Eternos Rivales

Capitulo 18

 Creo que mi cabeza va a explotar, me duele mucho, aunque la verdad esta sensación no es desconocida para mí, pues tengo la mala costumbre de tomar más de lo que debería. Estoy despierta pero no he abierto los ojos pues la luz que entra de la ventana de mi cuarto es tan brillante que empeorara mi dolor de cabeza.

 No recuerdo nada, solo recuerdo que Nick me mandó un mensaje diciéndome que se había ido y también en cómo no contestaba mis llamadas, después bebí algo que ni recuerdo, definitivamente una dulce y fuerte resaca es lo que me está invadiendo en este momento. 

 Lentamente abro mis ojos y en el momento que los abro noto la sábana blanca me está cubriendo la cara haciendo que la luz de la ventana no me invada tanto. En lo que caigo en conciencia logro escuchar una voz fuera de la habitación. Me quito la sabana de la cara y después de una fuerte punzada en mi cabeza me doy cuenta de dos cosas, una que hay una persona afuera de la habitación y dos que esta no es mi habitación

-Maldición…-me levanto bruscamente y una punzada de dolor me pega en la cabeza haciéndome posar una mano sobre mi cabeza

 En lo que puedo ver las paredes pintadas de gris y blanco, el sillón de cuero negro a una esquina, el olor a perfume de hombre, definitivamente esta no es mi habitación. De pronto la puerta a una esquina de la habitación se abre y de golpe todas mis dudas se aclaran.

-Buenos días-dice un Romeo con cabello mojado, sin camisa, descalzo con una toalla sobre sus hombro- ¿te apetece café? iré a preparar un poco, tus ruidos anoche no me dejaron dormir

 No digo ni una palabra, literalmente mi boca forma una perfecta o y mi cara de incredulidad se hace más visible. No puedo creer que otra vez pase esto

-Esto no puede estar pasando otra vez-titubeo- ¡¿qué demonios hago aquí?!, 

-Tranquila, te emborrachaste, me rogaste que no te llevara a casa y como Nick desapareció te traje aquí-dice con simpleza, como si no fuera la gran cosa, me mira y habla como si esto no fuera raro para el- y te agradecería que no gritara, aquí viven más personas

 - ¿Qué paso anoche? -me levanto de la cama y ojeo un el cuarto intentando ver si no estoy soñando

-Bueno-él se me acerca y se sienta en frente de mí en la cama- Está de más decirte que bebiste como una maniática, te iba a llevar a casa pero tu desesperadamente me pediste que no lo hiciera, iba a llevarte a casa de Nick pero el muy desgraciado desapareció así que como buen samaritano te traje a mi casa, te quite el vestido...

- ¡¿Me quitaste mi vestida!?- bajo la mirada y veo que solo llevo una camisa muy grande que me llega hasta por arriba de las rodillas

-Antes de que me llames pervertido y me lances lo primero que veas, vomitaste ese vestido-me dice- yo te ayude a quitártelo, entraste a mi armario y tomaste una de mis camisas y luego como si fuera tu casa te metiste en mi cama y te dormiste. 

 Esta demás decir que mi cara es un poema, siento un fuerte dolor de cabeza y algunas imágenes brotan de mi mente, me esfuerzo para intentar recordar.

 

 Anoche...

 

 -Apuesta 200 a que la señorita aquí presente no es capaz de tomar esto-un grandulón deja en frente de mi un tarro alemán lleno de cerveza

 

-Te daré 500 si no lo bebo en 10 segundos-digo dejando los billetes en la mesa y escuchando las fanfarrias de los que nos rodean. Este idiota no tiene idea de con quien habla

 

Actualidad

 

-Dios, no…-me cubro el resto de lo vergonzoso que me comporte ayer

-¿Ya recordaste?-pregunta Romeo que, antes estaba sentado enfrente de mí y ahora está buscando algo en su armario- En fin

 Sale con una bolsa en la mano y me la entrega junto a una caja negra

-Aquí tienes un cambio de ropa, tu vestido lo mande a la lavandería-se pone una camisa que tiene en la mano- después del desayuno te llevare a casa.

 

-¿Crees que después de esto me sentare a desayunar conti...?- la puerta se abre y una pequeña de cabellos semi castaños entra somnolienta.

 La pequeña perece no notarme porque con los ojos entrecerrados camina hasta llegar a Romeo. Romeo se agacha con una tierna sonrisa hasta la altura de la pequeña.

-Buenos días-le revuelve el cabello- ¿Por qué no estás en tu cuarto si tienes tanto sueño?

-Porque dijiste que iríamos al parque de diversiones-dice la pequeña que hasta ahora no me ha notado- y quería levantarme temprano para que no te escaparas como la última vez

-Esta bien-se levanta y toma la mano de la niña-pero primero ve a lavarte los dientes, ya preparo el desayuno. 

 La niña asiente y sale de la habitación sin rechistar. Romeo cierra la puerta y me mira a la cara.

-Vístete, preparare waffles-me dice- a Mare y a ti les gusta, digo si aún quieres irte

 No digo nada pues antes de que diga algo mi estómago empieza a rugir haciéndome sentir avergonzada, admito que tengo hambre, no he comido nada desde ayer en la tarde. Miro a Romeo y puedo notar que ahora me sonríe

-Ya preparo el desayuno-Se acerca a la puerta, pero antes de que pueda salir mi yo curioso e indisciplinado pregunta sin pensar:

-¿Quién era esa pequeña?-yo definitivamente no tengo limites

-Es mi hija-me dice con simpleza saliendo de la habitación dejándome sola y completamente aturdida, es obvio que está jugando conmigo.

 

****

 

- ¿Cómo conoces mi talla? -digo entrando a la cocina en donde lo encuentro mesclando algo y encendiendo la wafflera

-En primer lugar, trabajo en una revista de moda para mujeres, y, en segundo lugar-dice dejando el bol en la alacena, se voltea a me mira de arriba abajo de una manera poco disimulada-soy muy observador

-De verdad te vuelves más sinvergüenza con el tiempo- volteo los ojos

- ¿Me volteaste los ojos? -dice con indignación

-Sí, lo hice-digo retadora

-Sabes que no me gusta eso-se acerca a mi 




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