba admirar unos pómulos pronunciados y su nariz aguileña le daba un semblante de ferocidad, como si fuera un león hambriento. La punta de su lengua relamía sus labios mientras una de esas manos fría y duras acariciaba lentamente su mejilla. Como si estuviera tentando el aperitivo. El niño rehuía a su toque y eso era algo que lo divertía demasiado, creía que los humanos eran demasiado predecibles y mediocres. Tan débiles y fáciles de cazar.


 

—Se les dijo que no debían salir después de la hora prohibida… —delineando el contorno de su bonito rostro. —Y aquí estas tú. ¿Por qué? Cuéntame... — canturreo. —Dime, ¿porque un pequeño esta fuera de su cama a estas horas de la noche?


 

Cuestionó con severa curiosidad mientras acomodaba un poco su melena despeinada. En sus años siendo un eterno jamás terminaba de entender a los mortales, cómo esa maldita curiosidad siempre los terminaba metiendo en problemas y quien era él para negarse a los placeres que la línea del tiempo le otorgaba. Podía sentir el palpitar de esa vena carótida en su cuello, como si estuviera invitándolo a morder, sus colmillos podían sentir el delicioso sabor del hierro y su boca suplicaba por probar.



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En el texto hay: vampiros, amor, kookv

Editado: 08.08.2023

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