Eutanasia (sambucky)

TRES

Por primera y única vez en un largo tiempo, Sam se permitió divertirse un poco en la compañía de sus amigos y logró sentirse un poco feliz. ¿Durante cuánto tiempo se había reprimido el sonreír sinceramente? Las pocas veces que lo hacía era cuando recordaba a Bucky a su lado sonriendo, feliz.

Su mirada se detuvo en Bucky y su sonrisa inmediatamente se borró. ¿Por qué estaba riendo? ¿Por qué estaba siendo feliz sin él?

- Estoy segura de que él quiere saber que eres feliz. - Masculló Wanda, como si pudiese leer sus pensamientos.

A los ojos de Sam, ninguno de ellos podía comprenderlo por más que lo intentara; estaba cansado de que la gente fingiese entender la situación. Estaba cansado de escuchar los típicos: "te entiendo". No eran ellos quienes tenían que ver a la persona que más amaban en el mundo postrado en una cama y conectado a una máquina que lo mantenía con vida; no eran ellos quienes sufrían por no tener a Bucky a su lado. Simplemente no podían imaginar su dolor.

Su rostro se mantuvo sin expresión alguna, nadie era mejor que Sam Wilson para fingir indiferencia.

- Tal vez... - Contestó segundos después. - Pero soy yo quien no quiere ser feliz sin él.

El silencio inundó la habitación.

Normalmente, a Sam le gustaba observar a Bucky en completo silencio, pues sentía que era la única manera en la que él, de cierta forma, podía escucharlo. Sin embargo, esta vez el silencio comenzaba a desesperarlo.

- Podríamos viajar. - Propuso Bruce intentando animar el incómodo ambiente que se había formado. - Ya saben, despejarnos un poco.

- Oh, es buena idea. - Asintió Clint, aunque no estaba del todo de acuerdo. Después de todo, Bucky era y seguiría siendo su mejor amigo.

Sam frunció el ceño. ¿Estaba escuchando bien? ¿Querían ir de viaje para olvidar la muerte de Bucky? ¿Querían llevarlo a él para "despejarse"?

- ¿Qué? - Preguntó Sam, incrédulo. - ¿Qué...?

Natasha, quien estaba ya un poco cansada de ver a uno de sus mejores amigos sufrir, murmuró:

- Sam, Bucky mañana no estará aquí...

La furiosa mirada de Sam se dirigió hacia Natasha, quien pocos segundos después se percató de lo estúpido que había sido decir aquello. Estaba claro que eso él ya lo sabía.

- Sam... - Susurró arrepentida. - Yo...

- Largo. - Dijo Sam sin ninguna pizca de compasión. - Quiero que todos ustedes salgan de aquí ahora.

- Piensa lo que estás diciendo, Wilson. - Murmuró Tony. - Nosotros sólo queremos ayudarte en esta situación.

¿Ayudarle?

Aquella estúpida -a los oídos de Sam- oración fue la gota que derramó el vaso. No necesitaba a nadie más que no fuese Bucky; la única persona que podía salvarlo de la miseria era el mismo chico que estaba a punto de morir, llevándose consigo su corazón.

- ¡Me importa una jodida mierda lo que estén intentando hacer! - Gritó exasperado, levantándose del frío suelo. - ¡Dejen de pretender que comprenden lo que está sucediendo! ¡No entienden una mierda de lo que estoy sintiendo!

Sus cinco amigos, aún en shock, sólo se dedicaron a mirarlo mientras recorría el lugar a largas zancadas.

- ¿Saben cómo me siento al verlo ahí todos los malditos días? - Se detuvo un momento, esperando una respuesta la cual, por supuesto, no obtuvo. - No, no lo saben. ¿Tienen una maldita idea de lo que es extrañarlo cada segundo del día? Por supuesto que no la tienen porque ninguno de ustedes lo ama como lo hago yo.

- Sam...

- Sólo dejen de fingir que lo entienden... - Su voz se rompió y las lágrimas se acumularon en sus ojos. - Quiero estar solo.

Wanda negó rápidamente, levantándose para caminar hacia Sam y refugiarlo en sus brazos.

- Sabes que no es lo que quieres. - Murmuró.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.