Capítulo 2.

Estaba claro lo que pasaba, la forma en que me altere después de las primeras visiones de Alice y el que Carlisle me hablara de su cambio por Esme solo hizo que una nueva visión apareciera, quizas una que no se veía tan clara en el primer momento, la razón por la que bella pudiera convertirse es que yo terminaría amándola, asi termino confesando todo y ella se vuelve uno de nosotros.

Bella está ahí, contrólate Edward.

No cometas ninguna estupidez que nos arruine Edward.

Eran algunos de los muchos pensamientos que existía entre Emmet y Rosalie, luego estaban los de Alice.

No le harás daño Edward, tranquilo.

¿Puedo hablarle?

-No Alice, ni lo pienses-espero que mi tono lo haya dejado claro todo.

-Como quieras, pero de igual forma terminare haciéndolo, no lo olvides- hace una mueca de orgullo en su pálida cara.

- ¿Cómo puede emocionarles tanto una estúpida humana? - dice Rosalie molesta mientras se baja y azota la puerta del auto.

-Buena suerte con tu comida, digo chica- Emmet se ríe con un gran sarcasmo.

Como si el pesado humor de Rosalie no fuera suficiente ahora debía aguantar las bromas pesadas de Emmet sobre Bella, nunca antes me habían molestado, pero ahora que sé que no solo pudiera ser “humor” sino que ya tienen mucho sentido.

¡Maldición!¡Maldición! Se está acercando, su aroma es como una maldita droga, y parece ser que solo mía, ni Emmet o Rosalie le prestan atención, ni tampoco Jasper y eso que aún no se controla del todo, asi que ella, su aroma y sobre todo su sangre parecieran ser mi dosis de heroína personal, y entre más intento alejarme de ella menos deseos tengo de hacerlo a pesar de saber lo que eso implica.

Edward, será mejor que solo la evites.

Emmet tenía razón, era lo mejor, me ire directo al salón de clases, no tengo clase con ella a la primera hora, me dará tiempo de tranquilizar mis ansias.

- ¡Edward! - dijo Bella con el suave tono de su voz.

No había opción, no podía arriesgarla.

-Ahora no Bella, voy tarde-le hable con un tono de indiferencia, que dolió tanto hacerlo.

Nunca había deseado tanto estar en clase como lo hago ahora, sin embargo, no dejaba de pensar en Bella, no me gusto hablarle así, ¿y si era algo importante? Sino por cual otra razón se acercaría a hablarme, ¡Ah! Odio no poder leer su mente, eso la hace tan irritante pero tan especial a la vez.

¡Cielos chico! Sí que te trae como un loco.

-Emmet cierra la boca- solo lo mire de reojo mientras respondi.

-En realidad, nunca la abrí- lanza una pequeña carcajada.

-Es igual-no estaba de humor para sus bromas.

-Tranquilo Edward-se ríe un poco-, ¿Qué tiene de especial esta chica? Es una humana como cualquier otra-me pega en el hombro.

-No lo entenderías Emmet- dije para terminar la plática.

Y es que ni yo lo entiendo, quiero alejarme de ella, pero a la vez deseo estar con ella, no quiero hacerle daño, pero quiero con ansias beber su sangre, es algo tan tonto y masoquista, no entiendo cómo podríamos estar juntos, ¿Cómo podría estar ella, un ser tan puro, con un monstruo asesino como yo?