Eterno renacer

La melodía del ave

—No sé si seré capaz de creer en esto… —murmuró Becca, mientras entrelazaba sus dedos con los de Ara. La bruja caminaba pensativa por las calles de Teivel, con un miedo furioso que se aferraba dentro de su pecho.

—Cree en mí —le pidió sonriendo de costado—. Ayer estabas segura de querer terminar con todo esto —admitió desviando su mirada.

—Porqué no creí que la elegida fueras tú, no es tu deber cambiar el mundo. Es peligroso intentarlo —dijo con la vista perdida en las baldosas de cemento —. No creo que sea buena idea con los Marduk pidiendo que rueden cabezas.

—Necesito hacerlo. No solo por mí, sino por todas las mujeres que fueron asesinadas por los cazadores. Sé que es difícil pero quisiera que estuvieras a mi lado, porque contigo siento que los problemas se vuelven más sencillos  —Ara se detuvo para luego acariciarle el rostro con las dos manos y atraerla hacía ella. Cerró los ojos y la besó dulcemente en los labios.

—¡Tortolitas! No creo que sea el momento indicado para una muestra de amor —Sabrina que caminaba por delante de ellas, las interrumpió mientras reía.

—Esta parece la escena de una película de terror —musitó la muchacha mientras seguía los pasos de las Tiamat —, solo quería alegrar el final trágico.

—Espera... dijiste, ¿final trágico? —Luna volteó a verla con temor, abrazando con fuerza su frasco de insectos como si su vida dependiera de eso—. ¿Viste algo en tus premoniciones de lo que nos deberíamos enterar? —Ara negó con la cabeza.

—Lo lamento, no quise asustarte. Es solo una manera de decir —murmuró.

—Ay... Ara. Cuida tus palabras, casi me matas de un infarto —suspiró la morena, con una mano en su pecho.

El olor a hierbas y sahumerios invadió las calles cubiertas de cientos de tenderetes y casas de madera que dibujaban un entramado de calles caóticas. El pueblo aquella tarde estaba desierto, las puertas de las casas estaban cerradas, por las ventanas titilaba la tenue luz de las velas y una bocanada de humo blanco ascendío de las chimeneas para luego disiparse en el cielo, a punto ya de oscurecerse.

Mientras las brujas seguían a Freya, pasaron ante sus ojos seres informes que la castaña nunca había imaginado observar, aves sin ojos que se desplazaban por los árboles, gatos negros de doble cabezas, e insectos de gran tamaño que trepaban por las calles.

—¿Por qué ese gato tiene dos cabezas? —preguntó Ara, la pequeña criatura le recordaba a su amiga gatuna Valkiria.

Desde que se sumergió en esa aventura, dejó atrás su antigua vida como mundana. Se aferró a una mentira con tal de mantener a salvo su secreto, una mentira que la llevó a alejarse de las personas que más amaba. Solo para conectarse con su bruja interior.

Era un viaje de ida, que no tenía vuelta atrás. Pero ella estaba segura, de que algún día volvería a lo que siempre fue su hogar.

—Estamos en Teivel —le recordó Freya, volteando a verla por una instancia de segundos—, aquí crece la magia, esos seres son solo productos de la misma.

Mientras más avanzaban, más sombrío se volvía el pueblo. Las casas tenían paredes de roca y manchas negras que parecían sangre seca. A lo lejos, se podía percibir entre la nubosidad las torres del castillo de Lilith y la oscuridad que lo rodeaba, desde esa lejanía parecía pequeño e insignificante, sin embargo, el calor insufrible de las llamas llegaban hasta ese sector del pueblo, donde las plantas eran reducidas a cenizas y los árboles presentaban heridas negras por el carbón.

—Frey, ¿a dónde estamos yendo con exactitud? —indagó Sabrina, en un murmuro casi indescifrable mientras se abrían camino por un estrecho callejón cubierto de hiedras.

—A visitar una bruja antigua. Ella nos dirá lo que debemos saber sobre Lilith —respondió la bruja de cabello rojo—. Aquella mujer en su juventud fue de las hechiceras más poderosa y temidas del mundo. Ahora con sus 80 años de edad, solo puede realizar hechizos simples. Sin embargo, ella conoce como la palma de su mano el castillo, muchas veces recurrió a ese lugar en busca de la magia oscura —explicó.

En Teivel la llamaban "la sabía". Podía ver cosas que los otros no veían. Leer el cielo y escuchar el viento. Podía predecir con una precisión extrema cuándo empezaría o dejaría de llover, incluso leer el futuro en los restos de café.

Freya frunció el ceño luego de reconocer el camino por el que se dirigían. No era la primera vez que pasaban por ese lugar, se detuvo observando el árbol que se encontraba en una esquina. Tenía un aspecto peculiar que ella ya había visto antes.

Estaban caminando en círculos.

—¿Estás segura de que por aquí es el camino? —Sabrina se detuvo a su lado, analizando a su alrededor—. Creo que estamos perdidas —dijo moviendo sus manos frustradamente frente a sus ojos, alejando la neblina que se arremolinaba en el lugar.

—¿Que sucede? —indagó Luna llegando a su lado, seguida de Becca y Ara. Las brujas se miraron confundidas sin saber porque se detenían.

—Me temo que estamos buscando una aguja en un pajar... —reconoció Freya, mientras se situaban en el final de aquella hilera de casas antiguas, ya qué detrás de ellas, se abría paso a las penumbras del bosque—. Elvira es sabia, probablemente haya escondido su cabaña con un hechizo.

—Recorrimos todas las casas de Teivel. Preguntamos a cada bruja que se cruzó en nuestro camino, pero nadie sabe donde se encuentra la cabaña de Elvira —Ara dejó escapar un suspiro luego de haber caminado media hora sin encontrar a la bruja antigua. Apoyó su cuerpo sobre el tronco de un árbol y este inmediatamente comenzó a temblar.

—Si lo que buscan es a Elvira, déjenme advertirles que cada paso incierto que den, podría ser en vano —se oyó una voz desconocida. Ara retrocedió unos cuantos pasos sin saber de quién provenía aquella inusual pero delicada voz que la llevó a mirar hacía arriba —. Para encontrarla, deberán utilizar un hechizo que guiará su camino. Deben adentrarse en el bosque de Teivel —un pequeño niño de pecas marrones las observaba trepado desde las ramas del árbol. Con su dedo dimuto, señaló el vertiginoso laberinto de árboles que se encontraban detrás de las brujas.




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