Al fin, se puede respirar tranquilidad.
Al fin, término el vals diabólico de la incertidumbre, del cual jamás me permití trastabillar.
Al fin, la esperanza ganó, valió la pena toda mi fe en esa escaza posibilidad de mejoría.
Al fin, en está euexia encontré sanación.
Al fin lo peor acabó, sobreviví a lo peor, eso solo demostró, que de las cenizas se puede volver a resurgir, solo sí así lo deseas.
Al fin, he conseguido todos los acrílicos y los óleos necesarios para poder ser quién quisiera.
Al fin, llegó ese rayo de luz que a mi alma dio gozo.
Al fin, mi corazón sanó, lo que dolía, nada importa ya.
Al fin, ese dolor que parecía ser eterno, se convirtío en una entretenida anécdota de bar, de esas en las qué terminas riendo.
Al fin, me liberé de las cadenas del pasado, las que solo atormentaban mi existir, ahora solo mi presente importará.
Al fin, pude notar que en la resiliencia se puede florecer.
Al fin, dejé todo lo malo atrás, puedo comprobar que aquí está la felicidad.