Eterno

Capitulo 4

Leni Horwad

 

Era la primera vez que después de tanto tiempo—Después de todo lo que pasó—hablaría con el. Sabía que el me daría mas respuestas de la que… 

—Estoy aburrida.—La voz de Maya me desconcentra de mi lectura. 
Cierro mi  libro cuando la veo pararse frente a mi con una taza casi vacía de palomitas. 

—Pensé que te gustaba la serie que estabas viendo.—le cuestionó señalando el televisor. 

—Si pero ya la e visto muchas veces.—Mete un puño de palomitas en su boca.—Además, ya me aburrí y todavía es temprano. 

Miro la hora en mi reloj. 

7:56 pm 

—No lo sé, ¿Adónde iríamos? 

—A una fiesta seguro que no.—interfiere Alison más como confirmación que como pregunta. 

Ella está recostada en la cama, me extraña que no se niegue rotundamente  a salir teniendo en cuenta que ya tiene su pijama morada puesta. 

—Porque la última vez eso no termino bien.—Pienso en voz alta. 
—Exacto.—Ella me da la razón. 

Maya hace mala cara. 

—¡Eso fue una excepción! Eso no pasa todo el tiempo. 

—ayer casi morimos—Le recuerda Alison.—No estoy segura de querer volver a repetirlo. 

—Pero—yo la interrumpo antes de que diga algo más. 

—Yo llame a los chicos, esperemos que vengan y decidan.  

—Me parece bien, y cuando ellos me digan que si, ustedes—Nos señala con el dedo.—aburridas van a aceptar ¿Trato?. 

—Trato.—Digo sin pensarlo mucho. 
Alison me mira con los ojos muy abiertos y me hecha una mirada que no dice nada bueno. 
Yo me encojo de hombros. 
—Lo siento. 
Ella se sienta en la cama y se cruza de brazos. 
—Esta bien, al menos está vez si pasa algo no será mi culpa. 

—Es cierto, será la de Maya. 

La mencionada me fulmina con la mirada. 

—No puede ser toda ¿cierto?—no les respondemos—oh vamos los chicos también van, que nos repartamos la culpa. 

Un fuerte golpe en la ventana nos asusta pero de pronto Derek sale por la ventana no muy lejos de donde estoy. 

—¡Llegamos nosotros!—Anuncia cuando ya está adentro.—Es decir, llegó la diversión. 

—¡Estas loco!—Lo regañó.—Como se te ocurre entrar por la ventana de al tercer piso de un edificio. 

Yo me levanto del sofá y dejo el libro en la mesa aunque ahora solo quiero lanzárselo en la cabeza a Derek. 

El levanta las manos. 

—Javier fue el de la idea. 

—¿No es más fácil entrar por la puerta?.—Le pregunto de manera obvia. 

—¿Y tener que enfrentarme a los padres de Maya? Ni loco.—Este es Javier que viene entrando también por la ventana. 

—¿Y por donde piensan salir? 

—Por las escaleras de emergencia—Responde con simpleza. 

Yo niego desaprobando eso. 

—¿Parece que ya tienes práctica en la situación? Eh. 

Antes de que pueda decirme algo Maya habla y no se me pasa por alto lo rápido que lo hizo. 

—Eso no importa ahora.—Aplaude emocionada.—¿Adónde iremos? 

Parece una pregunta para todos, pero solo mira a Javier. 

—A una fiesta. 

Alison y yo soltamos un quejido de molestia. 

—¿Qué pasa? Pensé que le entusiasmaría salir, bueno a ti no —Me señala.—Tu siempre te quejas por todo pero aún así. 

—No es eso.—Le responde Alison.—Es solo que nos pasó algo que hace que la idea de salir de fiesta suene como algo… 

—Horrible.—Termino por ella. 

Ella chasquea los dedos en mi dirección. 

—Exacto ¿No podemos hacer otra cosa? 

—No.—Derek frunce su seño sentándose en la cama de Maya.—No lo entiendo, ¿Qué fue eso tan malo que les paso? Han estado extrañas todo el día y todavía no nos han contado. 

—Preferiríamos no hacerlo—Hablo por todas. 

—Entonces no nos iremos de aquí.—Javier se sienta a mi lado en el sofá.—Las cosas no funcionan así Leni ya te lo he dicho, Cualquier cosa que haya pasado puedes, pueden—se ratifica —contarnos, no tienen que guardárselos para ustedes solas. 

Miro a las chicas pero ellas no se ven muy seguras. 

—Lo que sucedió es que—Alison me interrumpe. 

