Samantha pasó la puerta y se encontró con una especie de auditorio , era un auditorio pequeño, al menos para unas cien personas, estaba casi lleno, al menos había setenta personas.Unos treinta eran Vampiros y el resto eran humanos. Para Samantha era muy extraño que estuvieran tantos Vampiros juntos. Posiblemente era alguna especie de ritual que ella desconocía.
Pero ella pensó que sería bueno o quedarse para ver que estaban subastando y ver si había algo que quisiera comprar. También debía de mantener su aspecto tal y como estaba, no quería levantar sospechas.De un momento a otro comenzaron a apagarse las luces y enfocarse en un punto en el auditorio en donde había una mujer que comenzó diciendo:
—Bienvenidos sean todos a la Subasta de Seattle, en breve comenzarán a mostrarse los productos a subastar y podrán ir haciendo sus apuestas a base de unos carteles con números del cero al cien—. Se empezaron a pasar los carteles por las filas de asientos del auditorio—. Cada vez que quieran ofertar deberán de levantar sus carteles para indicar que apuestan la cantidad que se menciona.
Las luces se alejaron de la mujer que acababa de dar las instrucciones y se enfocaron en una pintura que se encontraba tapada y se descubrió con ayuda de la mujer rubia.
Era una pintura muy realista, era un paisaje de un amanecer muy bien pintado.
—Comenzamos desde el precio de trescientos dólares.
—¿Quién da trescientos cincuenta?—.Varios números se alzaron.
Así siguieron hasta que el cuadro alcanzó la cantidad de mil quinientos dólares que al final un hombre de barba compró.Ofrecieron tres cuadros más que se vendieron en arriba de mil dólares y varias piezas de colección de un castillo que se encontraba en Europa.
Después se anunció que tomarían un descanso de diez minutos y encendieron las luces que inicialmente se habían apagado para la subasta.
Luego comenzó un breve descanso de diez minutos, en donde Samantha no se levantó de su asiento, solo se dedicó a observar, volvieron a aprenderse la luces y de inmediato se apuntó con luces una esquina del recinto con un hombre diciendo:
—Ahora se viene la parte más importante de la subasta.
El hombre terminó de decir esto y se soltó un gas muy raro, los invitados comenzaron a caer uno por uno menos los que eran Vampiros.
"¿Qué demonios?" Pensó rápidamente Samantha, por que lo que fuera ese gas, todos los clientes humanos cayeron dormidos.
—Ahora—. Siguió hablando el hombre—. Empieza la parte más interesante, se decidió desde el momento en que los humanos entraron a esta subasta, serían subastados por grupos de diez en diez, van a ser seis grupos así que empecemos con el primero.
Varias personas que no se encontraban en la subasta levantaron a los humanos de la primera fila, eran tres hombres y cuatro mujeres, no tenía ni una mínima idea de quienes eran pero al subastarlos comenzaron a decir sus nombres, tipo de sangre y su lugar de origen.
El primer grupo se vendió por cinco mil dólares, ya que los subastados tenían la sangre limpia, eran de los típicos chicos que se la pasan todo el día en el gimnasio.
Comenzaron a reunir al segundo grupo y se siguió con la misma dinámica, presentación de los usuarios, y la cantidad que se requería empezaba desde mil dólares.
Se siguió así hasta terminar con los seis grupos y el último fue vendido en diez mil dólares ya que dos personas que se encontraban ahí era del tipo de sangre AB negativa, que según la explicación del hombre que estaba subastando sólo 0.06% de la población mundial lo tiene.
—Ahora el producto final de la subasta, pero antes daremos un aplauso al hombre que organiza año con año estos eventos—. Se dirigieron las luces que lo alumbraban a una parte superior del auditorio—. El señor Robert Juls.
Samantha dirigió su vista al hombre que acababa de hacer presencia en el auditorio, el mismo hombre al que le había perdonado la vida, que había sido parte de su familia, que le había invitado de su propia comida, ahí estaba el hombre que le había prometido cincuenta años atrás que no volvería a subastar gente ni cosas con vida.
—Bueno—. Las luces regresaron al presentador de la subasta-. El producto que ofreceremos hoy es único e irrepetible, hoy estaremos subastando un "Acompañante".
¿Acompañante? Se preguntó Samantha a si misma, ¿Que es eso?
—Siento muchas miradas de curiosidad por parte de la audiencia—. Retomó el presentador—. Un acompañante es una criatura mágica capaz de protegerte, son un símbolo de protección y son muy fuertes, y cuando aceptan ser su acompañante firman un pacto en el cual será que el día en el que el amo muera, el acompañante morirá. Así que empezamos la apuesta, comenzaremos por diez mil dólares. ¿Quien da esa cantidad?
Muchos carteles se alzaron en busca de ofertar por el ser tan extraño que se acaba de anunciar.
—Para que la emoción aumente—. Se alumbró a una especie de jaula con una manta tapando el interior que luego fue retirada dejando ver a un joven con pelo negro y unos ojos color morados—. He aquí al sujeto en cuestión.
Ante la mirada de los Vampiros nobles y lacayos curiosos comenzaron a subir las apuestas hasta el punto de llegar a los doscientos mil dólares. El dueño de esa cifra fue un hombre noble al cual Samantha nunca había visto en su vida, que creyó que había logrado ganar la apuesta.
—Doy un millón de dolares—.Prácticamente gritó Samantha dejando a todos atónitos en la sala.
La razón por la que había apostado eso es que sabía que nadie trataría de apostar más de un millón, sería una ridiculez. Y la otra era que desde que se reveló al Acompañante, la criatura que tenía forma de un joven que no pasaba los veinte años, con sus ojos morados no paraba de verla.
—Bueno—. Comentó el presentador—. Como nadie dijo otra oferta, el acompañante es vendido por un millón a la señorita. Bueno eso fue toda la subasta hasta luego , pueden solicitar sus productos detrás del auditorio.