Eres una persona zibá y como afluente acaudalado, me inundaste.
Como una luz etérea, que perdura ante la adversidad, como una orquídea, rara e impresionante, ante tal clamor no pude evitar inclinarme.
Sin embargo, a veces ando en un estado de saudade, o sin querer tengo eunoia hacia ti durante bastante tiempo.
Ojalá no seamos efímeras en nuestros destinos, átame, cruel hechicera, que, estoy dispuesta a convertirme en prisionera, para que hagas de mi en la forma que tú quieras.
Tú que me embrujaste y no me di cuenta, tu talento atravesó mi coraza como un cuchillo sin funda que en una búsqueda se encontraba.
Por favor, no urgues... mi corazón no lo soportará la puñalada.