—Mi novio me engaño. 

—¡¿QUÉ?!—dice Derek sorprendido. 

Javier bufa y hace un ademán de desinterés con la mano. 

—¿Y  te sorprendes?—Le pregunta a Derek.—Mejor dicho de que se sorprenden todas.—Nos mira—Era obvio viniendo Reed.—Se cruza de brazos.—¿Eso fue todo lo que pasó?. 



No estoy segura de si tengo que decir algo más o simplemente los dejo con la información que ya tienen. Ninguna de las dos chicas en esta habitación parece querer decir más información. 

—Si.—Alison responde. 

Derek habla.  

—oh vamos chicas no dejemos que eso nos agüe.—Mueve las manos.—Esta fiesta a la que vamos va hacer épica, no se van arrepentir. 

Maya chilla de alegría. 

—iré a cambiarme. 

—Esperen un segundo.—Los frenó.—que haremos con tus padres.—Señalo a Maya. 

—Yo me encargo de eso.—Toma su ropa para irse. 

—No les mientas por favor.—Le digo antes de que desaparezca pero me ignora. 
Javier se ríe. 
—Ya relájate Leni. 
Alison se para aunque se ve que le cuesta mucho. 
—Bueno supongo que yo también iré a cambiarme. 








Aquí estamos otra vez. 

Y todavía no estoy segura de cómo es que me deje convencer para irnos, ni como los padres de Maya  aceptaron, ni como Derek y Javier bajaron por esa pequeña escalera de emergencia.  

Javier es el que va manejando, Maya está en el asiento del copiloto y nosotros tres atrás. No hemos hablado desde que salimos desde el edificio de Maya. 


—Me duele el trasero.—Habla Derek en el silencio. 

Yo frunzo el ceño y hago una mueca de desagrado, estoy segura que Javier y Maya tienen la misma expresión. 

Yo lo miro aturdida. 

—¿Qué? 

—No puede ser.—Oigo susurrar a Javier por lo bajo. 


—Sabes que íbamos bajando ¿cierto?—me ubica 

—Si… ¿Qué pasó? 

—Curioso que preguntes.—se cruza de brazos —Pues ALGUIEN aquí presente se resbaló metros antes de llegar al suelo y ¡me callo encima!. 

—Ya cállate Derek.—Le dice molesto Javier. 

—Literalmente nos caímos los dos de culo, no, esperen un momento—Lo señala con el dedo.—EL cayo arriba de mi.—se cubre los ojos.—Fue horrible. 

A estás alturas ya nos estamos riendo todas de lo que dice Derek pero Javier se molesta. 

—Si es tan horrible ¿por qué lo mencionas?—pregunta Javier con los dientes apretados. 

—Porque me duele el cul—Le tapo la boca a Derek. 

—Esta bien De, ya entendimos.—El me mira. 

Cuando asiente retiro mi mano de su boca. 
Pasa un momento hasta que asienta con la cabeza. 

—Tu cabello. 

—¿Qué tiene?—Pregunto extrañada. 

—Esta suelto.—Pasa sus manos por las hebras negras.—Me gusta. 

Yo río. 

—Pues seguí tu consejo. 

Lo llevo suelto, está mucho más largo de lo que lo recordaba, me cubre toda mi espalda. 

El solo asiente serio. 

Miro hacía adelante y Javier me está mirando por el retrovisor, lo ignoro mirando por la ventana. 

—¿A dónde vamos?.—Se me ocurre preguntar. 

—Ya lo veras—Me responde Javier cruzando.—Ya llegamos. 

El sonido de la música empieza a resonar y los nervios me invaden. Trato de convencerme de que está bien, porque no es como si algo parecido a lo de hace unos días pasara otra vez. 

Eso no sería probable. 

Regreso mi vista a la ventana, nos estacionamos frente a un portón de rejas negras que se abre junto a tiempo para que pasemos. Es una enorme misión, una bastante lujosa. 

Frunzo el ceño. 

—¿Quién los invito? 

—Jimmy.—Me responde Derek. 

—¿Jimmy? 

—Ajá. 

—Por que Jimmy nos invitaría a algún lugar así, si ni siquiera puede mantenerse el. 

—Pues no lo sé, solo nos invitó y ya.—Javier empieza a estacionarse. 

—Tal vez tenga contactos o amigos que lo invitaron a el y el nos invitó a nosotros—Me da una respuesta más completa De. 

Maya se voltea para verme. 

—Tranquilízate todo estará bien. 

Es una mansión hermosa, amplia grande y con unos aires de época victoriana. 

Adentro hay muchas personas. 

