Entraron los chicos a la casa para cenar un poco después del ejercicio que estuvieron haciendo, Samantha decidió hacer emparedados para todos, para después poder ver al pequeño Jonathan y al final ir a pasar a ver a Anne. Los chicos se metieron a bañar uno por uno en ambos baños que tenía la casa, después de una hora absolutamente todas las personas que estaban dentro de la casa estaban bañadas y listas para dormir.
Pero bajaron de todas formas para cenar el emparedado que Samanta había preparado. Todos decidieron sentarse en la mesa para 8 personas acomodaron, platos, vasos, cubiertos, servilletas y los emparedados. Cuando ya Dylan, Stefan y Dan habían terminado entró por la puerta Ezequiel con una cara de enojo y un toque de tristeza y melancolía siendo observado por todas las personas que se encontraban cenando en la mesa.
—¿Qué te ha pasado? —. Preguntó Samanta al observar a su mejor amigo enojado cosa que a muy rara de ver ya que normalmente Ezequiel siempre mantenía sus emociones dentro de él.
—Necesito ahogar mis penas con alguien o con algo—. Habló Ezequiel al tiempo en que sentaba a un lado de Samantha.
—Bueno chicos—. Samantha aplaudió llamando la atención de los chicos—. La cena se ha acabado pueden retirarse a sus cuartos, Ezequiel necesita algo de privacidad y creo que lo mejor sería dársela.
Dan, Tyler, Dylan y Stefan se dirigieron cada uno a sus respectivas habitaciones; subiendo por las escaleras, deseando una buena noche a los dos integrantes que se encontraban sentados en la mesa platicando acerca de algo que Samanta no conocía.
— Bueno—. Samantha habló una vez que sus hermanos y su acompañante se retirará—. ¿Qué te ha pasado?
—Creo que alguien está saliendo con Anne—. Dijo Ezequiel.
En ese momento la mente de Samanta literalmente se quedó en blanco. No sabía qué pensar ni qué decirle a Ezequiel. Sencillamente no lo veía como un problema ya que en una relación ambas ya estaban lo suficientemente grandes y maduras para poder llevarla.
—¿Por qué dices eso? —. Preguntó Samanta tratando de sonar lo más neutral posible para evitar levantar las sospechas de Ezequiel y que tuviera una nueva sospechosa.
—No lo sé—. Ezequiel se rascó la nuca y volteó a ver a Samanta quién lo miraba con rostro de preocupación y con un poco de confusión—. ¿Sabes?, siento que cada vez se está alejando más de mí y eso no es normal.
—¿Por qué no es normal?
—La críe durante todos sus años de vida y en ningún momento pasamos por algo así—. Ezequiel gritó sus ojos—. Creo que me estoy volviendo un padre celoso.
—¿Y por qué te incómoda en ese caso? —. Preguntó Samantha mientras se removía en la silla en la que estaba sentada a un lado viendo a Ezequiel.
El problema es que ella no será feliz—. Ezequiel rompió a llorar mientras tomaba pañuelos que estaban en la mesa secándose las lágrimas—. El consejo tiene otros planes para ella, son planes que no la dejarán ser feliz y yo lo sé que tratarán de hacerle la vida imposible.
—¿Por qué? —. Pregúntale a Samanta ya que eso también le involucraría ella—. ¿A qué te refieres?
—La población de lobos puros está reduciéndose debido a que los Lobos ya no quieren seguir un patrón ni un matrimonio forzado para seguir manteniendo la raza pura—. Habló Ezequiel haciendo que Samantha reaccionara—. Ahora toman como pareja a un humano o un lobo normal haciendo que los hijos salgan como lobos normales y no como lobos puros.
— Pero no se supone que tú eres la mezcla de dos lobos normales—. Samantha cuestionó en ese momento a Ezequiel.
—Mi padre cuando estaba agonizando me comentó que mi madre lo había engañado con un lobo puro que venía de la junta de Rusa, la junta Europea y por azares del destino nací siendo un lobo puro pero no más poderoso que un hijo proveniente de dos lobos puros.
—¿Eso es posible?
— Pues aquí estoy yo—. Ezequiel se señaló a si mismo con ambos pulgares—. Estoy vivo después de 250 años.
—Eso es verdad—. Samantha suspiró un poco—. Tienes razón.
—Tengo sueño—. Ezequiel se levantó de golpe de la mesa bostezando aunque todavía con lágrimas en los ojos—. Nos vemos mañana abuelita.
—Adiós—. Samantha logró darle un golpe en la pierna antes de que se fuera de su vista.
Samantha se levantó y se dirigió a ver a Jonathan quien se encontraba profundamente dormido en la gigantesca cama de Samanta, a un lado estaba el sofá en dónde estaba dormido igual de profundo Stefan, a pesar de los ronquidos de Stefan, el pequeño Jonathan estaba realmente dormido.
Después de ver esto Samanta decidió ir a la alcoba de Anne quería ver si se había dormido y posiblemente le comentaría de manera no tan profundamente, la conversación que había que tenido con Ezequiel acerca de que estaba saliendo con alguien. Esto también serviría para despejar las dudas que tenía Samanta respecto a la relación de ambas.
Llegó hasta la puerta porque escuchó ruidos realmente fuertes dentro de la habitación de Anne, se acercó hasta la puerta y logró ver que los ruidos realmente fuertes, era la voz de Anne, que estaba gritando posiblemente a través del teléfono. Llegó a escuchar bastante debido que las puertas eran algo delgadas y además el oído de Samantha era muy agudo.
—¡En ese caso no voy a entrar a mi maldito trabajo porque no voy a entrar a la junta! —. Se escuchó un silencio para que después Anne siguiera gritando—. ¡No pueden obligarme a hacer algo que yo no quiero en contra de mis deseos y pensamientos! ¡Es el maldito siglo 21!
Samantha quiso mover el picaporte pero vio que todavía Anne no terminaba de hablar en su posible celular a un posible superior con quien fuera que estuviera hablado.
—¡Pues soy la mejor científica que podrías alguna vez haber visto! ¡Y todo lo que tengo en mi mente lo tengo en mi laboratorio! ¡Así que mi maldito laboratorio está en donde a mí, se me dé la gana!