Mientras tanto Ezequiel y Anne se dirigieron a el laboratorio ambos en silencio, el laboratorio quedaba a unos 15 minutos de la casa y era un laboratorio para la investigación de diversas enfermedades.
Realmente la razón por la cual nadie decía nada era por que cada quien estaba inmerso en su mundo.
-Hey-comenzó hablando Ezequiel-¿ por qué tan pensativa?
-Estoy pensando si la hipótesis es falsa o verdadera-mintió Anne aún pensando en el rostro de la persona que acaba de admirar en aquella cafetería-. Creo que le falta algo, pero no sé que cosa.
-Lo encontrarás, no te angusties.
El carro se estacionó enfrente de el laboratorio y Anne bajó de el, ingresó al edificio, se dirigió directamente a su cubículo.Se sentó en una silla y se recargo en el respaldo mientras volteaba al techo y observar su color verde menta.
En su silla pensó en la amiga de Ezequiel, Samantha Evans era su nombre, era una persona muy guapa y era amiga de su cuidador Ezequiel, el la recogió cuando tenía unos pocos meses.
Fue encontrada entre un montón de personas muertas, las personas eran lobos, encargadas de protegerla, pero él nunca le dijo la razón de la muerte de todas esas personas, entre ellas según cuenta Ezequiel, estaba su madre.
Según lo que le dijo Ezequiel fue un encuentro entre lobos buenos y los "convertidos" los cuales eran lobos malos y se convertían en unos seres horrorosos.
La lucha dejó muchas bajas en ambos lados pero más en el de los "convertidos" quienes huyeron, y unas horas después llegaron lobos de otras partes como refuerzo, pero para ese momento todos estaban muertos en la iglesia pero Ezequiel la vió y desde entonces cuidó de Anne.
-Hey-. Ezequiel interrumpió sus pensamientos.- Tenemos que regresar a la casa, para comer, llevas más de dos horas aquí.
-¡¿Qué?!-Gritó Anne volteando a ver el reloj y efectivamente había pasado un buen rato-. Demonios.
Anne se levantó y se dirigió al carro junto a Ezequiel, ambos se dirigieron a casa y de paso de casa compraron comida china para comer algo rico, Al llegar a ella se encontraron con los cuatro hermanos comiendo las manzanas del árbol de su casa en el porche.
Se detuvieron un poco antes para evitar poner el carro en donde estaban ellos así que lo dejaron a un lado, se bajaron con la comida china y entraron a la casa.
Pusieron la mesa para seis personas y les abrieron la puerta a los cuatro Evans que estaban comiendo manzanas.
-Hey- dijo Ezequiel-. Trajimos comida china. Pasen a comer.
-Claro que sí-. Respondieron los cuatro al unísono.
Entraron los cinco a la casa mientras había una nerviosa Anne en la mesa diciéndose a si misma que se tenía tranquilizar, pero al ver a Samantha todas esas palabras de aliento que se dijo durante varios minutos se esfumaron.
Trató de no observarla de arriba abajo, centró su mirada en la mesa y se decidió a mantenerla así, lo cual fue una mala idea ya que en el momento que Samantha habló levantó la vista y vió su cara.
Mientras la observaba los cuatro hermanos Evans discutían que la comida estaba deliciosa, y siguieron riéndose de cosas muy tontas por que Ezequiel estaba contando una anécdota que hace mucho tiempo se había subido a un árbol de naranjas pero estaba comiendo peras por que él estaba decidido en comer peras arriba de una árbol de naranjas.
-Chicos- dijo Dan un poco serio-. No podemos comprar la casa de un lado, ya que según el dueño vivirá ahí uno de sus parientes y tenemos que encontrar una solución.
-Entonces, pueden vivir con nosotros- exclamó un sonriente Ezequiel-. Tenemos suficiente cuartos para cada uno.
-Estaría genial- dijo Samantha mientras veía a Ezequiel y luego miró a Anne-. Entonces nos mudaremos hoy , porque ya tenemos todas nuestras cosas.
Terminaron de comer y comenzaron a ver los cuartos de la casa de Anne y Ezequiel, la casa era muy grande para lo que estaban acostumbrados, eran 7 cuartos lo suficientemente grandes para una cama, una mesa, un ropero grande para guardar lo que tu quisieras y una mesa de noche.
En la perspectiva de Samantha los cuartos eran lo suficiente para que vivieran y comenzaron a bajar las cosas del carro de mudanzas.
Bajaron la ropa, muebles y muchas otras cosas, incluso bajaron una pista de baile de juguete que era de Tyler el cual la ocupaba en su tiempo libre para divertirse y no aburrirse.
Siguieron acomodando las cajas cada quien en sus respectivos cuartos, tardaron mucho tiempo ya que cuando se fueron a dar cuenta ya era de noche y era hora de dormir.
Samantha se dirigió a su habilitación, se comenzó a quitar en camisa y escuchó un toque en la puerta, así que decidió en abrir y estaba en brasier.
Abrió La puerta y se encontró con Ezequiel con un traje muy formal que se quedó sorprendido y se recargo sobre el marco de la pared.
-Puedes ser una persona muy vieja pero te mantienes, ¿verdad?-susurró Ezequiel.
-Ya lo sé- le guiño un ojo-. Es parte de mi encanto, pero olvida eso. ¿Por qué llevas traje?
-Voy a una cita
-¿Cómo?-Samantha puso una mano en su pecho dramáticamente-. ¿Tú?¿A una cita?