—¡Quien está disfrutando de la fiesta!—grita un hombre para la multitud. 
Todos gritan un enorme YOOO, que casi hace que me ría. 

Pero está de espaldas así que no lo veo. 

Mis amigos Buscan un lugar para sentarse, está apartado un poco de las personas y me alegro por eso. 
Lidiar con gente borracha es lo peor. 
—¡Vamos a bailar!—Nos invita Derek emocionado. 
—Vayan ustedes yo me quedo aquí—digo acomodándome en el sofá rojo. 

—Aguafiestas—Lo oigo susurrar. 

—No es eso,—Se que en estos momentos estoy actuando como una.—es solo que me siento más cómoda aquí. 
Derek suspira y seda la vuelta para irse, Javier lo sigue con Maya al lado. 

Sin embargo Alison se queda unos segundos. 

—¿Segura que no quieres venir con nosotros?. 

—No, así estoy bien. 

Ella entrecierra los ojos. 

—Si pasa algo o se te acerca alguien que no quieres estaremos por allá. 

—Ya dije que okey.—Le doy la vuelta y la empujo un poco riendo.—Ya ve a divertirte. 

Alison se va y acabo de un rato empiezo a sentir el hambre y la soledad.  

Pero me gana el hambre así que me paró. 

Es una gran fiesta, deben tener al menos algo de comer por aquí ¿cierto?. 

Después de una de unos minutos me doy cuenta que estaba equivocada, no tienen nada solo alcohol. 

Que mal anfitrión el que hizo la fiesta. 

Empiezo a caminar está vez bien el lugar, si no fuera por la luces oscuras y las personas diría que se ve muy elegante. 

El piso es de mármol beige,—Se que en algún momento estuvo muy pulido.—La paredes tienen uno que otro cuarto y no puedo evitar pensar que se ve algo vacía. Como si las personas que vivieran aquí se estuvieran preparando para irse en cualquier momento. 

Tal vez esto sea una fiesta de despedida. 

Me alegro cuando veo un mini bar no muy lejos de donde estoy, acerco a el derribando a un par de personas en el camino y me acerco al chico está en la parte de adentro. 

—¿Tienes algo que no sea alcohol?—El se queda paralizado por mi tan abrupta pregunta y pequeño carrera. —¿Tienes?—le vuelvo a recalcar. 

Él parece racionar y me responde. 

—No, solo alcohol. 

—¿Solo alcohol? 

—Si… 

—¡Pero mira a quien tenemos aquí!—Se oye falsa emoción en su rostro.—Te dije que nos volveríamos a ver muñeca. 

Volteó para ver quién es el tarado que me ha llamado así llevando una gran sorpresa, es Trevor, está aquí en la fiesta mirándome con una sonrisa de medio lado. 
Ente momento me asusta más que la primera vez que lo vi, parece el diablo. 
Tiene su cabello negro peinado hacía atrás, sus ojos grises resaltan mucho más que antes haciéndolo parecer un gato. Lleva una chaqueta de cuero brillante con púas plateados el los hombros y antebrazos, unos jeans ajustados y unas botas de cuero muy brillantes a mi parecer.  

—¡Otra vez tu!—Digo molesta al verlo.—Pensé que estarías preso o algo así. 

—¿Qué?—Frunce el ceño. 

—¿Por qué eres un delincuente?. 

—No tienes pruebas.—Me asegura. 

—Pero tampoco dudas.—Le respondo. 

—No me gusta ese termino.—Bebe de su vaso de whisky. 

Frunzo el ceño. 

—¿Cual? Delincuente.—suelto una pequeña risa.—¿Por qué? ¿No lo eres?. 

—No.—Habla desinteresado.—Solo que suena de alguien pobre. 

—Eres un estúpido. 

El se ríe. 

—No deberías hablarle así al dueño de la fiesta, ni de la casa. 

Yo abro los ojos sorprendida. 

—¿Es tu fiesta?. 

—se te tiene que repetir todo dos veces 

Lo ignoro. 

—De razón es tan mala—añado un poco de desagrado a mi voz.—La hiciste tú. 

—¿Disculpa? 

—Así es, eres tan mal anfitrión que ni siquiera  pudiste poner algo para que los invitados coman. 

Ya que estamos aquí creo que debería resaltarle ese punto para irme sin nada por dentro, eso me recuerda algo, algo que quería preguntarle. 

—Discúlpame la próxima vez me asegurare de ponerte un buffet para que sacies tu hambr—Lo interrumpo. 

—¿Qué pasó aquella noche?. 






















 




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