Evans

Capítulo 30

Después de la segunda botella de vino tinto, tanto Anne como Samantha, estaban muy borrachas, para eso Samantha ya le mandó un mensaje, y habló telepáticamente con Stefan.

 

"Hey, puedes venir a buscarnos, estamos muy tomadas para manejar"

"Ya voy en camino Sam, no salgan de allí"

 

Samantha observó que entró una banda para tocar adentro del bar y vio como bastante gente se paró a bailar.

 

— ¿No quisieras bailar? —. Habló precipitadamente Samantha por el alcohol—. Tú y yo.

—Vamos—. Anne se levantó de su silla y le extendió la mano a Samantha quien la tomo—. Vamos a divertirnos.

 

Samantha bailó con Samantha, era un ambiente que había pasado de ser un restaurante tranquilo, a una especie de discoteca o bar para bailar, a ese punto de la noche, no sabía ni que estaba pensando.

 

—Creo que mi primera impresión de este lugar fue acertada—. Samantha se acercó más al oído de Anne—. Al final si fue una especie de discoteca o bar.

—Entonces fue buena idea venir—. Anne habló mientras juntaba con sus manos el cuerpo de Samantha y depositaba sus manos en su espalda—. Y también fue una buena idea tomar dos botellas de vino.

—¿Acaso las personas bonitas como tú no tienen resaca? —. Preguntó Samantha mientras le pellizcaba la nariz—. ¿O no lo hacen?

—Creo que mañana tendré una resaca impresionante—. Anne habló mientras sonreía—. Y que deberíamos quedarnos todo el día en la cama.

—invitándome a la cama—. Anne se rio por el sentido de la oración—. Qué atrevida eres Anne.

—A veces—. Anne dijo tranquilamente mientras abrazaba a Samantha con quien se sentía segura—. Pero sólo contigo.

 

—Que frase tan gastada—. El celular de Samantha comenzó a vibrar y observó que quien la llamaba era Stefan—. ¿Hola?, Anne dice Stefan que está afuera esperándonos.

—Vámonos entonces—. Anne tomó la mano de Samantha para regresar a la mesa y tomar sus abrigos—. Recoge lo que sea tuyo.

 

Samantha tomó su abrigo y se lo puso, así como Anne quien apenas podía ponérselo, Samantha la ayudó a meter primero un brazo y luego el otro en las mangas del abrigo. Salieron del restaurante tropezándose con sus propios pies, quien estaba más borracha de las dos, era Anne, pero Samantha iba de la cintura agarrada con ella para no caerse.

 

—¿Las llaves? —. Preguntó Stefan sonrojado por el frío y Anne se las lanzó—. Gracias, suban señoritas, las llevaré a casa.

—Gracias, Stefan—. Hablaba Samantha un poco lento debido a la borrachera que traía—. Te quiero mucho.

— Si,si,si—. Stefan ayudó a las dos a meterse en la parte trasera del automóvil—. Ya sé, pero no hagan desorden atrás.

—¡Esta bien! —. Gritó Anne con el pulgar en alto—. ¿Ya nos vamos?

— Ya voy—. Stefan se metió en el asiento del piloto, y arrancó el automóvil—. ¿Cómo pasaron su noche chicas?

— Ya se durmió—. Samantha habló en voz alta viendo a Anne completamente agotada—. Nos fue bien, Stefan.

—Ya veo—. Stefan seguía manejando pero hablaba con Samantha—. ¿Bailaste con ella?

— Si, bailamos muy juntas—. Samantha hizo con su pulgar e índice unos cinco centímetros—. Así de cerca bailamos.

—Wow—. Se sorprendió Stefan y luego preguntó—. ¿Y van en serio?

—Si—. Samantha sonrió—. Yo creo que sí vamos en serio.

—Está bien entonces, duérmete—. Stefan dobló en una curva—. Yo te llevo a casa.

 

Stefan observó por el retrovisor que ni siquiera, terminó la oración y Samantha ya se había dormido y acurrucado en ella. Bonita pareja es la hacen ellas dos pensó Stefan.

 

Estaba siguiendo el camino cuando observó que Samantha se levantó de golpe, con un ojo rojo carmesí y Stefan sintió el hambre voraz de Samantha.

 

—Aparca el auto—. Samantha abrió la puerta en golpe—. Tengo demasiada hambre.

 

Samantha observó el rostro de sereno de Anne, sus colmillos se estimularon y sus ojos se movieron directamente a su cuello, Samantha se alejó asustada de Anne quien se levantó de golpe al sentir la presencia de Samantha.

 

—Mierda—. Dijo Samantha—. No, No, No, aléjate por favor.

 

Anne observó en cámara lenta como Samantha corría en dirección al bosque que tenían a un lado de la carretera, ese comportamiento sólo se presentaba en los vampiros. Por dios, Samantha tendría que explicarle todo pensó en ese momento Anne mientras sus pies se movían antes de que pensara en un plan racional.

 

—¡Regresa a casa! —. Gritó Anne a Stefan —. ¡Luego vienes por nosotras!

 

Anne escuchó el auto arrancar por pavimento de la carretera y se adentró más en el bosque, siguiendo la presencia de Samantha. Seguía corriendo, saltando ramas Y tratando de seguirle el paso a Samantha que cada vez parecía ir más rápido.

En un momento la presencia de Samantha se detuvo y comenzó a desaparecer, así que Anne se dio prisa en encontrar a Samantha quien estaba sentada bebiendo sangre de un venado, Samantha la miró en la oscuridad, en donde sólo se veía el brillo de uno de sus ojos, pero luego su ojo verde se tornó en un brillo dorado.

 

—Solo quiero decir que esa ha sido la cita más rara que he tenido—. Anne comenzó a reírse mientras se acercaba a Samantha quien dejó con cuidado el venado a unos metros de un tronco hueco en donde se sentó—. Entonces supongo que tienes una historia que contarme.

—Tenía planeado contarte después—. Samantha se limpió la sangre que sintió en su boca—. Pero las cosas nunca salen como las planeas.

—Entonces eres una vampira—. Dijo Anne mientras Samantha asentía—. ¿Cuántos años tienes?

 

—Tengo veintitrés—. Samantha sonrió liberando un peso que tenía en su interior—. Desde hace unos seiscientos años.

—Wow—. Anne se vio sorprendida—. ¿Y cómo te transformaste en vampira?




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