Ambas decidieron que para poder hablar más a gusto, tendrían que moverse a un lugar con menos ruido, así que se acercaron a una de las cabañas que estaba cerrada por alguna razón.
—Bueno—. Noa se sentó en el piso y lo tocó invitando a Samantha a sentarse en el—. Ahora si hay que hablar por lo que vine realmente.
—¿Y eso es?—. Samantha preguntó—. ¿Sobre Zev Williams?
—Así es mi estimada amiga—. Noa comenzó a hablar—. Verás la razón por la que que se me hizo fácil recopilar esta información es por que tengo un espía dentro de la asociación de la que te hablaré más adelante que me facilitó los datos del sujeto. En primer lugar tendremos que hablar hacer de Zev Williams. Él es un convertido que antes se encontraba como hijo bastardo de un lobo puro en Rusia.
—¿Es ruso?—. Preguntó Samantha mientras observaba la fpto que Noa le había enseñado—. ¿O sólo su padre?
—Sólo su padre, él nació en Estados Unidos hace cien años, es un bebé a comparación tuya. Bien pues él es la mezcla de un lobo puro y una humana, quién murió en el momento del parto. Al no tener madre y no ser reconocido por su padre, fue adoptado y recogido por una banda de convertidos quienes vieron su potencial y lo convirtieron en el convertido más poderoso.
—¿La banda que me mencionas tiene algún nombre conocido?
—Ojos rojos es su nombre—. Noa se removió y se acomodó el vestido que había escogido para la fiesta—. Él es muy poderoso para ser un convertido normal, está ligado a venta de lobos normales, para tranformarlos en convertidos. Están planeando un golpe colosal.
—¿Golpe colosal?—. Samantha preguntó confundida—. ¿Contra quienes?
—Supongo que contra los lobos—. Noa se encogió de los hombros—. No creo que ustedes hayan hecho gran cosa.
—Pues yo creo que sí—. Samantha pusó su mano en su rostro y pensó en como habían rescatado a Jonathan—. Les quité a un niño que estaban traficando. Y eliminé a quien se estaba llevando el niño.
—¿Cómo era a quien mataste?—. Preguntó Noa cambiando su tono a preocupación—.¿ Era castaño con una marca en el rostro?
—No recuerdo—. Samantha trató de pensar pero en ese momento pensó sólo en Jonathan—. El niño era mi prioridad número uno en ese momento, realmente no me fijé en el tipo, sólo pude obtener el nombre que te dí.
—Ya veo—. Noa parecía estar ordenado sus pensamientos—. Entonces si llega a existir algún conflicto por el niño, ¿actuarás?
—Si, pero también hay que ver que no soy el blanco principal, lo son los lobos y en el caso que me pidieran ayuda, lo ayudaría.
—¿No se supone que son enemigos?—. Noa se sintió confundida en ese momento y su cara era toda una pintura—. ¿Son enemigos naturales?
—Se supone, pero no hemos tenido enfrentamientos desde hace mucho tiempo—. Samantha levantó sus manos—.Asi que sí piden ayuda, mis hermanos y yo ayudaremos.
—Ya veo—. Noa dijo—. ¿Y que ha sido de tu vida desde que no nos vimos?
—Acabo de abrir una librería con mis hermanos y tengo un acompañante.
—¿En serio?—. Preguntó Noa emocionada—. ¿Tienes un acompañante?
—Su nombre es Stefan—. Samantha comenzó a describir a Stefan—. Tiene el pelo negro, es de tez blanca y tiene los ojos morados.
—¿Es de la familia real?
—No, es un bastardo —. Samantha cambió el tema de conversación—.¿ Qué has hecho tú?
—Pues tengo un trabajo en un periódico local en Miami, y algunas veces doy notas a cualquier revista que me pida redacción.
—Eres solicitada—. Levantó su mano y chocandola con la de Noa-. Bien.
—Mi trabajo es bueno—. Habló presumida Noa—. Todo lo que hago es bueno.
—No dudo eso Noa.
En ese momento entró Anne al ver que estaba Samantha, desde lejos sólo a vió, pero conforme se acercaba vió que estaba con alguien, con una chica y no era fea, es más, era guapa y sintió un malestar en el pecho.
Pero se acercó de todos modos, había venido a la fiesta con Samantha, para pasarla con ella, ya tenía un poco de tiempo que la Junta de emergencia había terminado y salió decidida en buscar a Samantha, hasta que la vió con esa tipa.
—Hey—. Anne habló haciendo que Samantha pusiera su mirada en ella y se levantó al momento—. Hola buenas noches.
—Hola—. Noa se presentó—. Soy Noa Haines, soy de Miami.
—Hola—. Anne sonrió a pesar de seguir teniendo ese malestar en el pecho—. Buenas noches.
—Hey—. Samantha habló—. Me tengo que ir.
—Claro—. Noa se levantó y tomó sus cosas—. Yo ya me iré. Fue un placer verlas a las dos.
—Hasta luego—. Dijo Samantha.
En cuanto se fue Noa del lugar , Anne se recosto en el hombro de Samantha y la besó lentamente, comenzó a mover sus labios lentamente y se separó.
En ese beso Samantha sintió alcohol y pensó que tanto alcohol había bebido Anne en la fiesta de la cual no sabía nada desde hace un rato, al menos dos o una hora pasaron desde entonces.
—Anne—. Samantha habló haciendo que Anne le diera pequeños beso—. ¿Que tanto alcohol has tomado?
—Muy poco-. Mintió Anne, a pesar de que Samantha sospechaba que había tomado bastante durante ese tiempo.
—Yo digo que estas muy cariñosa conmigo por tu gran consumo de alcohol.
—Tal vez—. Anne hizo un puchero que Samantha le pareció tierno—. Pero eso no importa.
—Yo diría que fuéramos a ver que está pasando en la fiesta-. Samantha explicó razonablemente—. Es la razón por la cual veníamos en un primer lugar.
Ambas se pararon del lugar y fueron a ver como iba la fiesta, y en el centro comenzaron a haber grandes gritos y llamó la atención de los pocos que quedaban en la fiesta.
Eran los hermanos Evans junto con Ezequiel tomando shots de tequila al ritmo de la música mientras Stefan y Jaime gritaban acerca de amistad y esfuerzo un poco ya borrachos.
—¿Esos no son tus hermanos?—. Anne arrastró la voz y comenzó a reirse—. Traté de seguirles el paso a Jaime y Stefan, pero acabé borracha mientras tu estabas con tu amiga esa.