Eugenesia: La voz de los espejos rotos.

Capítulo IV Por más largo que sea el río siempre llega al mar.

  — ¿Qué más da? No quiero estar metido ahí todo el maldito día escuchando las excusas de miles de inútiles que no han podido encontrar que hacer de sus miserables vidas. La respuesta que obtendrán será la misma los escuchemos o no. Solo deja que revise los expedientes y les de aceptado o denegado. ¿Es tan difícil Yixing? —  Le pregunté un poco alterado. 

Ya era un poco entrada la noche y las grandes y brillantes luces de los rascacielos de la ciudad capital del distrito iluminaban todo el alrededor, parecía ser que aquí no se necesitaba de la luz del sol, pues la ciudad vivía no importaba el momento. 

Ichinose estaba de mi lado, ambos no queríamos estar sentados enfrente de un escritorio escuchando a los productores hablar tonterías acerca del porqué deberíamos aceptarlos. Solo tenemos que ver sus datos que han sido ingresados en el sistema del gobierno y elegirlos según su capacidad. ¿No es lo mismo? Es mucho más fácil hacer eso, así ellos ya el día de mañana sabrán una respuesta. 

Pero el gran Xiong Yixing no creía que esa era la mejor opción y seguía pensando malgastar un día entero de nuestras vidas, escuchando a esos productores inútiles. A pesar que sabe que es verdad, las entrevistas no cambian en nada la decisión que se va tomar acerca de si aceptar o no a los voluntarios para el ejército. Una chica que se ha muerto de hambre toda su vida, que es una ladrona y que tiene dotes para la pelea será aceptada de inmediato dentro del ejército, no importando  cuantas leyes halla infringido o si asesinó a alguien de su mismo rango. En cambio un chico productor que haya servido fielmente a su familia pero que no tenga dotes para la pelea ni para la inteligencia militar, será fácilmente llevado al matadero sino es que desea morir como un inadaptado. 

Por más que ese chico desee entrar, sino tiene las habilidades no lo logrará. La chica en cambio que si las tenga, aunque tenga un historial oscuro, entrará. Así funciona este mundo para sobrevivir. 

  — Bien, pero háganlo solo ustedes dos, pueden elegir a quiénes van a escuchar y a quiénes no, los que les van a dar el beneficio de la duda y a quiénes les dirán de una vez por  todas si ha sido aceptado o no — Comentó un cansado hijo de la familia real del ejército. 

Ichinose y yo reímos y nos miramos felices, luego de tres horas seguidas de darle buenos argumentos había cedido a perder nada más la mitad de nuestro día y elegir nada más por historial del sistema a quiénes van a ser aceptados al ejército y quiénes no podrán hacerlo. Es lo más aburrido que se puede hacer. ¿Por qué teníamos que hacerlo? Mejor dicho... ¿Por qué Xiong Yixing nos  había metido en este lío? 

Este es su trabajo, debería de estar revisando todos los perfiles de los cuatro mil candidatos coreanos que vendrán de todas partes del distrito. ¿Por qué les deja el trabajo a unos simples acumuladores de los distritos de afuera? Ichinose parecía muy emocionado al respecto, agarro el aparato en donde mantenían guardados todos los datos. Era una especie de tableta en donde todo se mostraba como un holograma. La primera era una chica productora que provenía de un pueblo portuario llamado Wonsan, ubicado en la zona que alguna vez perteneció a North Korea, antes de la unión del país con South Korea para pasar a ser ambas una provincia tributaria del nuevo estado, acababa de cumplir los veinte años de edad, la tercera hija de una familia pesquera. 

Los datos acerca de salud, eran normales, no tenía una enfermedad grave conocida, su educación había sido confinada al hogar como todos los de su clase. Estatura, un metro sesenta centímetros de altura. Historial criminal: Estuvo encerrada en la cárcel estatal por robos cerca del mercado hace tres años, debido a eso no ha podido conseguir trabajo. 

Habilidades físicas: Rápida, puede disparar con buena precisión, estado físico aceptable. Apta para poder entrar al ejército. Aquel era su corto historial, no se necesitaba más para saber que ella podría pasar a ser aceptada. Tiene resistencia  para correr y se ha sido lo suficiente lista para no ser atrapado en su primer robo, tiene la condición para entrar al ejército. 

  — ¿Vos que pensás? Yo le doy el sí —  Contestó Ichinose, viendo el historial de aquella chica, cuyo nombre ni siquiera sabíamos. Asentí, para hacerle saber que también estaba de acuerdo con la decisión tomada. 

Y  así fue como comenzó nuestra primera gran noche de desvelo para revisar el historial de cuatro mil personas que no han podido conseguir trabajo, no importando si son productores, inadaptados o consumidores. La gran mayoría eran de la primera clase, todos mantenían cierta línea de historia. 

Venían de familias de lo más pobre entre pobre, robaban, cometían delitos, sus familias apenas les atendían o los dejaban a la deriva, por lo que al final con su reputación no conseguían trabajo. Otros provenían de familias que trabajaban mucho en sus cultivos o en las fábricas, sus familias eran normalmente de pocos hijos pero aquel que no había conseguido trabajo era por ser demasiado tonto, demasiado soso y demasiado buena persona por lo que siempre se aprovechaban de esas personas y nadie los quería contratar. 




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